lunes, 22 de febrero de 2021

Una remota relación: La trutruca y el dungchen


Monjes tibetanos con el dungchen (Fotógrafo desconocido, sin fecha).


La trutruca y el dungchen –de los araucanos y tibetanos, respectivamente–, son instrumentos musicales aerófonos de naturaleza mágico-ritual y caracterizados por su largo cuerpo.

Su sonido es grave.

Su similitud corresponde a una evidencia más del antiguo arco transpacífico y del remotísimo sustrato de magos-shamanes que portaban la sabiduría y los conocimientos ancestrales de los arios.

Como hemos expuesto en otros textos, esta relación fue observada por el naturalista e historiador jesuita Juan Ignacio Molina en su Compendio della storia geográfica, naturale, e civili del regno del Cile (“Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile”), obra publicada de forma anónima en Bolonia en 1776.

Molina basaba su observación precisamente en los cánticos rituales de los machis o shamanes araucanos (“Pom, pum, pum, Mari epunamun, animalhuen, peñi Epatun” y “Hom, ha, hum, o om, aum”).

Esta premisa fundamental fue abordada también por el  botánico y naturalista Hugo Gunkel en su ensayo El origen del hombre americano según el naturalista chileno Juan Ignacio Molina (1965) donde ha sintetizado los planteamientos del jesuita expuestos en su memoria presentada aproximadamente entre 1818 y 1820 en la Academia Pontificia de Bolonia titulada Sulla propagazione sucesiva del genero umano (“Sobre la propagación sucesiva del género humano”).

Un araucano tocando una trutruca (Fotógrafo desconocido, sin fecha).

Monjes tibetanos tocando el dungchen (Fotografía de la expedición alemana al Tíbet de 1938).


A este respecto, el profesor Gunkel escribió: La época en que los peruanos y los chilenos emigraron de la India parece bastante posterior a aquella en que otras naciones bárbaras provenientes de la misma región se establecieron en los territorios que todavía ocupan en gran parte de América Austral. Yo creo que esta emigración es contemporánea o poco posterior a la excursión de Alejandro hasta la desembocadura del Indo. Los conocimientos que desde antiguo poseen los chilenos, por no mencionar aquellos de los peruanos, del arte del tejido, de la tintura, de la fusión de los metales, del cultivo de las gramíneas, usadas en su pan fermentado con levadura, de la táctica militar, de la hidráulica, de la astronomía, de los juegos de ajedrez, tablas y de la bola; y, sobre todo, la construcción de su lengua en la que existe el dual, el aoristo y el participio en todos los tiempos, la existencia de todos los géneros de composición; y aquel que es de admirar, la gran cantidad de vocablos claramente griegos y con el mismo significado, no dejan duda sobre el origen griego-indo (Gunkel, H. El origen del hombre americano según el naturalista chileno Juan Ignacio Molina. Página 43 y siguientes).

Ambos grupos culturales concibieron y comprendieron la naturaleza sagrada de las montañas, asiento de deidades como los pillanes y antupainkos y de los tulkus  y bodhisattvas.

Rafael Videla Eissmann
21 de Febrero de 2021


Bibliografía

Molina, Juan Ignacio

Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776). Traducida al español por Domingo Joseph de Arquellada Mendoza. Antonio de Sancha. Madrid, 1788-95.

Gunkel, Hugo

El origen del hombre americano según el naturalista chileno Juan Ignacio Molina. En: Boletín de la Universidad de Chile. Nº57. Santiago de Chile, 3 de Junio de 1965.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

lunes, 1 de febrero de 2021

El antiquísimo culto solar taurino: Los Andes y el valle del Indo

 
El toro-Zeus y Europa en un fresco romano en la casa de Jasón, en Pompeya.

 
En la entrada anterior –Una extrañísima analogía de una representación en el altiplano andino y el Tíbet: Los “diablos” (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2021/01/una-extranisima-analogia-de-una.html)– se esbozó una remota relación cúltica en las tradiciones de las cadenas montañosas de América del Sur y de Asia. Asimismo, en Sobre un instrumento musical atlante-andino (I) (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2019/03/sobre-un-instrumento-musical-atlante.html) y Sobre un instrumento musical atlante-andino (II) (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2019/03/sobre-un-instrumento-musical-atlante_16.html) se ha abordado la presencia del salterio tanto en el mundo andino-incásico como en el indogermano-helénico.

Se trata de diversos campos culturales que evidencian una remota relación transcontinental.

En este sentido, un elemento más correspondería al antiquísimo culto solar taurino –que corresponde en el “Mundo Antiguo” a Apis/Path-Osiris, Menvis-Merur/Atum-Ra, Min y Nandi/Pashupati-Shiva –cuyos cuernos había labrado los surcos por los que discurrirían los sagrados ríos del Indo y el Ganges–. Es el toro astral mitraico, el toro sagrado Donn Cúailnge de la saga de Cú Chulainn y la venerada constelación de Taurus/Zeus–.

Figuras cúlticas de toros del valle del Indo.


La tauromaquia fue asimismo un culto entre los atlantes como se colige de las evidencias arqueológicas mediterráneas y al menos en una proyección en el mundo andino. Pues una arista de este remoto culto se observa en las representaciones del denominado “Torito de Pucará” –cerámica característica del Distrito de Pupuja, en la Provincia de Azángaro, Departamento de Puno, en Perú– que al igual que los talismánicos qonopa de alpacas y llamas posee una naturaleza simbólica de fecundación. 

El “Torito de Pucará” es una figuración totémica conocido como qonop en quechua e illa en aymara y empleada hasta hoy en ritos como el “señalaquy”, la “ch’alla” y el “haywariquy”.

El “Torito de Pucará” de la tradición andino peruana. La similitud con las figuras
del valle del Indo es extraordinaria.


El origen del “Torito de Pucará” se remonta a un sacrificio a Pachakámaq –manifestación de la Deidad Suprema Huarijocha– que al igual que los sacrificios de toros realizados por los atlantes para Poseidón –Posei-dawōn, el “Señor de las Aguas”, según la información consignada por Platón en el Critias– como a su vez en la tradición de los arios del valle del Indo, busca la fertilidad y la regeneración –ciclo– y la perpetuidad de la vida.

Rafael Videla Eissmann
30 de Enero de 2021


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).