domingo, 31 de diciembre de 2023

San Cristóbal/Tupahue: Cerro sagrado de Santiago


 
El cerro San Cristóbal/Tupahue de Santiago de Chile. Su nombre original
es Tupahue, es decir, “Lugar de Tupa” (Fotógrafo desconocido. Ca. 1930).


En la Sesión General de la Sociedad Científica de Chile, sostenida en Santiago el 29 de Diciembre de 1919, el profesor Roberto Rengifo –el genial impulsor de la concepción del origen polar antártico del hombre y el desarrollo de la civilización de sur a norte–, abordando la toponimia aborigen y al rol de los cerros Santa Lucía (Huelena) y San Cristóbal (TenTén) y el significado de éstos, sostuvo: Partiendo del concepto, que ha arraigado en mi pensamiento en cuanto a que el origen de la humanidad estuvo en el casquete polar antártico, y que habiéndose dislocado y hundido en parte este casquete, arribó la gente primitiva al extremo sur de Patagonia y Tierra del Fuego, creo explicarme parte de la formación del lenguaje y parte del origen de los nombres dados a los grandes accidentes topográficos (Actas de las Sesiones. Sesión General de 29 de Diciembre de 1919. Página XXXVII. Tomos XVI-XVII de la Société Scientifique du Chili en el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile).

El hecho de observar que el cerro San Cristóbal es un TenTén, es decir, “ThrengThreng” o uno de los cerros-naves que ascendieron al firmamento durante el último Gran Diluvio o Tripalafkén, lo relaciona directamente con la tradición ancestral y sagrada de los lituche-araucanos y más aún, con el λóγος –lógos– de los primeros hombres, de los peñi Epatun, o “hermanos” Epatun, llamados también glyche, esto es, hombres primitivos o del principio.

Los lituche.

Aún más: El propio profesor Rengifo agrega información sustancial sobre este cerro y su entorno: Que los Miti ( = imagen-nieve) mitos, miting o mingas se celebraron en las agrícolas márgenes del Mapocho al llegar los españoles, lo atestiguan los cerros San Cristóbal y Santa Lucía, bautizados así por pasar el Ferurico entre ellos (el Mapocho) (Videla Eissmann, R. Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El Papel del Territorio de Chile en la Evolución de la Humanidad Prehistórica y el Origen Polar Antártico del Hombre. Página 121).

Estas nociones se refuerzan por otro hecho trascendental: Las características geológicas del cerro San Cristóbal/TenTén. Se trata de un cerro bicorne, esto es, con dos “cuernos” o “cachos”, tipología particular y distintiva en la concepción de la sacralidad espacial del mundo prehispánico del Chili Mapu y por cierto, de la América Aborigen. De hecho, prácticamente todos los espacios sagrados de la antigüedad prehispánica están asociados a cerros o montañas con dos “cuernos” o “cachos”.

El origen y significado de esta característica es un mystērion primigenio asociado a la plasmación de las fuerzas divinas de lo femenino y lo masculino –la fuerza creadora de la vida, de la Naturaleza–.

La “iconografía” de estas geomorfas se tradujo en la representación de los antiguos dioses del continente con “cuernos”. En este sentido, apropiadamente el profesor Rengifo escribió: Los cuernos han sido símbolos de dioses y héroes (Videla Eissmann, R. Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El Papel del Territorio de Chile en la Evolución de la Humanidad Prehistórica y el Origen Polar Antártico del Hombre. Página 29).

El sagrado volcán Melimoyu, en la Región de Aysén
del General Carlos Ibáñez del Campo.

Crestón de dos cachos estampado con petroglifos, centro de la civilización primigenia, en Chalinga, en la Región de Coquimbo. En el panel número 20 figura el legendario “héroe de los chiles”. Al respecto, el profesor Roberto Rengifo escribió: Los cuernos han sido símbolos de dioses y héroes (Ilustración de Roberto Rengifo, ca. 1920).


Ahora bien, en relación con la sacralidad del cerro San Cristóbal hay otra relación fundamental que da luces sobre la importancia de la tierra donde se fundó la ciudad Santiago: El nombre original del San Cristóbal es Tupahue –Tupawe–, es decir, “Lugar de Tupa” en chilidugu –el hoy vulgarmente denominado “mapu-dungun”–. Tupa es una abreviación de Tuapaca y más apropiadamente Tauapácac –castellanizado en “Tarapacá”–. En realidad, Huirajocha Tauapácac es Tonapa Viracochanpachayachicachan o Pacchacan, y Bicchhaycamayoc Cunacuycamayoc. El “Señor de los Báculos” o saturris, cuyo título panandino fue Pachacámac o “Soberano del Mundo” en quechua.

San Cristóbal es TenTén –ThrengThreng–, cerro de naturaleza sagrada y perteneciente a Huirajocha Tauapácac, líder de los Dioses Blancos de la tradición áurea de la América Aborigen.

Rafael Videla Eissmann
29 de Diciembre de 2023


Bibliografía

Rengifo, Roberto
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Videla Eissmann, Rafael
Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre. Editorial Puerto de Palos. Santiago de Chile, 2007.


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viernes, 29 de diciembre de 2023

Mapu-che. El origen del hombre


Los chemmamüll u “hombres de madera”. Son tótems que evocan a los lituche, el principio de la jeneracion de los hombres en el decir de Juan Ignacio Molina (Colección Museo Chileno de Arte Precolombino).


En Nueva Imperial, en el sur de Chile, sentados fuera del hogar de Quinturay Raypán, nos encontramos en compañía de dos extranjeras que la visitan.

En la afable conversación surgió el fascinante campo del origen del hombre. Una de estas personas aseveró que de acuerdo a los “estudios científicos de la arqueología, el origen del hombre se encuentra en África”.

Inicialmente, Quinturay pareció o no reparar en esta aseveración o no darle importancia, o bien, tomó algunos momentos para responder.

Y entonces, de manera tajante, manifestó:

¡No! ¡Nosotros no somos de África! Somos de la tierra, de esta tierra –y apunta con el dedo índice de su mano derecha al suelo, casi como un gesto ritual–. ¿Cómo vamos a venir de África? Nosotros somos mapu-che, somos los hombres de la tierra, de esta tierra, hemos surgido de la tierra y hemos vivido desde siempre aquí. ¡No hemos venido de África!

Las visitantes se ven muy incómodas, contrariadas, ante la respuesta inapelable de Quinturay –no desde la feble y acomodaticia perspectiva de la “ciencia” sino emanada de la tradición ancestral y sagrada de los auténticos mapu-che–.

A continuación, las visitantes tratan de argumentar nuevamente en base a los “estudios arqueológicos”. Quinturay replica que quizás los negros procedan de África pero que los mapuches hemos nacido de la tierra.

La autoctonía es la base del aborigen. La cosmovisión, la cultura y la tradición y el ser son parte del medio, del paisaje –de la tierra–. No pueden ser transportados o exportados. O adaptados. La tradición ancestral –el Admapu de los lituche-araucanos– es sencillamente, un aspecto de la preservación consciente de la premisa esencial de la unidad hombre-tierra –mapu-che–, es decir, la inquebrantable asociación de la sangre y el suelo, de la cual surge absolutamente todo: Los dioses, los espíritus, las manifestaciones de lo sagrado y el hombre, son componentes intrínsecos de la tierra.

