domingo, 31 de diciembre de 2023

San Cristóbal/Tupahue: Cerro sagrado de Santiago


 
El cerro San Cristóbal/Tupahue de Santiago de Chile. Su nombre original
es Tupahue, es decir, “Lugar de Tupa” (Fotógrafo desconocido. Ca. 1930).


En la Sesión General de la Sociedad Científica de Chile, sostenida en Santiago el 29 de Diciembre de 1919, el profesor Roberto Rengifo –el genial impulsor de la concepción del origen polar antártico del hombre y el desarrollo de la civilización de sur a norte–, abordando la toponimia aborigen y al rol de los cerros Santa Lucía (Huelena) y San Cristóbal (TenTén) y el significado de éstos, sostuvo: Partiendo del concepto, que ha arraigado en mi pensamiento en cuanto a que el origen de la humanidad estuvo en el casquete polar antártico, y que habiéndose dislocado y hundido en parte este casquete, arribó la gente primitiva al extremo sur de Patagonia y Tierra del Fuego, creo explicarme parte de la formación del lenguaje y parte del origen de los nombres dados a los grandes accidentes topográficos (Actas de las Sesiones. Sesión General de 29 de Diciembre de 1919. Página XXXVII. Tomos XVI-XVII de la Société Scientifique du Chili en el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile).

El hecho de observar que el cerro San Cristóbal es un TenTén, es decir, “ThrengThreng” o uno de los cerros-naves que ascendieron al firmamento durante el último Gran Diluvio o Tripalafkén, lo relaciona directamente con la tradición ancestral y sagrada de los lituche-araucanos y más aún, con el λóγος –lógos– de los primeros hombres, de los peñi Epatun, o “hermanos” Epatun, llamados también glyche, esto es, hombres primitivos o del principio.

Los lituche.

Aún más: El propio profesor Rengifo agrega información sustancial sobre este cerro y su entorno: Que los Miti ( = imagen-nieve) mitos, miting o mingas se celebraron en las agrícolas márgenes del Mapocho al llegar los españoles, lo atestiguan los cerros San Cristóbal y Santa Lucía, bautizados así por pasar el Ferurico entre ellos (el Mapocho) (Videla Eissmann, R. Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El Papel del Territorio de Chile en la Evolución de la Humanidad Prehistórica y el Origen Polar Antártico del Hombre. Página 121).

Estas nociones se refuerzan por otro hecho trascendental: Las características geológicas del cerro San Cristóbal/TenTén. Se trata de un cerro bicorne, esto es, con dos “cuernos” o “cachos”, tipología particular y distintiva en la concepción de la sacralidad espacial del mundo prehispánico del Chili Mapu y por cierto, de la América Aborigen. De hecho, prácticamente todos los espacios sagrados de la antigüedad prehispánica están asociados a cerros o montañas con dos “cuernos” o “cachos”.

El origen y significado de esta característica es un mystērion primigenio asociado a la plasmación de las fuerzas divinas de lo femenino y lo masculino –la fuerza creadora de la vida, de la Naturaleza–.

La “iconografía” de estas geomorfas se tradujo en la representación de los antiguos dioses del continente con “cuernos”. En este sentido, apropiadamente el profesor Rengifo escribió: Los cuernos han sido símbolos de dioses y héroes (Videla Eissmann, R. Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El Papel del Territorio de Chile en la Evolución de la Humanidad Prehistórica y el Origen Polar Antártico del Hombre. Página 29).

El sagrado volcán Melimoyu, en la Región de Aysén
del General Carlos Ibáñez del Campo.

Crestón de dos cachos estampado con petroglifos, centro de la civilización primigenia, en Chalinga, en la Región de Coquimbo. En el panel número 20 figura el legendario “héroe de los chiles”. Al respecto, el profesor Roberto Rengifo escribió: Los cuernos han sido símbolos de dioses y héroes (Ilustración de Roberto Rengifo, ca. 1920).


