jueves, 17 de febrero de 2022

El culto a la tortuga en la América prehispánica



Izquierda: La tortuga (honu) en Rocas de Santo Domingo, uno de los tótems megalíticos de la zona (Ilustración en la obra de Óscar Fonck Sieveking, Vikingos y berberiscos de 1978). Derecha: Escultura maya descubierta en El Petén, Guatemala, del Dios N.

Tatunca Nara posee el tatuaje de una tortuga sobre su corazón el que corresponde a un emblema de los ugha mongulala.

En torno a la tortuga se encuentran los signos del “Espíritu, el Agua y la Tierra”.

De acuerdo a Tatunca, próximo a la meseta de Aracá en el Amazonas, se encontraría una gigantesca tortuga megalítica.

El simbolismo de la tortuga es remoto en la tradición prehispánica y se descubre prácticamente en todo el continente. Así, una fabulosa honu o tortuga se observa en Rocas de Santo Domingo, en la Región de Valparaíso en la zona central de Chile, y que corresponde a uno de los tótems líticos del grupo pre-indígena y que fuera dado a conocer inicialmente por el  notable investigador chileno Óscar Fonck Sieveking en su obra Vikingos y berberiscos publicada en 1978.

Esta misma figura totémica se encuentra en una escultura maya descubierta en El Petén, en Guatemala, del Dios N y a veces conocido como Pawahtun, el cual corresponde a una tortuga híbrida y con cabezas en ambos lados –una clara prefiguración de los gemelos divinos Quetzalcóatl y Xólotl (la Estrella de la Mañana y la Estrella de la Tarde)–.

(Esta figura guarda una notable similitud con una representación de Akupara, la Tortuga-Mundo que sostiene la Tierra: Es Kurma, el segundo Dashavatara, una de las diez encarnaciones principales del dios Vishnu).

Izquierda: Detalle de la foja 53 del Códice Borgia en cuya parte inferior derecha se puede observar al perro del Inframundo Xólotl con caparazón de tortuga. Derecha: Tableta con la efigie de una tortuga descubierta cerca de Moundsville, en Virginia Occidental, en Estados Unidos. Adviértase que el caparazón presenta una forma heptagonal, es decir, una evocación de la estrella de Venus.


Asimismo, en la foja 53 del Códice Borgia se observa en su parte inferior a Xólotl como perro del Inframundo con caparazón de tortuga, precisamente bajo el dios Mictlantecuhtli, esto es, el “Señor del Inframundo” –la Tierra Hueca–.

Más arriba en latitud, una tableta con la efigie de una tortuga descubierta cerca de Moundsville, en Virginia Occidental, atribuida a la cultura adena –asentados en Ohio y Virginia Occidental–, en Estados Unidos, posee un caparazón de forma heptagonal, es decir, una evocación del símbolo de la estrella de ocho puntas, la estrella de Venus –y por ende, del “Señor de la Casa de la Aurora”, Quetzalcóatl-Xólotl–.

La concepción de la Tortuga del Mundo fue conocida entre los lenapes, iroquies y el grupo anishinaabeg de los Grandes Lagos, que incluía a los ojibwa, odawa, potawatomi, mississaugas, nipissing y algonquinos.

Se comprende, de este modo, que la simbología hierática de los ugha mongulala se entronca con esta remotísima tradición.

Rafael Videla Eissmann
16 de Febrero de 2022


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