La relación expuesta por Quinturay Raypán sobre la autoctonía de los habitantes del país, ciertamente basada en el conocimiento ancestral de los lituche-araucanos, posee profundas resonancias con la concepción del origen polar antártico del hombre y el desarrollo de la civilización primitiva en el Chili Mapu establecida por el profesor Roberto Rengifo.

Rafael Videla Eissmann
28 de Diciembre de 2023


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jueves, 28 de diciembre de 2023

La tradición sagrada del Chili Mapu


La maestra Quinturay Raypán.

En Enero de 2005, en Nueva Imperial, en el sur de Chile, la maestra Quinturay Raypán reveló la razón de su estadía en Santiago “todos estos años”. Y expresó, a continuación, algo fundamental: Señaló que su machi le ordenó transmitir la tradición sagrada de los mapuches a los hermanos chilenos pues ellos desaparecerán.

La transmisión de esta tradición sagrada debía realizarse durante un tiempo determinado. Ciertamente, esta tradición sagrada de los hombres de la tierra se remonta al sustrato de los lituches, el principio de la jeneracion de los hombres como consigna Diego de Rosales en su Historia general del Reino de Chile, Flandes Indiano (Ca. 1674).

Los primeros hombres.

Mas, ¿cuál fue el origen de esta premonición que la machi comunicó a Quinturay? ¿Procede de un peuma, de un perimontun, de una visión?

Esto fue, justamente, lo que Quinturay hizo como ceremoniante a través de su agrupación Leufu Licanche –y también por medio de otros grupos–: Nguillatunes o rogativas al Chao Ngenechén, rituales, consagraciones, traiquintu o intercambios, danzas y cantos.

Significativamente, en Marzo de aquel mismo año, Quinturay observaba que los hombres parecen mujeres y las mujeres, hombres. Las niñas no tienen torso de mujer, han perdido la feminidad, los niños nacen “mal hechos”…

Quedan muy pocos con el poder de ver. Por ejemplo, antes se veía el águila de dos cabezas, en Boroa, en Nueva Imperial, que es un animal que existe. Pero algo sucedió y el poder de ver se ha perdido. La mente se ha debilitado. Ya no se comprende, no se conoce. El hombre se ha mermado, se ha perdido… Y Chile, nuestra patria, Rafael, se está destruyendo irreversiblemente.

Aquí parecería haber una inconexión de temáticas. Sin embargo, ello no es así: La merma, la disminución del hombre tiene un impacto, o mejor, una correspondencia directa sobre la tierra –la patria, el Chili Mapu–. El alejamiento y olvido de la tradición sagrada y sus normas, es decir, el Admapu, implica el desequilibrio o desarmonía de la tierra –su destrucción– y junto a ello, la pérdida de la capacidad de ser y por ende, de ver. La analogía hombre-tierra y viceversa es decisiva: Se trata, precisamente, de los “hombres de la tierra”. El adagio hermético es arquetípico e ineludible: Quod est inferius est sicut quod est superius. Et quod est superius est sicut quod est inferius, ad perpetranda miracula rei unius.

Cuando se cumplió tiempo ordenado por la machi, Quinturay volvió a Nueva Imperial.

Es el destino del paisaje, del amado mapu, de los dioses-pillanes y de los propios hombres de la tierra (el “destino sobrehumano, irreversible”).

Es el tenue eslabón del Cordón Dorado de la Gran Tradición.

El Quinto Sol de la Humanidad Sagrada irradia aún su portentosa luz sobre el Chili Mapu.

Rafael Videla Eissmann
27 de Diciembre de 2023
 

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jueves, 14 de diciembre de 2023

Mapu Tremo: Resabios de la cronología araucana


Registro ideográfico comunicado por Vicente R. Liberona en 1913 y dado a conocer públicamente
por el profesor Roberto Rengifo en la Sociedad Científica de Chile en 1920.

El extraordinario texto intitulado Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento (1913) fue dado a conocer por el profesor Roberto Rengifo en su trabajo Extractos de Actas de la Sociedad Científica –tercera parte de El Secreto de la América Aborigen publicado en Santiago de Chile, en 1920.

Esta reseña corresponde en realidad a la fragmentaria tradición aborigen comunicada por Vicente R. Liberona en Temuco en 1913, la cual se trata según Liberona de “una historia inédita sobre el origen de América”. Destaca, en este sentido, el nombre de Mapu Tremo para América y la concepción de grandes épocas o lilas. Asimismo, la enunciación del gobierno de nueve ülmenes o caciques y la posterior irradiación de la civilización desde sur a norte –con hitos como la creación de la monarquía inca, la enseñanza de las divinidades y la construcciones de templos y ciudades en Mesoamérica–.

Resulta fundamental constatar la concepción de Mapu Tremo, esto es, del continente americano como el “país hermoso, sin defecto, completo y tranquilo”, pues se trata de una evocación del Paraíso/Paradesha y de la Edad Dorada o Satya Yuga de los hombres-dioses.

Algunos de los nombres de estos “primeros habitantes” son Kirso, Zefiritez, Muuk, Laelia, Polasar y Saga. Resulta significativo señalar que la fonética de estos nombres comunicados por Vicente R. Liberona, no guardan relación con aquella del mapudungun contemporáneo. ¿Cuál es el origen y significado de estos nombres?

Un segundo aspecto trascendental es que esta reseña presentada por Liberona se basa en una fuente paleográfica, es decir, en un sistema ideográfico araucano del cual otorga una singular muestra.

El sistema ‘alfabético’ de signos ideográficos de los antiguos araucanos se denomina adentunemul.

Por último, recalcar la osadía de Vicente R. Liberona y de Roberto Rengifo de comunicar esta inédita reseña de la historia americana en la Sociedad Científica de Chile.

¿Cuál fue el destino de don Vicente R. Liberona? ¿Qué sucedió con este inédito trabajo? ¿Existen aún fuentes del ignoto sistema ideográfico de los chiliche-araucanos? ¿Cuál fue la base de Liberona para la Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento: ¿Fue el litrang o piedras lajas, el troluvmamel –corteza de quillay– o bien, el prom, una escritura en nudos que se hacían en cuerdas de lana de distintos colores, similar al sistema de los quipus?

Ciertamente, la importancia de la visión comunicada a través de la Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento recae en el hecho que se basa en la tradición aborigen, es decir, en el conocimiento ancestral sobre la historia primigenia de Chile y sus habitantes.

De aquí, de esta tradición ancestral, emanan las trazas de la concepción del profesor Roberto Rengifo sobre el “Secreto de la América Aborigen” y del origen polar antártico de la humanidad.

Rafael Videla Eissmann
11 de Diciembre de 2023


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martes, 12 de diciembre de 2023

Reseña bibliográfica de los estudios arqueológico-antropológicos del profesor Roberto Rengifo


El profesor Roberto Rengifo –sentado, al medio– en las inmediaciones de Zapallar,
en la Región de Valparaíso, en Chile (Ca. 1921).