Ahora bien, en relación con la sacralidad del cerro San Cristóbal hay otra relación fundamental que da luces sobre la importancia de la tierra donde se fundó la ciudad Santiago: El nombre original del San Cristóbal es Tupahue –Tupawe–, es decir, “Lugar de Tupa” en chilidugu –el hoy vulgarmente denominado “mapu-dungun”–. Tupa es una abreviación de Tuapaca y más apropiadamente Tauapácac –castellanizado en “Tarapacá”–. En realidad, Huirajocha Tauapácac es Tonapa Viracochanpachayachicachan o Pacchacan, y Bicchhaycamayoc Cunacuycamayoc. El “Señor de los Báculos” o saturris, cuyo título panandino fue Pachacámac o “Soberano del Mundo” en quechua.

San Cristóbal es TenTén –ThrengThreng–, cerro de naturaleza sagrada y perteneciente a Huirajocha Tauapácac, líder de los Dioses Blancos de la tradición áurea de la América Aborigen.

Rafael Videla Eissmann
29 de Diciembre de 2023


Bibliografía

Rengifo, Roberto
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Videla Eissmann, Rafael
Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre. Editorial Puerto de Palos. Santiago de Chile, 2007.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
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viernes, 29 de diciembre de 2023

Mapu-che. El origen del hombre


Los chemmamüll u “hombres de madera”. Son tótems que evocan a los lituche, el principio de la jeneracion de los hombres en el decir de Juan Ignacio Molina (Colección Museo Chileno de Arte Precolombino).


En Nueva Imperial, en el sur de Chile, sentados fuera del hogar de Quinturay Raypán, nos encontramos en compañía de dos extranjeras que la visitan.

En la afable conversación surgió el fascinante campo del origen del hombre. Una de estas personas aseveró que de acuerdo a los “estudios científicos de la arqueología, el origen del hombre se encuentra en África”.

Inicialmente, Quinturay pareció o no reparar en esta aseveración o no darle importancia, o bien, tomó algunos momentos para responder.

Y entonces, de manera tajante, manifestó:

¡No! ¡Nosotros no somos de África! Somos de la tierra, de esta tierra –y apunta con el dedo índice de su mano derecha al suelo, casi como un gesto ritual–. ¿Cómo vamos a venir de África? Nosotros somos mapu-che, somos los hombres de la tierra, de esta tierra, hemos surgido de la tierra y hemos vivido desde siempre aquí. ¡No hemos venido de África!

Las visitantes se ven muy incómodas, contrariadas, ante la respuesta inapelable de Quinturay –no desde la feble y acomodaticia perspectiva de la “ciencia” sino emanada de la tradición ancestral y sagrada de los auténticos mapu-che–.

A continuación, las visitantes tratan de argumentar nuevamente en base a los “estudios arqueológicos”. Quinturay replica que quizás los negros procedan de África pero que los mapuches hemos nacido de la tierra.

La autoctonía es la base del aborigen. La cosmovisión, la cultura y la tradición y el ser son parte del medio, del paisaje –de la tierra–. No pueden ser transportados o exportados. O adaptados. La tradición ancestral –el Admapu de los lituche-araucanos– es sencillamente, un aspecto de la preservación consciente de la premisa esencial de la unidad hombre-tierra –mapu-che–, es decir, la inquebrantable asociación de la sangre y el suelo, de la cual surge absolutamente todo: Los dioses, los espíritus, las manifestaciones de lo sagrado y el hombre, son componentes intrínsecos de la tierra.

La relación expuesta por Quinturay Raypán sobre la autoctonía de los habitantes del país, ciertamente basada en el conocimiento ancestral de los lituche-araucanos, posee profundas resonancias con la concepción del origen polar antártico del hombre y el desarrollo de la civilización primitiva en el Chili Mapu establecida por el profesor Roberto Rengifo.

Rafael Videla Eissmann
28 de Diciembre de 2023


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jueves, 28 de diciembre de 2023

La tradición sagrada del Chili Mapu


La maestra Quinturay Raypán.

En Enero de 2005, en Nueva Imperial, en el sur de Chile, la maestra Quinturay Raypán reveló la razón de su estadía en Santiago “todos estos años”. Y expresó, a continuación, algo fundamental: Señaló que su machi le ordenó transmitir la tradición sagrada de los mapuches a los hermanos chilenos pues ellos desaparecerán.

