miércoles, 30 de diciembre de 2020

Los hombres-dioses, los ugha mongulala y la tradición araucana de Chile


Ilustración de las figuras antropomorfas araucanas conocidas como pun-pun
y que se caracterizan por ser barbadas y poseer seis dedos (1928).

De manera decisiva, la tradición sagrada de los ugha mongulala comunicada por Tatunca Nara en el marco de nuestra expedición al Amazonas en el año 2018 y su remota relación con el sustrato primigenio de Chile –que hemos esbozado parcialmente en Una remota relación entre los selk’nam y los ugha mongulala (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2020/12/una-remota-relacion-entre-los-selknam-y.html) se corrobora con una significativa información consignada por el sacerdote capuchino y naturalista de origen francés Joseph Claude –pseudónimo de Hippolyte Janvier– (1892-1986), prolífero investigador de botánica, entomología y etnología –firmando como “H. Claude Joseph”, correspondiendo la H por “Hermano” o bien, como “R. H. Claude Joseph” por “Reverendo Hermano” Claude Joseph–.

Así, abordando el estudio de una variante de los trarilonkos o “cintillos” ceremoniales empleados en las cabezas, Joseph ha escrito:

La parte central elipsoidal lleva inscrita otra elipse menor, de buen efecto decorativo; de las extremidades cuelgan personajes llamados «pun-pun», hombres barbudos de medio cuerpo en lugar de los discos acostumbrados. Estos tipos antropomorfos parecidos a soldados colgados de la cabeza carecen de piernas; su cara ovalada conserva rudimentos de los órganos principales: Ojos, nariz y boca; los brazos separados del tronco y dirigidos hacia abajo terminan casi siempre por seis dedos. Esta variedad de trarilonco, apreciada por los mapuches y coleccionistas, parece ser escasa hoy día (H. Claude Joseph, La platería araucana. En: Anales de la Universidad de Chile. Año 6. Serie 2. Enero de 1928. Página 132 [Y publicada como Separata por Establecimientos Gráficos «Balcells & Co». Santiago de Chile, 1928]).

Las “manos de los dioses” (Ilustraciones de Rafael Videla Eissmann, 2018).

Vasija antropomorfa chili-diaguita de la zona centro norte de Chile (Museo
Chileno de Arte Precolombino / Fotografía de Rafael Videla Eissmann).

Como hemos destacado, la importancia del registro de Claude Joseph radica en la constatación de figuras antropomorfas con dos características fundamentales para la comprensión de la historia primigenia de América: Representaciones de hombres barbudos –factor racial usualmente ausente en las poblaciones protomongoloides y mongoloides, es decir, los indígenas– y más aún, la característica fisiológica de seis dedos pues ella es de acuerdo a Tatunca Nara una señal distintiva y propia de los dioses y sus descendientes.

Tatunca ha expresado a este respecto:

– “No son dioses sino ‘hombres’ que han llegado desde las estrellas. Son altos, blancos. Igual a nosotros. La única diferencia es que tienen seis dedos en las manos y los pies”.

“Son poderosos. Tienen poderes mentales”.

Se vislumbra, en definitiva, un antiquísimo sustrato civilizador emanado de las profundidades de las montañas sagradas de los Andes y que fue preservado por focos culturales como los ugha mongulala y los araucanos.

Rafael Videla Eissmann
29 de Diciembre de 2020


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

lunes, 14 de diciembre de 2020

El emblema sagrado de los ugha mongulala y los hombres-Sol

 

El templo inca de Coricancha en Cuzco, la capital del Tahuantinsuyu, con Inti Dios Sol. Es el emblema de ugha mongulala (Grabado en el libro de Paul Marcoy, Voyage à travers l’Amérique du Sud, 1869).


La proyección del antiquísimo emblema ancestral de los ugha mongulala –el Sol sobre las aguas del cual se proyectan trece rayos– se constata en el símbolo de Inti (Sol) que se resguardaba en el Coricancha en Cuzco, la capital del Tahuantinsuyu, es decir, el “Imperio de las Cuatro Regiones”, como se observa en un tardío grabado aparecido en el libro Voyage à travers l’Amérique du Sud (1869) de Paul Marcoy (Pseudónimo de Laurent Saint Cricq).

La similitud es decisiva y refuerza la tradición comunicada por Tatunca Nara.

Los símbolos andinos precolombinos y preindígenas procedieron de remotos núcleos culturales que han sido arrasados por las grandes catástrofes cíclicas.