La presente reseña expone la cronología de publicaciones arqueológica-antropológicas del profesor Roberto Rengifo. Excluye, no obstante, las exposiciones desarrolladas en la Societtè Scientifique du Chili (1904-1935).

Todas las publicaciones han sido realizadas en Santiago de Chile.

El primer trabajo del profesor Roberto Rengifo sobre este campo aparece en 1919 y corresponde a la primera parte de El Secreto de la América Aborigen: Noticias y comentarios arqueológicos. Un año más tarde aparece la segunda entrega, Estractos de Actas de la Sociedad Científica. En aquel mismo año se edita la tercera parte, Los chiles, y también un trabajo paralelo y complementario a El Secreto de la América Aborigen: Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles.

En 1921 aparece la última parte de la tetralogía, Extractos de Actas de la Sociedad Científica.

Llamativamente, sólo catorce años después, es decir en 1935, es publicado El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica, trabajo que se transformaría en la última obra conocida del profesor Rengifo.

¿Hubo manuscritos e investigaciones que han permanecido inéditos? El escritor y periodista Daniel de la Vega, en el diario santiaguino Las Últimas Noticias, en una nota que lleva por título Petroglifos y que fue publicada en Febrero de 1948, realiza una sucinta entrevista al profesor Roberto Rengifo, hecho que indicaría que en esa fecha aún vivía.

Sólo décadas después, y tras un largo y paulatino proceso de estudio y recopilación de los escasos y valiosísimos trabajos de Roberto Rengifo, publicamos un tiraje limitado de El Secreto de la América Aborigen en 2001. 

Luego, en 2006 apareció el opúsculo Los chilingas. Comentarios de Roberto Rengifo, que es el mentado artículo-entrevista de Daniel de la Vega.

Posteriormente, en 2007 publicamos El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre, con prólogo y notas –setenta y dos años después de su primera edición–. Luego, lanzaríamos una edición limitada y numerada de esta sustancial obra en 2015.

Cabe destacar, asimismo, que numerosos artículos sobre la visión y obras del profesor Roberto Rengifo ha aparecido en publicaciones tales como Il Giornale dei Misteri y The X Planet de Italia, PaleoSETI de Canadá, Phenomena Magazine de Argentina, NOUFA de Chile, y por cierto, en nuestros Cuadernos de Divulgación Histórica.

Rafael Videla Eissmann
9 de Diciembre de 2023


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viernes, 8 de diciembre de 2023

CIV años de la promulgación del origen polar antártico del hombre (1919-2023)


El Supremo Viracocha en la Puerta del Sol de Tiahuanaco,
la metrópolis de los viracochas.

En la segunda década del siglo XX, el profesor Roberto Rengifo promulgó el origen polar antártico del hombre y la irradiación de la civilización desde la región antártico-patagónica hacia el norte, expandiéndose por el resto del continente y y alcanzando luego el occidente de Europa.

Roberto Rengifo fue profesor de Estética e Historia del Arte de la Escuela de Bellas Artes (1919) y del Instituto de Educación (1926) de la Universidad de Chile. Fue miembro de la Société Scientifique du Chili (1904) y desarrolló numerosas conferencias entre 1906 y 1934.

En el campo arqueológico y etno-historiográfico los principales campos que desarrolló el profesor Rengifo se centran en la concepción del origen polar antártico del hombre –la “humanidad blanca y clara”–, el desarrollo de un sustrato civilizador que emanó de la región polar antártica, irradiándose desde el sur por América para luego expandirse por el resto del continente, alcanzando el occidente de Europa y luego Uruk –“ciudad que fue el germen de las civilizaciones arias o indo-europeas”–.

Este es el Secreto de la América Aborigen.

Este sustrato civilizador antecede, evidentemente, a la población indígena del continente. Corresponde en términos craneológicos al grupo dolicocéfalo; a los paleoamericanos según la cronología historiográfica y a los indios blancos conforme a los mitos prehispánicos que luego fueron vertidos en crónicas y posteriormente en numerosos registros etnohistóricos. Estos indios blancos son los descendientes de los portentosos Dioses Blancos que crearon las civilizaciones de América y cuyo origen se remonta, como se ha señalado, a la Antártida.

Esta población antártica fue conocida como chiliche u “hombres de Chile” en el primitivo Chili Mapu. En en el altiplano andino fueron denominados ulteriormente como huari-huarijocha-runa y el epíteto de pacarimoc runa o “aquellos de la aurora”. Más arriba en latitud, en Mesoamérica, se conocerán como kukulkanes y quetzalcóhuatles.

Son los Dioses Blancos de América.

Los “héroes civilizadores” de la tradición ancestral del continente.

Mas, su verdadera procedencia es el Polo, la Terra Australis, el gran centro de la humanidad blanca y clara. Allí llegaron los dioses del firmamento, los “poderosos del cielo”, los astrales hówen de la tradición shelk’nam.

Se comprende, de este modo, que la visión del profesor Rengifo acerca del origen de la humanidad en la Antártida es fundamental, pues ahí está el “génesis”, el espacio de “creación” de los dioses.

La Patria de los Dioses. El Hogar de los Espíritus.

El núcleo zoogénico antártico-patagónico.

Las ideas planteadas por el profesor Rengifo se reforzarían por la presencia de un grupo de alemanes en el extremo austral para dilucidar “si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego” –que intuimos, correspondería a una misión arqueológica-etnológica liderada por Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial, quien viajó a países como Perú, Bolivia y Chile entre los años 1928 y 1936 con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger y Philipp Fauth y la multidisciplinaria Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.

De manera evidente, la búsqueda por parte de los alemanes de su origen en Karukinka, en Tierra del Fuego, en la Patagonia no corresponde a la población de cráneos braquicéfalos que caracterizan a los indígenas sino que se trata de los vestigios del grupo dolicocéfalos o paleoamericanos –la “humanidad blanca y clara”–.

El primitivo nombre de América fue Huitramannaland, es decir, la “tierra de los hombres blancos”.

Rafael Videla Eissmann
7 de Diciembre de 2023


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jueves, 30 de noviembre de 2023

Reaparecen grabados rupestres en el río Negro


Un conjunto de arte rupestre en el río Negro (Fotografía de Valter Calheiros, 2023).

La notable disminución del nivel del agua en el río Negro (13,29 metros el 19 de Octubre de 2023) en Manaos –capital del Estado de Amazonas, en Brasil–, ha revelado enigmáticas y fascinantes representaciones labradas en las rocas del yacimiento arqueológico de Lajes las que se encontraban sumergidas.

Se trata de un grupo de petroglifos prehispánicos con representaciones de rostros antropomorfos, figuras zoomorfas y otros de carácter abstracto –como “surcos alargados” y formas geométricas–.

Rostro antropomorfo en el río Negro
(Fotografía de Valter Calheiros, 2023).

Rostro antropomorfo en el río Negro
(Fotografía de Valter Calheiros, 2023).

Los primeros registros de estos grabados rupestres se remontan a 2010 cuando las aguas del río Negro descendieron hasta los 13,63 m en lo que se consideró la sequía más severa que había ocurrido en esta región.

La supervisión de estos descubrimientos está bajo la dirección del Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional.