La transmisión de esta tradición sagrada debía realizarse durante un tiempo determinado. Ciertamente, esta tradición sagrada de los hombres de la tierra se remonta al sustrato de los lituches, el principio de la jeneracion de los hombres como consigna Diego de Rosales en su Historia general del Reino de Chile, Flandes Indiano (Ca. 1674).

Los primeros hombres.

Mas, ¿cuál fue el origen de esta premonición que la machi comunicó a Quinturay? ¿Procede de un peuma, de un perimontun, de una visión?

Esto fue, justamente, lo que Quinturay hizo como ceremoniante a través de su agrupación Leufu Licanche –y también por medio de otros grupos–: Nguillatunes o rogativas al Chao Ngenechén, rituales, consagraciones, traiquintu o intercambios, danzas y cantos.

Significativamente, en Marzo de aquel mismo año, Quinturay observaba que los hombres parecen mujeres y las mujeres, hombres. Las niñas no tienen torso de mujer, han perdido la feminidad, los niños nacen “mal hechos”…

Quedan muy pocos con el poder de ver. Por ejemplo, antes se veía el águila de dos cabezas, en Boroa, en Nueva Imperial, que es un animal que existe. Pero algo sucedió y el poder de ver se ha perdido. La mente se ha debilitado. Ya no se comprende, no se conoce. El hombre se ha mermado, se ha perdido… Y Chile, nuestra patria, Rafael, se está destruyendo irreversiblemente.

Aquí parecería haber una inconexión de temáticas. Sin embargo, ello no es así: La merma, la disminución del hombre tiene un impacto, o mejor, una correspondencia directa sobre la tierra –la patria, el Chili Mapu–. El alejamiento y olvido de la tradición sagrada y sus normas, es decir, el Admapu, implica el desequilibrio o desarmonía de la tierra –su destrucción– y junto a ello, la pérdida de la capacidad de ser y por ende, de ver. La analogía hombre-tierra y viceversa es decisiva: Se trata, precisamente, de los “hombres de la tierra”. El adagio hermético es arquetípico e ineludible: Quod est inferius est sicut quod est superius. Et quod est superius est sicut quod est inferius, ad perpetranda miracula rei unius.

Cuando se cumplió tiempo ordenado por la machi, Quinturay volvió a Nueva Imperial.

Es el destino del paisaje, del amado mapu, de los dioses-pillanes y de los propios hombres de la tierra (el “destino sobrehumano, irreversible”).

Es el tenue eslabón del Cordón Dorado de la Gran Tradición.

El Quinto Sol de la Humanidad Sagrada irradia aún su portentosa luz sobre el Chili Mapu.

Rafael Videla Eissmann
27 de Diciembre de 2023
 

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jueves, 14 de diciembre de 2023

Mapu Tremo: Resabios de la cronología araucana


Registro ideográfico comunicado por Vicente R. Liberona en 1913 y dado a conocer públicamente
por el profesor Roberto Rengifo en la Sociedad Científica de Chile en 1920.

El extraordinario texto intitulado Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento (1913) fue dado a conocer por el profesor Roberto Rengifo en su trabajo Extractos de Actas de la Sociedad Científica –tercera parte de El Secreto de la América Aborigen publicado en Santiago de Chile, en 1920.

Esta reseña corresponde en realidad a la fragmentaria tradición aborigen comunicada por Vicente R. Liberona en Temuco en 1913, la cual se trata según Liberona de “una historia inédita sobre el origen de América”. Destaca, en este sentido, el nombre de Mapu Tremo para América y la concepción de grandes épocas o lilas. Asimismo, la enunciación del gobierno de nueve ülmenes o caciques y la posterior irradiación de la civilización desde sur a norte –con hitos como la creación de la monarquía inca, la enseñanza de las divinidades y la construcciones de templos y ciudades en Mesoamérica–.

Resulta fundamental constatar la concepción de Mapu Tremo, esto es, del continente americano como el “país hermoso, sin defecto, completo y tranquilo”, pues se trata de una evocación del Paraíso/Paradesha y de la Edad Dorada o Satya Yuga de los hombres-dioses.