Los sobrevivientes han transmitido los conocimientos de la tradición sagrada.

El símbolo de Inti en el Coricancha e una evocación, igualmente, de la antigüedad observada por el arqueólogo alemán Edmund Kiss de la primordial civilización del Cuzco –y del altiplano andino en general, especialmente de Tiahuanaco–.

Izquierda: Representación petroglíficas de un huarijocha en Monte, en la Región de Coquimbo, en Chile. Centro: Representación petroglífica de un huarijocha en las cercanías de Laguna Colorada, en la Provincia de Tucumán, en Argentina. Derecha: Una figura tallada en oro descubierta en Tolima, Colombia. Los “tocados” o tiaras de estas figuras evocan el emblema solar de los ugha mongulala.

Figuración gráfica del emblema de los ugha mongulala.


La figuración simbólica solar, también, posee resonancias con las representaciones de los hombres-Sol, los huarijochas o Dioses Blancos, los Hijos del Sol. La estirpe astral civilizadora americana.

Es el Mythos Áureo de la América Aborigen.

Rafael Videla Eissmann
13 de Diciembre de 2020


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jueves, 10 de diciembre de 2020

Tatunca Nara y la raza primigenia americana

 

Huaco de origen moche: Es la representación de un hombre barbado.


Los ugha mongulala: Un pueblo desconocido salvo por el testimonio de una sola fuente: Tatunca Nara.

Tradición inmemorial que proyecta su memoria en un testigo viviente. ¿Es posible? Sí.

Así como se ha constatado la existencia de numerosos “últimos descendientes” de variadas etnias en el continente, ¿por qué no puede suceder lo mismo con el depositario de la tradición hierática de los ugha mongulala? Quizás la respuesta a esta paradoja es que la tradición a la que refiere Tatunca no ‘encaja’ en la historiografía ortodoxa.

En primer lugar, el origen de los ugha mongulala. Son “hijos de los dioses”, esto es, de estirpe divina, real, fundada en la sangre. Oposición directa al dogma cientificista del origen africano del hombre y de la presumida “evolución”.

En segundo término, las características étnicas de los ugha mongulala: Son “blancos y altos”, es decir, no ‘calzan’ con la estereotipada imagen del habitante precolombino: De piel morena o marrón, de baja estatura.

La evidencia arqueológica en toda América demuestra la existencia en tiempos precolombinos de al menos dos poblaciones: Dolicocéfalos y braquicéfalos. Vale decir, de cráneos ‘alargados’ y ‘redondos’, respectivamente, y cuyos fenotipos son de tipo blanco (“caucasoide”) y amarillo (“protomongoloide” y “mongoloide”).

Es el quiebre, la ruptura de las bases de la historiografía oficial.

La gran impostura.

¿Acaso la raza blanca americana de los cráneos dolicocéfalos, los “hijos de los dioses” referidos por Tatunca son una creación, una invención suya? ¿Qué decir entonces de Pedro de Valdivia, Alonso de Ovalle, Fernando de Montesinos, Gaspar de Carvajal, Antonio de Calancha, Pedro Cieza de León y Felipe Guamán Poma de Ayala entre muchos cronistas que registraron la existencia de los indios blancos, descendientes de una poderosa y avanzada civilización de hombres-dioses?

¿Acaso los viracochas, los kukulkanes-quetzalcoatles fueron una invención de las antiguas poblaciones americanas?

El Mythos áureo de América-Huitramannaland ha grabado el nombre de Tunupa, Kontiki Viracocha, Bochica, Kukumatz y Ehécatl Quetzalcóatl como dioses blancos y civilizadores, desprendidos de una civilización primigenia y aborigen.

Son los dioses descendidos de las estrellas.

La raza astral que cimentó las bases en ignotas edades de una historia sólo vislumbrada a través del mito y las narraciones sagradas.

Grandes catástrofes han asolado los cimientos de estos sustratos culturales pero su recuerdo se ha preservado. Y junto a éstos los vestigios de conocimientos incomprensibles bajo los febles parámetros de la impostura historiográfica imperante. La “historia oficial”.

Tatunca ignora los registros de los dioses civilizadores de América. Sólo conoce la fragmentaria tradición de su pueblo, los ugha mongulala, la cual refuerza la tradición mítica de la raza primigenia original.

La comprensión de la historia, de la verdadera historia, sólo es posible a través del mito.

