viernes, 18 de febrero de 2022

El origen del culto de la tortuga sagrada: Vestigios y la relación de América-India



Representación híbrida del dios Vishnu como hombre-tortuga. Adviértase el tocado cónico, similar al de los hówen o “espíritus” (dioses) de los selk’nam de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Chile (XIV. Incarnation de Vichenou en tortue. British Museum, ca.1850).


En términos historiográficos, el registro más antiguo de la sacralidad de la tortuga se remonta al trabajo del notable etnólogo Edward Burnett Tylor quien en su libro Researches Into the Early History of Mankind and the Development of Civilization (“Investigaciones en la historia temprana de la humanidad y el desarrollo de la civilización”. J. Murray. London, 1865) concluyó que una de las más antiguas concepciones de la ‘tortuga’ como base del planeta se descubre en el hinduismo: En los Veda se habla de Kurma, el segundo Avatãra de Vishnu, caracterizado como una gigantesca tortuga conocida como Akupāra sobre la cual se encuentra el globo. La misma noción sobre la tortuga sobre la cual se haya el globo terrestre se observa en la tradición prehispánica de los lenapes de América del Norte según el informe de Jasper Danckaerts en Journal of a Voyage to New York, and a Tour in Several of the American Colonies in 1679-80 (“Diario de un viaje a Nueva York, y una gira en varias de las colonias americanas en 1679-80”. Long Island Historical Society. Brooklyn, 1867).

¡Kurma, el segundo Avatãra de Vishnu! Vishnu, una de las tres Manifestaciones de la Suprema Divinidad. El dios extraterrestre Vishnu habita en el Vaikhunta –el Walhalla de los germanos–, más allá del cielo.

La tradición hinduista se asocia, por cierto, a la sabiduría de los brahmanes, la casta sagrada del Himalaya.

Como hemos expresado en diversos artículos y obras, el origen de la tradición ario-hinduista se remonta al América del Sur –Huitramannaland–, a la antiquísima patria de los Hijos del Sol, los viracochas, los Dioses Blancos del mito áureo y la casta hierática de los nagas y hombres-serpientes –viluche– preservadores de las Ciencias Sagradas. Señalamos, en este sentido, la portentosa obra del sabio paceño Emeterio Villamil de Rada De la primitividad americana (1876) y La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco (1888) y los estudios de la notable investigadora ecuatoriana Ruth Rodríguez Sotomayor sobre las relaciones de Preamérica con India en trabajos como Kara Maya, Raza Madre de la Humanidad (2004), Historia de las Bibliotecas Preamericanas (2009) y El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Preamérica (2013) –entre otras obras–.

Rafael Videla Eissmann
17 de Febrero de 2022


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