Algunos de los nombres de estos “primeros habitantes” son Kirso, Zefiritez, Muuk, Laelia, Polasar y Saga. Resulta significativo señalar que la fonética de estos nombres comunicados por Vicente R. Liberona, no guardan relación con aquella del mapudungun contemporáneo. ¿Cuál es el origen y significado de estos nombres?

Un segundo aspecto trascendental es que esta reseña presentada por Liberona se basa en una fuente paleográfica, es decir, en un sistema ideográfico araucano del cual otorga una singular muestra.

El sistema ‘alfabético’ de signos ideográficos de los antiguos araucanos se denomina adentunemul.

Por último, recalcar la osadía de Vicente R. Liberona y de Roberto Rengifo de comunicar esta inédita reseña de la historia americana en la Sociedad Científica de Chile.

¿Cuál fue el destino de don Vicente R. Liberona? ¿Qué sucedió con este inédito trabajo? ¿Existen aún fuentes del ignoto sistema ideográfico de los chiliche-araucanos? ¿Cuál fue la base de Liberona para la Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento: ¿Fue el litrang o piedras lajas, el troluvmamel –corteza de quillay– o bien, el prom, una escritura en nudos que se hacían en cuerdas de lana de distintos colores, similar al sistema de los quipus?

Ciertamente, la importancia de la visión comunicada a través de la Reseña histórica desde que América fue poblada hasta su Descubrimiento recae en el hecho que se basa en la tradición aborigen, es decir, en el conocimiento ancestral sobre la historia primigenia de Chile y sus habitantes.

De aquí, de esta tradición ancestral, emanan las trazas de la concepción del profesor Roberto Rengifo sobre el “Secreto de la América Aborigen” y del origen polar antártico de la humanidad.

Rafael Videla Eissmann
11 de Diciembre de 2023


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martes, 12 de diciembre de 2023

Reseña bibliográfica de los estudios arqueológico-antropológicos del profesor Roberto Rengifo


El profesor Roberto Rengifo –sentado, al medio– en las inmediaciones de Zapallar,
en la Región de Valparaíso, en Chile (Ca. 1921).

La presente reseña expone la cronología de publicaciones arqueológica-antropológicas del profesor Roberto Rengifo. Excluye, no obstante, las exposiciones desarrolladas en la Societtè Scientifique du Chili (1904-1935).

Todas las publicaciones han sido realizadas en Santiago de Chile.

El primer trabajo del profesor Roberto Rengifo sobre este campo aparece en 1919 y corresponde a la primera parte de El Secreto de la América Aborigen: Noticias y comentarios arqueológicos. Un año más tarde aparece la segunda entrega, Estractos de Actas de la Sociedad Científica. En aquel mismo año se edita la tercera parte, Los chiles, y también un trabajo paralelo y complementario a El Secreto de la América Aborigen: Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles.

En 1921 aparece la última parte de la tetralogía, Extractos de Actas de la Sociedad Científica.

Llamativamente, sólo catorce años después, es decir en 1935, es publicado El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica, trabajo que se transformaría en la última obra conocida del profesor Rengifo.

¿Hubo manuscritos e investigaciones que han permanecido inéditos? El escritor y periodista Daniel de la Vega, en el diario santiaguino Las Últimas Noticias, en una nota que lleva por título Petroglifos y que fue publicada en Febrero de 1948, realiza una sucinta entrevista al profesor Roberto Rengifo, hecho que indicaría que en esa fecha aún vivía.

Sólo décadas después, y tras un largo y paulatino proceso de estudio y recopilación de los escasos y valiosísimos trabajos de Roberto Rengifo, publicamos un tiraje limitado de El Secreto de la América Aborigen en 2001. 

Luego, en 2006 apareció el opúsculo Los chilingas. Comentarios de Roberto Rengifo, que es el mentado artículo-entrevista de Daniel de la Vega.

Posteriormente, en 2007 publicamos El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre, con prólogo y notas –setenta y dos años después de su primera edición–. Luego, lanzaríamos una edición limitada y numerada de esta sustancial obra en 2015.