Rafael Videla Eissmann
29 de Octubre de 2023

Enlaces:

https://www.tiempo.com/noticias/actualidad/sequia-en-la-amazonia-el-rio-negro-llega-a-su-nivel-mas-bajo-y-hace-reaparecer-antiguas-pinturas-rupestres.html

https://actualidad.rt.com/actualidad/484717-resurgen-misteriosas-antiguas-caras-alegres-rio-amazonico


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viernes, 20 de octubre de 2023

La profecía de Tatunca Nara


B’olon-[Y]okte ’[K’uh] con un gran tocado de pájaro, lanza y escudo (Foja 60 del Códice de Dresde).


Enfatizamos, nuevamente, la anticipación realizada por Tatunca Nara en Septiembre de 2022 acerca de los eventos actuales:

En alrededor de un año habrá una gran guerra…

(…)

Es la destrucción de la Tierra. Mas no es el ‘fin del mundo’ sino el inicio del fin del presente ciclo y el comienzo de uno nuevo…

Setenta por ciento de la humanidad morirá.

Es la voluntad de los dioses, nuestros ancestros.

(Cuadernos de Divulgación Histórica número 87, Los dioses, los ugha mongulala y “el fin del presente ciclo”. Entrevista a Tatunca Nara. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, Enero de 2023).

Mas, todo esto ya había sido augurado. En el capítulo La Montaña Sagrada de mi libro La tradición sagrada de los ugha mongulala. Tatunca Nara y el misterio amazónico (Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, 2018), he realizado el siguiente registro:

Tatunca me indica que “Akahim es una fortaleza subterránea de los dioses donde se encuentran determinados dispositivos que se ‘activan’ para continuar la guerra.

La Gran Guerra”.

Y más abajo:

– “Los dioses han regresado. Están aquí. El Consejo de Sacerdotes y mi sacerdote me han comunicado el fin del presente ciclo. Una nueva catástrofe y diluvio”.

“Sólo algunos se salvarán en los refugios subterráneos”.

–“Sí”– le respondo, “una nueva gran catástrofe que concluya esta época y dé inicio a una Nueva Edad, a un Nuevo Sol”.

10:50 horas.
7 de Agosto de 2018

El fin del presente ciclo anunciado desde las profundidades del Amazonas por los Hombres-Sol de Akakor corresponde al fin del Bak’tun 13.0.0.0.0. mesoamericano y la acción de los dioses de la fortaleza subterránea de Akahim, a la aparición o “descenso” desde las profundidades del poderoso dios de la guerra B’olon ti’ K’uh y de las deidades-fuerzas ctónicas del Inframundo, de la Tierra Hueca.

Rafael Videla Eissmann
19 de Octubre de 2023


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martes, 10 de octubre de 2023

Praecognitiō


Tatunca Nara (Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 2018).


¿“Coincidencia”? ¿“Azar”? ¿“Casualidad”? He aquí un extracto de la entrevista realizada a Tatunca Nara, al último jefe de los ugha mongulala, en Septiembre de 2022.

La entrevista fue publicada en el número 87 de los Cuadernos de Divulgación Histórica con el título de Los dioses, los ugha mongulala y “el fin del presente ciclo”. Entrevista a Tatunca Nara (Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, Enero de 2023).

Los frágiles parámetros de la “realidad” se derrumban ante la luz de la antigua sabiduría y conocimientos emanados de los templos subterráneos de los dioses de América del Sur:

(…)

En alrededor de un año habrá una gran guerra…

En realidad, todo esto se origina en el cosmos, en una gran actividad iniciada en el Sol que ahora llega a la Tierra.

Pero no se trata de fenómenos naturales o casuales sino que corresponden a las fuerzas desplegadas por los dioses.

Es la destrucción de la Tierra. Mas no es el ‘fin del mundo’ sino el inicio del fin del presente ciclo y el comienzo de uno nuevo…
Setenta por ciento de la humanidad morirá.

Es la voluntad de los dioses, nuestros ancestros.

Rafael Videla Eissmann
9 de Octubre de 2023


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domingo, 8 de octubre de 2023

La Nueva Tierra


B’olon Yokte’ K’uh –el Dios L–, Xólotl –“Perro de Fuego”– y Quetzalcóatl, respectivamente. El dios B’olon Yokte’ K’uh –el nacido “antes del inicio de la aurora”– presenta color negro como atributo del Inframundo, es decir, de la Tierra Hueca. Es la Divinidad que en la tradición mesoamericana dará inicio a la próxima Gran Catástrofe (Foja 7 del Códice Dresde).


De acuerdo a la tradición tántrica-lamaísta, Su Santidad el XIV Dalái Lama Tenzin Gyatso correspondería a la última encarnación del Boddhisattva Avalokiteśvara (अवलोकितेश्वर).

Es el Arya Avalokiteśvara quien, en consecuencia, se ha encarnado a través de la sucesión del linaje de los Dalái Lamas desde 1642, actuando como líderes espirituales y políticos del Tíbet durante 369 años –hasta 2011 cuando Su Santidad el Dalái Lama renunció al poder político–.

Algo semejante, en tanto, acontece con la ancestral tradición de Akakor del Amazonas resguardada por Tatunca Nara: Una profecía del Supremo Sacerdote de su pueblo, los legendarios ugha mongulala, establece que él “es el último jefe”.

Se trata de una extraordinaria “similitud” en las tradiciones sacras del Himalaya y de los Andes, las montañas sagradas del planeta.

En Alemania, en 1919 murió el gran Runelauteren, Guido von List. Y, en Chile, en el extremo sur, en Tierra del Fuego, cinco años más tarde, es decir en 1924, desencarnó también el poderoso xo’on o mago Tenenesk.

¿A dónde van luego de la “muerte”? ¿Accederán con sus Cuerpos de Luz o Vajrayana al “Cielo Celeste Más Alto”, al Vaikuṇṭha, al Walhalla? ¿Qué implica su partida de la Tierra, de Gerda, del Mapu? ¿Qué sucede con las patrias donde ellos estuvieron, con sus adeptos? ¿Volverán? ¿Regresarán con una fuerza mayor, esta vez, impulsando el desenlace del presente ciclo, consumando la victoria en la Guerra Kamomanásica de la cual dan cuenta las sagas de los devas, aesir, hówen, los dioses extraterrestres?

En todas las tradiciones mentadas se tiene conocimiento de las “encarnaciones” sucesivas en los ciclos del tiempo y del advenimiento de los “hombres-dioses”. Los Sonnenmenschen, los Hombres-Sol –los “Hijos del Sol”–.

¿Cuándo regresarán los “Señores del Firmamento”? ¿Cuándo retornará el Avatãra Kalki, cuando volverá B’olon Yokte’ K’uh o “Dios de Nueve Pasos”? ¿Cuándo se sentirá el galope de las ocho patas de Sleipnir montado por Odín-Wotan? Será el Götter-Shock anunciado por Erich von Däniken y el regreso del wildes Heer señalado por Miguel Serrano. El inicio del fin del presente ciclo y el comienzo de uno nuevo que ha comunicado Tatunca Nara. 

El nuevo Götterdämmerung o “Crepúsculo de los Dioses”. El Ragnarök de los divinos aesir.

