El lukutuwe corresponde a una representación hierática de la tradición lituche-araucana materializada usualmente en los textiles –y, de modo específico, en los trariwe o fajas empleadas por las mujeres y en mantas–.
El lukutuwe es una figura antropozoomorfa caracterizada por una cabeza –o lonko– con gran tocado –que muchas veces es estilizada en una “flor”– y la abstracción simétrica del cuerpo –kalül– por medio de dos brazos de tres dedos y dos extremidades inferiores también de tres dedos.
La “posición” de este ícono-imagen antropozoomorfo es ritual. Más aún: Es iniciática y revela, al menos parcialmente para los conocedores del “lenguaje del tejido” –la ordenación de los códigos simbólicos, su simetría y colores–, un estado de transición o rito de pasaje.
Es el lukutuel-temu-rayen.
La peculiar característica de los tres dedos en las extremidades obedece a una clave astronómica y nos aventuramos a decir, a la historiografía PaleoSETI, pues se trata de una evocación de la constelación de Orión, conformado por un juego de líneas con tres estrellas y su significante, el lexema WELU-WITRAU, las “manos de tres dedos” (la “constelación en tensión”), siguiendo las informaciones consignadas por los etnólogos de Ernesto Wilhelm de Moesbach y fray Félix José de Augusta.
¡Otra clave más de la historia prohibida de nuestra América!
Ciertamente, el gran tocado del lukutuwe evoca las representaciones de los poderosos viracochas o Dioses Blancos.
Más aún: La tradición oral refiere a que el lukutuwe es una evocación del “primer ser humano”, hecho que posee una notabilísima similitud con el conocimiento de los amautas plasmado ulteriormente en la célebre obra El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno (1583-1615) del historiador Felipe Guamán Poma de Ayala (1534-1615) en torno a la población primigenia del mundo andino. Es decir, a la primer de generación [primera generación] de in[di]os, vari vira cocha runa / Primer yndio deste rreyno / Uari Uira Cocha uarmi / en este rreyno de las Yndias / Wari Wira Qucha Runa / Wari Wira Qucha warmi (Foja 48).
Guamán Poma de Ayala, agregó, de modo ilustrativo: Daquí [de la primera generación] multiplicó los demás generaciones de yndios a los quales le llamaron pacarimoc runa [“los de la aurora”] (Foja 49).
Esta primera población –o “generación”– fue aquella de los vari vira cocha runa, es decir, los huari-huarijocha que fueron llamados pacarimoc runa o aquellos “de la aurora”, del inicio.
Los primeros hombres.
De modo elocuente, esta es la misma premisa consignada en el Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776) del historiador Juan Ignacio Molina acerca de los lituche o glyche, es decir, el principio de la generación de los hombres, o los hombres primitivos o del principio (Lenz, R. Tradiciones e ideas de los araucanos acerca de los terremotos. Página 17) de la tradición araucana.
Esta es la fundamental historia mítica de América, de Huitramannaland –la “tierra de los hombres blancos”– que encuentra plena resonancia con los estudios arqueológicos desarrollados por el profesor Roberto Rengifo durante las primeras décadas del siglo XX en torno a la primitiva población del Chili Mapu, los chilis procedentes de la Antártida, el gran centro de la humanidad blanca y clara (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Página 8 ~ Los destacados son nuestros).
De forma significativa, la representación del lukutuwe correspondería a una de las representaciones más australes de los viracochas o pacarimoc runa, “los de la aurora”.
Los primeros hombres o Urmensch. Los “hijos de los dioses” del Wenu Mapu o “tierra del cielo”.
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