Rafael Videla Eissmann
10 de Diciembre de 2020


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

martes, 8 de diciembre de 2020

Una remota relación entre los selk’nam y los ugha mongulala

 

Vasija diaguita (chile) del norte de Chile. La figura tiene seis dedos en cada mano, signo propio de los dioses de la tradición de los ugha mongulala (Colección del Museo Chileno de Arte Precolombino). 

En el marco de la expedición del equipo de Akakor Geographical Exploring al Amazonas, el día 28 de Julio de 2018 Tatunca Nara hizo referencia de la cultura de los ugha mongulala, abordando la tradición de los “dioses descendidos de las estrellas”, símbolos de 12.000 años de antigüedad y de un “portal megalítico” que conduce a las “ciudades subterráneas”.

Tatunca advierte que la cordillera de las Rocosas y los Andes estaban unidas y se hallaban “horizontalmente” y paralelas al Ecuador. Pero “un gran cataclismo destruyó todo” y el mundo se conformó en la manera que hoy se conoce.

–“El Diluvio”– añade Tatunca.

Manifiesta a continuación la existencia de una tablilla de Ur que hace mención del gran viaje que emprendió el rey sumerio Gilgamesh a América del Sur, al Amazonas.

Refiere también que la expedición del coronel Percy Harrison Fawcett en realidad fue en la región noroeste de Brasil pues las tradiciones orales que los incas comunicaron a los conquistadores indicaban una zona hacia el nororiente, desde donde nace el Sol.

–“El coronel Fawcett fue uno de los buscadores de El Dorado pero según mis conocimientos se vio enfrentado a una serie de guerras entre tribus indígenas y habría muerto en una de estas luchas”– complementa Tatunca.

Realizo –por mi parte– una referencia sobre la cosmovisión y tradición mítica de los hówen-selk’nam de Tierra del Fuego: En un remoto pasado, los dioses descendieron de las estrellas y habitaron el continente polar austral, la Antártida. 

Detalle de la vasija diaguita (Colección del Museo Chileno de Arte Precolombino).

Tatunca me observa perplejo y mira al guía de nuestra expedición, Lorenzo Epis, y le pregunta en portugués de dónde ha obtenido esta información pues es la misma tradición que él conoce. Me insta que continúe con el relato. Le indico que la tradición de los primeros hombres de Chile hace proceder de la Antártida el origen de la civilización. Ellos eran hombres de cráneos alargados y que pintaban en sus cuerpos las constelaciones de sus orígenes. Tatunca se sorprende aún más y le vuelve a preguntar a Lorenzo sobre mis conocimientos. Y añade:

– “Todo lo que él dice es lo que el sacerdote de mi pueblo me ha comunicado”.

Se vislumbra, en consecuencia, una remotísima relación entre el sustrato primordial antártico-patagónico y aquél de los míticos ugha mongulala asentados en el Amazonas.

Rafael Videla Eissmann
7 de Diciembre de 2020


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

viernes, 4 de diciembre de 2020

Sistema pictográfico de los ugha mongulala

 


Estos signos corresponden a la adaptación simplificada del alfabeto pictográfico de los ugha mongulala y fue realizado por la madre de Tatunca Nara para él, en su niñez.

El sistema de ‘lectura’ de los ugha mongulala es de izquierda a derecha y se compuso originalmente por más de doscientos signos.

Tatunca lo empleó en su niñez y adolescencia y sólo recuerda algunas pictografías tales como aquel del “Sol” –el Sol Inmaterial y Dador de Vida–, de “Río”, de “Mujer” y de su propio nombre.

Tatunca ha manifestado que los signos de Pedra Pintada en Brasil corresponden a pictografías de su pueblo.


Pedra Pintada, en el Estado de Roraima, en Brasil. 


¿Cuál es el origen de este sistema ideográfico? ¿Cómo se “creó” y dónde? ¿Cuál fue su radio de difusión? Junto a las ideografías de Pedra Pintada –siguiendo la información comunicada por Tatunca–, ¿hay otros sitios o bien, vestigios arqueológicos que evidencien este sistema ideográfico?¿Existió una relación entre el sistema pictográfico de los ugha mongulala y de otros grupos culturales precolombinos? ¿Hubo transmisión de estos signos? ¿Poseen, o poseerían relación con el sistema tolteca-maya de Mesoamérica?

Tal como el conocimiento de los ciclos astronómicos, la agricultura y la metalurgia, la “escritura” –los sistemas ideo-pictográficos– corresponden a las Ciencias Sagradas comunicadas por los dioses a los hombres.

Rafael Videla Eissmann
3 de Diciembre de 2020


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).