Entonces los “dioses” derribarán los cielos, es decir, causarán la Gran Catástrofe pero al mismo tiempo, se dará inicio al nuevo Satya Yuga o Edad Dorada, creando con ello, la Nueva Tierra.

Rafael Videla Eissmann
4 de Octubre de 2023


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sábado, 7 de octubre de 2023

Götter-Shock


El extraordinario registro visual de un OVNI sobre El Enladrillado,
en la Región del Maule, en Chile. Se trata de un cherruve, un vehículo astral
(Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 3 de Enero de 2009).


En Octubre de 2009, en el apacible pueblo suizo de Beatenberg, antes de regresar a Alemania, Erich von Däniken, el genial impulsor de la corriente historiográfica PaleoSETI –o Search for Extraterrestrial Intelligence in Antiquity, es decir, la “Búsqueda de Inteligencias Extraterrestres en la Antigüedad”– me dice:

“En alrededor de 10 o 15 años, se revelará la existencia de los extraterrestres. Se darán a conocer públicamente las pruebas de todo aquello que he presentado en mis libros. Será el Götter-Shock, el “shock de los dioses”. Será la antesala de su regreso”.

La comunicación, ciertamente, es trascendental y cobra una sorprendente significancia ahora, tras el reconocimiento público por parte de la NASA (National Aeronautics and Space Administration o “Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio”) de los UAP (Unidentified Anomalous Phenomena o “Fenómeno Anómalo No Identificado”), popularmente conocidos como OVNIs (Junio-Julio de 2023) y a la luz de las así denominadas “momias extraterrestres de Nazca” (Septiembre de 2023).

De manera elocuente, la revolución del pensamiento que ha trazado Erich von Däniken ha otorgado un amplio horizonte que va más allá de los febles parámetros de la historiografía ortodoxa y del dogma evolucionista-difusionista y del génesis en África. Esto, pues el hombre es descendiente de extraterrestres.

El Götter-Shock o “shock de los dioses” está destinado a quebrar el Zeitgeist o “Espíritu de la Época” que impera entre los hombres. Como certeramente ha anunciado von Däniken, el Götter-Shock es el preludio del regreso de los dioses, de los hówen, de los viracochas-quetzalcoatles, de los asen y vanes de los devas.

Y de los Einherjer.

Es el retorno de B’olon Yokte’K’u o los “Nueve Dioses” y la “aparición” en los cielos de los OVNIs, de los “carruajes de los dioses”, de los astras-vimanas de la Gran Guerra del Mahābhārata.

Es la αρουσία o “Parousía” o Maranata. La premonición de “Aquél que Regresa”. De MANÚ, el “HOMBRE QUE VENDRÁ”.

Entonces, los dioses impulsarán nuevamente un nuevo cielo y una nueva tierra.

Rafael Videla Eissmann
4 de Octubre de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

domingo, 24 de septiembre de 2023

Los jon. Los poderosos magos del polo antártico


La choza ceremonial háin de la iniciación homónima. Los conocimientos esotéricos,
mágico-religiosos y míticos eran comunicados al interior de este espacio. Adviértase
su similitud con la imagen arquetípica de la montaña
(Fotografía de Martin Gusinde, 1920).


Los resguardadores de la cosmovisión patagónica-antártica de los selk’nam o el “Clan de la Rama Sagrada” era una casta iniciática de magos-shamanes conocida como jon, poseedores de grandes poderes y profundos conocimientos.

Su origen es un misterio.

Los jon preservaron y proyectaron el conocimiento de la Divinidad Suprema e Increada Temáuquel –conocido también como Maukel o Pémaukl–, el creador del cielo y de la Tierra, el “amo de los hombres”, el “habitante de allá arriba”, quien luego de la creación del mundo, de las montañas, de los valles y los ríos, envió a su mensajero Kenós y a la raza de los hówen, seres inmortales descendidos de las estrellas y pobladores del planeta, de donde descienden los propios selk’nam –los “primeros padres”–.

El historiador y mitólogo Carlos Keller, en su maravilloso libro Dios en Tierra del Fuego (1948), registró una fundamental descripción del actuar del jon, de sus poderes y de la proyección del huáiyuhuen (wáiuwin) o cuerpo astral:

(…) Cuando soñáis, ¿no se os presenta a veces un mundo que es totalmente distinto del exterior? ¿No tenéis imágenes, visiones, no veis cosas que podrían parecer perfectamente inverosímiles, pero estáis autorizados para afirmar que sean menos reales que la realidad que veis con vuestros ojos?

Hay muchos entre los selk’nam que conocen su país hasta el último rincón, pues llevamos una vida errante e intranquila, siempre en busca de alimentos. Casi todos nosotros, podría afirmar, nos encontramos en esta condición. Pero esas correrías se limitan únicamente al mundo exterior, cuyo conocimiento ha llegado entre nosotros al más alto grado, pues estamos en situación de contestar cuantas preguntas nos queráis formular acerca de él.

Pero hay también algunos que se han esforzado por conocer ese otro mundo, que podríamos llamar el interior, cuya extensión y profundidad son tal vez aún mayores que las del exterior, pues por distante que se encuentre de nosotros Cran [el Sol], y por grande que sea la distancia desde Cran hasta el cielo en que vive Temáuquel con los cáspis [“espíritus”] de los fallecidos, mucho mayor aún es la distancia que mide entre nuestra existencia como hombres de carne y hueso y los confines de aquel mundo que se abre dentro de nosotros y que sólo logramos captar por medio de los ojos interiores de que estamos dotados.

Pues bien, para deciros, ahora, lo que es un jon, debo expresaros que es un hombre que lleva el conocimiento de ese otro mundo hasta donde es posible hacerlo.

(…)

Podréis verlo [a un jon] a menudo, completamente ensimismado, frente a su hogar. En vez de dirigir su mirada hacia afuera, para ver las cosas palpables que lo rodean, como lo hacemos nosotros, sus ojos corporales se encuentran como vacíos y están fijos en un solo punto, como si repudiaran preocuparse de las cosas exteriores.

Luego comienza a entonar una canción prolongada y monótona [mantram], pero vigorosa, que repite siempre las mismas notas: – Lolololo... Hoiyoiyoiyoi... Yeiyeieyeie

Poco a poco, el jon va perdiendo el conocimiento de su existencia humana. Toda su atención está concentrada en torno a ese otro mundo que nace en él. Primero se le aparece como una pequeña luz, cuya luminosidad va creciendo, hasta llenarlo totalmente.

Es por eso que decimos que los jon tienen un cutis sutilísimo y que su interior está compuesto de una materia blanda y sumamente liviana, como si fuera de plumas. Tampoco contienen sus cuerpos ninguna clase de líquidos, ni sangre, pues si fueran como nosotros, ¿cómo podrían ver todo lo que ven?

Ni siquiera tienen cáspi, pues todos lo tenemos, y bien sabemos que cuando fallecemos nuestro cáspi se separa del cuerpo para ir a residir al lado de Temáuquel.