Cabe destacar, asimismo, que numerosos artículos sobre la visión y obras del profesor Roberto Rengifo ha aparecido en publicaciones tales como Il Giornale dei Misteri y The X Planet de Italia, PaleoSETI de Canadá, Phenomena Magazine de Argentina, NOUFA de Chile, y por cierto, en nuestros Cuadernos de Divulgación Histórica.

Rafael Videla Eissmann
9 de Diciembre de 2023


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viernes, 8 de diciembre de 2023

CIV años de la promulgación del origen polar antártico del hombre (1919-2023)


El Supremo Viracocha en la Puerta del Sol de Tiahuanaco,
la metrópolis de los viracochas.

En la segunda década del siglo XX, el profesor Roberto Rengifo promulgó el origen polar antártico del hombre y la irradiación de la civilización desde la región antártico-patagónica hacia el norte, expandiéndose por el resto del continente y y alcanzando luego el occidente de Europa.

Roberto Rengifo fue profesor de Estética e Historia del Arte de la Escuela de Bellas Artes (1919) y del Instituto de Educación (1926) de la Universidad de Chile. Fue miembro de la Société Scientifique du Chili (1904) y desarrolló numerosas conferencias entre 1906 y 1934.

En el campo arqueológico y etno-historiográfico los principales campos que desarrolló el profesor Rengifo se centran en la concepción del origen polar antártico del hombre –la “humanidad blanca y clara”–, el desarrollo de un sustrato civilizador que emanó de la región polar antártica, irradiándose desde el sur por América para luego expandirse por el resto del continente, alcanzando el occidente de Europa y luego Uruk –“ciudad que fue el germen de las civilizaciones arias o indo-europeas”–.

Este es el Secreto de la América Aborigen.

Este sustrato civilizador antecede, evidentemente, a la población indígena del continente. Corresponde en términos craneológicos al grupo dolicocéfalo; a los paleoamericanos según la cronología historiográfica y a los indios blancos conforme a los mitos prehispánicos que luego fueron vertidos en crónicas y posteriormente en numerosos registros etnohistóricos. Estos indios blancos son los descendientes de los portentosos Dioses Blancos que crearon las civilizaciones de América y cuyo origen se remonta, como se ha señalado, a la Antártida.

Esta población antártica fue conocida como chiliche u “hombres de Chile” en el primitivo Chili Mapu. En en el altiplano andino fueron denominados ulteriormente como huari-huarijocha-runa y el epíteto de pacarimoc runa o “aquellos de la aurora”. Más arriba en latitud, en Mesoamérica, se conocerán como kukulkanes y quetzalcóhuatles.

Son los Dioses Blancos de América.

Los “héroes civilizadores” de la tradición ancestral del continente.

Mas, su verdadera procedencia es el Polo, la Terra Australis, el gran centro de la humanidad blanca y clara. Allí llegaron los dioses del firmamento, los “poderosos del cielo”, los astrales hówen de la tradición shelk’nam.

Se comprende, de este modo, que la visión del profesor Rengifo acerca del origen de la humanidad en la Antártida es fundamental, pues ahí está el “génesis”, el espacio de “creación” de los dioses.

La Patria de los Dioses. El Hogar de los Espíritus.

El núcleo zoogénico antártico-patagónico.

Las ideas planteadas por el profesor Rengifo se reforzarían por la presencia de un grupo de alemanes en el extremo austral para dilucidar “si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego” –que intuimos, correspondería a una misión arqueológica-etnológica liderada por Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial, quien viajó a países como Perú, Bolivia y Chile entre los años 1928 y 1936 con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger y Philipp Fauth y la multidisciplinaria Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.

De manera evidente, la búsqueda por parte de los alemanes de su origen en Karukinka, en Tierra del Fuego, en la Patagonia no corresponde a la población de cráneos braquicéfalos que caracterizan a los indígenas sino que se trata de los vestigios del grupo dolicocéfalos o paleoamericanos –la “humanidad blanca y clara”–.

El primitivo nombre de América fue Huitramannaland, es decir, la “tierra de los hombres blancos”.

Rafael Videla Eissmann
7 de Diciembre de 2023


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