miércoles, 22 de diciembre de 2021

“Los alemanes habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”


El mapa Chica sive Patagonica et Australis Terra de Matthias Quad, del año 1600.


Reforzamos, una vez más, una idea fundamental plasmada por el profesor Roberto Rengifo en El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935) en torno al origen de la humanidad blanca y clara.

De esta manera, abordando los estudios en torno a tan esencial campo, Rengifo escribió, citando inicialmente a Marcellin Boule en su obra Les Hommes Fosiles, publicado en 1923:

«Algunos conchales y mounds [túmulos] son de dimensiones tan considerables, o se presentan en condiciones topográficas tales, que deben remontar a una alta antigüedad; quizás a los tiempos Pleistocenos».

«Es curioso constatar que desde el año 1840, antes aún que fuera completamente resuelta en Europa la cuestión de la coexistencia del hombre y de los grandes animales desaparecidos [la megafauna ±12.900 años], tales como el mastodonte, estaba ya planteada ésta en las dos Américas».

Por mi parte observaré que aunque la totalidad de los chilenos, excepto unas cinco o seis personas, son indiferentes a esta clase de estudios, no faltan extranjeros europeos que se preocupan de esta materia y que consideran todo cuanto ven y encuentran sólo dependiendo del punto de vista europeo.

El padre alemán Martín Gusinde, secundando una investigación etnológica católica, cuyo centro está en Viena, convivió durante cuatro años, largos períodos con los fueguinos y se hizo iniciar en sus misterios como si fuera uno de ellos.

Su objetivo era corroborar que la teoría antropológica sustentada por el centro católico vienés era más conforme con los hechos que la teoría de la selección de Darwin. La teoría vienesa es la histórica, antropológica. Lo cual significa que lo escrito en la Biblia es un resumen cierto de la verdad.

El padre Gusinde era Jefe de Sección del Museo Antropológico y Etnológico de Santiago, y partió a Magallanes para traer pruebas de que entre los más primitivos humanos, como son los fueguinos, había ya la creencia de un solo Dios, y que había culto, monogamia, etc., y no promiscuidad, canibalismo, idolatría, etc., conforme suponía la teoría evolutiva.

El inglés, don Ricardo Latcham, Director del Museo de Historia Natural de Santiago, dijo: “Es claro que si van con el propósito de encontrar la creencia en un solo Dios y lo demás, volverán diciendo que lo han encontrado”.

El hecho es que el padre Gusinde recogió muchos datos ignorados y trajo una colección como de cien cráneos, que lo autorizaron para informar al Ministerio de Educación que, de sus estudios se desprendía claramente que los fueguinos eran la raza más antigua de América.

Después fue a Alemania a un Congreso Antropológico, llevando los cráneos e imprimiendo un grueso volumen alemán, que aún no conozco; pero fue en ese Congreso Mundial, lo único nuevo e importante que se presentó.

Nada de esto preocupa al público chileno, pero sí a los alemanes, por ejemplo, quienes, según oí hace poco en la Sociedad Científica [de Chile], habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Páginas 3 y 4)–.

Tres son los campos fundamentales constatados: En primer término, la coexistencia del hombre americano “fósil” con la megafauna en el continente –la “coexistencia del hombre y de los grandes animales desaparecidos, tales como el mastodonte, estaba ya planteada ésta en las dos Américas»– cuya antigüedad está delimitada por la asimilación de la Luna –el “Cometa Clovis– y su impacto en la Tierra.

En segundo lugar, y a pesar de la atribuida concepción monoteísta de la tradición selk’nam-fueguina trazada por Martin Gusinde, que “los fueguinos eran la raza más antigua de América”.

Es decir, la raza dolicocéfala emanada del Polo Antártico –el Clan de la Rama Sagrada (Irminsul)–.

La raza primigenia. Der Urmensch.

Por último, la constatación que los alemanes habría “mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”.

Evidentemente, los estudiosos germanos no buscarían el origen de su raza entre los indígenas braquicéfalos sino en los vestigios fósiles de tipo dolicocéfalo –originaria del archipiélago antártico, que por entonces decenas de miles de años atrás, era el gran centro de la humanidad blanca y clara (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Página 8)–.

Es menester resaltar que la única expedición alemana oficial conocida en esa época en América del Sur corresponde a la liderada por el arquitecto y arqueólogo Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial (1913), quien viajó entre los años 1928 y 1936 a países como Perú, Bolivia y Chile con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger Philipp Fauth y la Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.

Estas pesquisas se enmarcan en las investigaciones multidisciplinarias emprendidas por la Deutsches Ahnenerbe, Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte.

En Chile, Kiss realizó investigaciones arqueológicas y antropológicas en la región de Atacama, publicando en 1933 Des Urwaldmädel. Ein deutsches Mädchen in Chile (“Acerca de la joven de la Selva Virgen. Una chica alemana en Chile”), año en el cual asimismo dio a luz a dos obras iniciadoras a la Cosmogonía Glacial: Einführung in Welteislehre (“Introducción a la Doctrina del Hielo Universal”) y luego Welt-Eis-Lehre. Nach Hanns Hörbigers Lehre dargestellt (“Doctrina del Hielo Mundial. De acuerdo a la Enseñanza de Hanns Hörbiger”). Vislumbramos aquí –al igual que los alemanes en la década de los años 30 del siglo pasado– un lejanísimo escenario devastado por la última gran catástrofe cósmica-planetaria: Es el Götterdämmerung o “Crespúsculo de los Dioses” (Aesir) de los germanos o el Tripalafken, la “Gran Agua”, de los araucanos.

Rafael Videla Eissmann
Chili Mapu,
Solsticio de Verano del Hemisferio Austral 2021


Bibliografía

Kiss, Edmund

Einführung in Welteislehre. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1933. 

_ Welt-Eis-Lehre. Nach Hans Hörbigers Lehre dargestellt. Köhler & Amelang Verlag. Leipzig, 1933.

_ Des Urwaldmädel. Ein deutsches Mädchen in Chile. K. Thienemanns Verlag. Stuttgart, 1933. 

_ Die Kosmischen Ursachen der Völkerwanderungen. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1934.

_ Das Sonnentor von Tiahuanaku und Hörbigers Welteislehre. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1937.


Rengifo, Roberto

El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.

_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.

_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.

_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].

_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.

_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).