En vez de cáspi, los jon tienen el huáiyuhuen, que es algo parecido a nuestro cáspi, pero distinto. El huáiyuhuen no se dirige donde Temáuquel, ni tiene nada que ver con él. Permanece siempre sobre esta tierra, de manera que cuando fallece un jon se queda cerca de su cadáver hasta penetrar en el cuerpo de un nuevo jon. Se transmite así, de generación en generación y es inmortal. Siempre vuelve a presentarse y mientras vivan selk’nam sobre esta tierra habrá también jon.

El huáiyuhuen es de tamaño muy pequeño cuando está separado del cuerpo, pero crece cuando penetra en él, hasta llenarlo totalmente.

Este huáiyuhuen actúa en el jon, como si fuera una persona distinta de él. Le habla. Le muestra cosas que ningún ojo humano jamás ha visto. Lo arrastra consigo. Le presenta melodías, colores, formas, cosas inauditas e inexpresables. Ya os lo dije: Le ofrece un mundo que es inmensamente mayor que el exterior.

El arte del jon consiste, ahora, en entrar en las relaciones más estrechas imaginables con ese su huáiyuhuen. Hay entre ellos, pues una convivencia perfecta. Si se logra establecer ésta, el poder del jon será también inmenso.

No es difícil de explicar que esto sea así, si tenéis presente que el huáiyuhuen en un perfecto jon, es capaz de alejarse de él, para recorrer los espacios infinitos de ese mundo interior. Aún más: El jon perfecto es capaz de dirigir esas salidas del huáiyuhuen solicitándole que le traiga las noticias que necesita conocer.

Así, un jon puede enviar su huáiyuhuen hasta Cra, la Luna, para conocer su estado de ánimo, y aún mucho más lejos.

(…)

Es por eso que un jon experimentado adquiere un poder casi ilimitado sobre la salud, la vida y muerte, el estado del tiempo, la suerte en la caza y muchas cosas aún más importantes. Debido a la concentración de sus facultades espirituales, llega a conocer la causa de todos esos fenómenos (…). (Keller, C. Dios en Tierra del Fuego. Páginas 95-101 (Los destacados son nuestros ~ Nota del autor).

El huáiyuhuen de los selk’nam o yefáchel de los yámanas, es el cuerpo astral o el “doble” de la tradición esotérica europea; el lingasarira de la tradición tántrica; el sâhu egipcio; ja-lus de los tibetanos; el che-kai de los chinos; sushmasarina del hinduismo y el siddha-rupa de la India aria, proyectado por una especie de mantram (“Lolololo... Hoiyoiyoiyoi... Yeiyeieyeie…”), permitiéndole incursionar al iniciado en el mundo interior (“le ofrece un mundo que es inmensamente mayor que el exterior”, siendo “capaz de alejarse de él, para recorrer los espacios infinitos de ese mundo interior”), alcanzando también, por cierto, lejanas distancias (“Así, un jon puede enviar su huáiyuhuen hasta Cra, la Luna, para conocer su estado de ánimo, y aún mucho más lejos”).

El huáiyuhuen es inmortal y tiene la propiedad de reencarnarse –concepción de la inmortalidad que tiene su símil en la tradición de los portentosos Tulku del budismo tibetano–.

Estas descripciones de los poderes de los jon son evocaciones de una sabiduría heredada de las poblaciones que habitaban las tierras que rodeaban al Polo Sur, es decir, la Terra Australis, la Antártida prediluvial, de donde viene la tradición más antigua.

Son las resonancias vibrantes de la tradición primordial de los hombres-dioses.

Rafael Videla Eissmann
Febrero de 2020 /
Septiembre de 2023


Bibliografía

I. Obras

Beauvoir, José María & Misioneros salesianos
Los shelknam. Indígenas de la Tierra del Fuego. Sus tradiciones, costumbres y lengua. Talleres Gráficos de la Compañía General de Fósforos. Buenos Aires, 1915.

Bridges, Esteban Lucas
Uttermost Part of the Earth. Hodder & Stoughton. London, 1948.

Chapman, Anne
Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Segunda edición. Taller Experimental Cuerpos Pintados. Santiago de Chile, 2002.
Hain: Ceremonia de iniciación de los selk’nam de Tierra del Fuego. Editorial Pehuén. Santiago de Chile, 2009.

Gallardo, Carlos R.
Los onas. Cabaut y Cía. Buenos Aires, 1910.

Gusinde, Martin
Die Feuerland Indianer. Ergebnisse meiner vier Forschungsreisen in den Jahren 1918 bis 1924. Band I. Die Selk’nam: Vom Leben und Denken eines Jägervolkes auf der Grossen Feuerlandinsel. Unternommen im Auftrage des Ministerio de Instrucción Pública de Chile. Verlag der Internationalen Zeitschrift “Anthropos”. Mödling bei Wien, 1931.

Keller, Carlos
Dios en Tierra del Fuego. Mitos y cuentos de los sélcnam. Editorial Zig-Zag. Santiago de Chile, 1947.

Videla Eissmann, Rafael
Mitos del Polo Antártico. Cosmogonía y antropogonía de la civilización prediluvial. Editorial JG. Quito, 2012.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

domingo, 13 de agosto de 2023

El Mito Polar


El mapa Chica sive Patagonica et Australis Terra de Matthias Quad, del año 1600.
Al sur del Estrecho de Magallanes aparece la Antártida como Terra Avstralis.


Origo

Como un río de luz emanó la corriente vital que emana de Antarktos, impulsando la generación de la vida y sus manifestaciones de sur a norte como fue demostrado por el multifacético Francisco P. Moreno en su notable estudio Patagonia: Resto de un antiguo continente hoy sumergido –conferencia dictada en la Sociedad Científica Argentina en Buenos Aires, el 15 de Julio de 1882–. Pues el eje Antártida-Patagonia es el remanente del antiguo continente austral sumergido que cobijó el antiquísimo núcleo zoogénico de donde no sólo emanaron las primordiales formas vivientes sino también, de donde surgió el Homo antarcticus, la raza primigenia y base de la cultura-raíz americana que posteriormente se extenderá al resto del continente, a Europa y Asia.

La población dolicocéfala originara que antecedió a los indígenas braquicéfalos.


Mythoi

El eje Antártida-Patagonia es el escenario de la “creación” del hombre por los dioses, llamados hówen en la tradición de los selk’nam o shileknam–el “Clan de la Rama Sagrada”– del extremo sur del Chili Mapu, cuyas representaciones fueron conocidas por etnólogos occidentales a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX y cuyas representaciones en la ceremonia del Háin-Kina se caracterizan por los tocados cónicos, elemento simbólico de gran trascendencia pues se encuentra prácticamente a escala global en las figuraciones de los dioses de la América prehispánica, de la Europa precristiana, el Medio Oriente precristiano y preislámico y por cierto en las tradiciones que han emanado del Himalaya.

El conocimiento de esta remota historia fue preservado por los poderosos xo’on [jon] y los machi de los sustratos culturales australes a través de los mitos cosmogónicos y antropogénicos, por medio de los símbolos y el recuerdo de los inmortales dioses descendidos de las estrellas.


Visum

La Gran Tradición polar emanada de Antarktos y el flujo vital y civilizador de los hówen-viracochas que ha emanado desde las profundidades de los Andes ha sido rescatado y proyectado por notables autores como Francisco P. Moreno, Emeterio Villamil de Rada y Roberto Rengifo, Augustus Le Plongeon, Percy Harrison Fawcett, Edmund Kiss, Émile Roger Wagner y Duncan Ladislao Wagner, Joseph Cserép, Juan Móricz, Natalia Rosi de Tariffi, James Bailey y Ruth Rodríguez Sotomayor.

En su conjunto, estos autores han dado cuenta de la existencia de una población blanca prehispánica que cimentó las bases de las culturas y civilizaciones de América-Huitramannaland, es decir, la “tierra de los hombres blancos” y que fuese conocida, asimismo, como Gran Irlanda (Irland it Mikla), la Gran Tierra de Yr.

Rafael Videla Eissmann
11 de Agosto de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

viernes, 4 de agosto de 2023

90 años del último Háin o ceremonia iniciática selk’nam: Evocación de los dioses del firmamento


Dos Koshménk junto a la choza ceremonial Háin de 1923
(Fotografía de Martin Gusinde, 1923).


Los dioses en Tierra del Fuego

Los selk’nam (Shileknam), una antiquísima cultura asentada en Tierra del Fuego (Karukinká), poseía una trascendental cosmovisión que explicaba el origen del mundo y del hombre. La Divinidad Suprema e increada es Temáuquel, creador del cielo y de la Tierra, quien luego de la formación del mundo, envió a su mensajero Kenós y a los hówen, raza astral e inmortal que pobló el mundo y de donde descienden los propios selk’nam (Gallardo, C. R. Los onas. Páginas 97 y 98).

En el mito de Kran y Kra, es decir, del Sol y la Luna, respectivamente, se ha revelado una importantísima clave de la cosmovisión de los selk’nam –el “Clan de la Rama Sagrada”–, por cuanto describe la usurpación mediante el engaño realizada por las mujeres del poder de los hombres, revirtiendo el orden instaurado por Kenós. Así, este mito no sólo pregona la pugna entre una sociedad patriarcal y matriarcal sino que es fundacional, pues a partir de este conflicto de alcances cósmicos se inaugura la cultura selk’nam que pudo ser conocida y registrada, al menos parcialmente, por los observadores occidentales.

Este mito indica que en la época de los hówen o ancestros selk’nam de la era mítica, las mujeres guiadas por Kra engañaron a los hombres con el objeto de instaurar el matriarcado. Desde entonces, durante varios meses al año, se reunían en la choza ceremonial Háin de donde emergía desde las entrañas de la tierra un irascible y furioso espíritu-monstruo femenino conocido como Xálpen al cual los hombres –engañados por las mujeres– debían llevar grandes cantidades de carne de guanaco para saciar su hambre y calmar su ira.

Los hombres sólo sabían de Xálpen por los gritos de pavor proferidos por las mujeres al interior de la choza y los movimientos que ellas mismas realizaban en las paredes de ésta. La aparición de otros espíritus del mundo subterráneo era anunciada por los cantos al interior del Háin para que los hombres supieran de su presencia.

Sin embargo, el engaño de las mujeres fue descubierto por Kran cuando descansaba de sus actividades de caza de guanaco. Fue entonces cuando él y su amigo Kuányip dieron noticia del artificio al resto de los hombres para dar paso a su rebelión con el objeto de restablecer el orden inicial de Kenós. Los hombres masacraron a todas las mujeres con excepción de las más jóvenes y las niñas. Es aquí donde el mito áureo selk’nam alcanza dimensiones cósmicas pues Kran arrojó fuertemente a Kra sobre el fogón, por instigar a las mujeres al engaño, manchándole el rostro. Pero Kra pudo escapar al cielo, transformándose en la Luna –que muestra manchas oscuras tal como el rostro de Kra–, siendo seguida por Kran quien se transformó en el Sol, en eterna persecución (Chapman, A. Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Página 200).


Háin

La ceremonia del Háin era dirigida por un jon –de la casta iniciática con extraordinarios poderes–, quien determinaba las escenas que se habían de representar.

El lugar de las ceremonias se emplazaba cerca de un bosque y con espacio suficiente para realizar las representaciones. Frente a las chozas del campamento, a unos doscientos pasos, se construía la gran choza ceremonial denominada asimismo Háin, constituida por siete pilares de haya que representaban a los siete hombres provenientes de distintas regiones de la isla que desempeñaron el papel de los sho’ort en la primera ceremonia llevada a cabo por los hombres. Cada uno de ellos había cortado un árbol alto y lo había llevado al lugar donde se levantaría el Háin.

Esta choza ceremonial correspondía a una micro-representación del cosmos.

Junto a la renovación del rito mítico y la reinstauración del orden de Kenós, el Háin correspondía también a la iniciación de los jóvenes –llamados durante su iniciación klóketen– a su vida de adultos. Era una instrucción que se prolongaba durante el transcurso del Háin en la cual se transmitían las tradiciones del origen del mundo y del hombre, los conocimientos mágico-religiosos, el comportamiento ético adecuado y el arte de la caza (Keller, C. Dios en Tierra del Fuego. Página 24).

Sobre la tradición ritual del Háin, la antropóloga Anne Chapman ha precisado un dato fundamental: Desde, probablemente, miles de años atrás y hasta 1933 (último Háin), los jóvenes selk’nam eran iniciados en el Háin (…). A lo largo de los meses que duraba la ceremonia, los klóketen, los jóvenes iniciados, debían dejar de ser niños para convertirse en hombres. Este es el sentido que daban a las duras pruebas físicas y morales que los jóvenes tenían que soportar, como también a la educación que allí les impartían los mayores. Los instruían en las tradiciones de hóowin, a propósitos de los orígenes y las transformaciones de todas las cosas del universo. Les enseñaban el comportamiento que debían seguir y las obligaciones familiares y sociales que debían cumplir. Y tenían que confesarse en caso de que hubieran cometido falta contra ese código durante su niñez (Chapman, A. Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Página 107).


1933: El último Háin

Con motivo de la colonización de Tierra del Fuego desde finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, los descendientes de los selk’nam originales fueron exterminados.

La información consignada por Anne Chapman en Fin de un mundo (2002) es elocuente: 1933 fue el último Háin.

La última ceremonia iniciática de los jon. La última evocación de los poderosos dioses-espíritus de los hówen de la tradición selk’nam.

Es el sumergimiento de la antiquísima tradición patagónica-polar.

De manera ilustrativa, informante de Gusinde expresó así el devenir: Dejad pasar los años, y luego vuestro Dios comenzará a transformarse aquí en Temáuquel, y vuestros antepasados adquirirán el espíritu de los nuestros, y así, al contemplar estas praderas y estas selvas, estos ríos y estas montañas, nuestros hóhuen resucitarán, una vez más, en vuestros hijos, porque son inmortales y no perecerán mientras exista esta tierra, porque son ella misma y se identifican con todas sus formas (Keller, C. Dios en Tierra del Fuego. Página 119 (Los destacados son nuestros ~ Nota del autor).

Rafael Videla Eissmann
Mayo-Junio de 2023


Bibliografía

I. Obras

Rengifo, Roberto
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Chapman, Anne
Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Segunda edición. Taller Experimental Cuerpos Pintados. Santiago de Chile, 2002.
_ Hain: Ceremonia de iniciación de los selk’nam de Tierra del Fuego. Editorial Pehuén. Santiago de Chile, 2009.

Gallardo, Carlos R.
Los onas. Cabaut y Cía. Buenos Aires, 1910.

Gusinde, Martin
Die Feuerland Indianer. Ergebnisse meiner vier Forschungsreisen in den Jahren 1918 bis 1924. Band I. Die Selk’nam: Vom Leben und Denken eines Jägervolkes auf der Grossen Feuerlandinsel. Unternommen im Auftrage des Ministerio de Instrucción Pública de Chile. Verlag der Internationalen Zeitschrift “Anthropos”. Mödling bei Wien, 1931.

Keller, Carlos
Dios en Tierra del Fuego. Mitos y cuentos de los sélcnam. Editorial Zig-Zag. Santiago de Chile, 1947.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

martes, 1 de agosto de 2023

Extraordinarias similitudes entre los dioses de Chile y los katchinas de Estados Unidos de América


Representación petroglífica de un viracocha en el Valle del Encanto, en la Región de Coquimbo, Chile. Adviértase su similitud con el muñeco katchina de Talavai (“Mañana”) de los hopis de Arizona, Estados Unidos de América.


En nuestro artículo anterior –Los dioses katchinas y la historia ignota de Chile–, presentamos la extraordinaria comunicación entregada por Erich von Däniken en torno al paso de los hopis –hopituh shi-nu-mu– por Chile después de la catástrofe que sumergió su tierra natal en el océano Pacífico –¿Mu?, ¿Lemuria?, ¿Hiva?–.

La información transmitida por von Däniken está basada en la obra The Book of the Hopis (“El libro de los hopis”, 1963) de Frank Waters.

De modo significativa, como indicábamos, algunas de las representaciones de los dioses katchinas que guían a los hopis poseen notables semejanzas con los dioses del Chili Mapu –desde los hówen o dioses-espíritus de la tradición sagrada selk’nam en Tierra del Fuego a representaciones petroglíficas de la Región de Coquimbo, en el norte del país–.

El dios-espíritu Halaháches-Kótaix del háin de los selk’nam de Tierra del Fuego,
en el extremo austral de Chile y el muñeco katchina Koshari de los hopis.


El dios-espíritu Pawus, shoort del norte y el dios de la guerra Pö-ökang-hoya de los hopis. Obsérvese, asimismo,
el escudo de Pö-ökang que guarda notable similitud con el kultrún o tambor ceremonial de los machis o shamanes
araucanos y sus cinco círculos o soles (Kultrún (“Timbal” SH211.11) mapuche (sur de Chile) con objetos mágicos
adentro, en ocasiones es sacudido usándolo como “timbal-sonaja” (SH212.1). Museo Chileno de Arte Precolombino).


He aquí algunos ejemplos que ilustran las similitudes entre las representaciones de los dioses en ambos hemisferios. Evocaciones de los portentosos dioses extraterrestres de la Ante-Historia, es decir, de cuando los dioses caminaron por la Tierra –la Edad de los Hówen, el Satya-Yuga o Edad Dorada–.

Rafael Videla Eissmann
29 de Julio de 2023


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viernes, 21 de julio de 2023

Los dioses katchinas y la historia ignota de Chile


Izquierda: Un dios katchina de los hopis. Derecha: Un “espíritu” dios
de los selk’nam de Tierra del Fuego. La similitud es evidente.


De forma reveladora, en una entrevista que realicé en 2017 al genial escritor suizo e impulsor de la historiografía PaleoSETI, Erich von Däniken, en respuesta a las interrogantes sobre continentes desaparecidos como la Atlántida y Mu, expuso una tradición fundamental que intuíamos sobre la similitud de determinados símbolos y dioses: Una remotísima relación entre los aborígenes de Chile y el sustrato de los hopis de la región denominada “Cuatro Esquinas” de Estados Unidos –la cual comprende el extremo suroccidental de Colorado, el extremo suroriental de Utah, el extremo nororiental de Arizona y el extremo noroccidental de Nuevo México–. Más aún: La tradición referida por von Däniken da luces asimismo sobre el origen del hombre en el Chili Mapu.

A este respecto, von Däniken ha señalado: En Arizona, en los Estados Unidos de América, viven los indios hopi. Hay un libro titulado The Book of the Hopis (“El Libro de los Hopis”) donde se afirma que sus antepasados provenían de un continente hundido que estaba en el océano Pacífico, y no en el Atlántico. Entonces, su vasto continente se hundió lentamente y es por eso que tienen que navegar en pequeños barcos y los llamados dioses, los katchinas, los ayudaron con sus barcos y así llegaron a Chile y desde Chile subieron por el continente sudamericano –Perú, Ecuador–, llegando finalmente a México y a los Estados Unidos donde se establecieron. Hoy viven en Arizona. Entonces sus mitos se refieren a un continente hundido en el océano Pacífico que fue su patria original.

The Book of the Hopis (1963) de Frank Waters, recopila la tradición hopi relatada por los ancianos de la tribu en Arizona, quienes la consideraron como un registro que les otorgaría a sus descendientes una historia completa de su pueblo y de sus creencias religiosas.

La tradición sobre la Gran Catástrofe y de un continente hundido en el océano Pacífico se encuentra presente en los mitos de Rapa Nui y por cierto de los antiguos araucanos, especialmente de las comunidades costeras de la Región de BíoBío y de la Araucanía.

De modo cierto, algunas de las representaciones de los dioses katchinas guardan notable similitud con aquellas de los viracochas del mundo andino.

He aquí, nuevamente, una resonancia de la migración de sur a norte de los dioses y de la civilización aducida por el profesor Roberto Rengifo durante las primeras décadas del siglo XX.

Mas, ¿quiénes fueron realmente estos seres que ayudaron a los ancestros de los hopis con sus barcos a llegar a Chile? ¿Cómo pudieron saber y dirigir la orientación de los ancestros de los hopis hacia Chile? En la mayoría de los más de ciento cuarenta registros diluviales que conforman mi libro El Gran Diluvio. Mitos americanos sobre la última catástrofe planetaria (2011) se encuentran algunos factores comunes como el conocimiento cronométrico del evento, la advertencia formulada por los dioses o sus enviados a los hombres y por último, la sobrevivencia de estos últimos, sea en refugios o arcas.

Indudablemente, la sabiduría y los conocimientos de los dioses –en amplio sentido– son las bases fundamentales de la historia de los hombres.

Rafael Videla Eissmann
20 de Julio de 2023


Bibliografía

I. Obras

Rengifo, Roberto
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Videla Eissmann, Rafael
El Gran Diluvio. Mitos americanos sobre la última catástrofe planetaria. Editorial JG. Quito, 2011.
_ El Gran Diluvio. Mitos americanos sobre la última catástrofe planetaria (2011). Versión completa de la obra con más de 140 registros míticos diluviales. Introducción de Marco Nünemann. Quito, 2016.

Waters, Frank
The Book of the Hopis. The Viking Press, Inc. Nueva York, 1963.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
Se prohíbe su reproducción).