viernes, 31 de diciembre de 2021
Razas blancas americanas poblaron “la costa de Irlanda y occidentales de Europa”
lunes, 27 de diciembre de 2021
Tiahuanaco fue “construido por un pueblo que venía del sud, los chiloes”
sábado, 25 de diciembre de 2021
La historia prohibida
La fundamental premisa trazada por el profesor Roberto Rengifo en torno a la irradiación civilizadora emanada del Chili Mapu, se observa en dos campos del mundo antiguo de la raza dolicocéfala: Los mitos y los símbolos, entendidos estos como vestigios de una historia que se funde en la Narración Sagrada y que dejó a escala global las indelebles huellas de los Dioses Blancos –la fundación de Uruk realizada por los uros hace 9000 años, quienes llegaron al fondo del Golfo Pérsico y fundaron la ciudad de Uruk, llevando allá la cerámica y los metales; ciudad que fue el germen de las civilizaciones arias o indo-europeas y los chilis se extendieron al oriente, Chalingasta, y después al norte. Se les denomina hoy diaguitas y, más propiamente, dihuitas. Llegaron hasta el Chiria en el norte del Perú. Después, en plena cultura y en posesión de los metales, ocuparon todo Chile hacia el sur, hasta Chiloé y hasta Magallanes, y dieron vuelta por el Estrecho, difundiendo la cultura en el mundo, y especialmente en el Báltico y en el Mediterráneo–.
El culto venusino-solar, el culto a los dioses-ancestros y la formación de sociedades patriarcales-guerreras, corresponden a las bases de lo descendientes de la raza polar.
¿Se trata todo esto de una aislada y extravagante idea desarrollada por el profesor Rengifo? No. En lo absoluto. Y he aquí algo trascendental: Es la misma concepción –por cierto con lógicas variantes cronológicas y rutas de expansión– que han expuesto eminentes sabios americanistas como Francisco P. Moreno, Emeterio Villamil de Rada, Arthur Posnansky, Edmund Kiss, Juan Moricz y de nuestra apreciada e infatigable investigadora, Ruth Rodríguez Sotomayor, que han sido, de modo llamativo, ignorados. Prueba de ello es que sus investigaciones y estudios son desconocidos mayormente tanto por historiadores como por el público en general y que esa historia ha sido relegada al olvido pues desmonta todo el astuto andamiaje indigenista y de los así denominados “pueblos originarios”.
Las huellas de la civilización de la raza polar y su irradiación a escala global, corresponden, de manera irrefutable, a LA HISTORIA PROHIBIDA.
* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).
viernes, 24 de diciembre de 2021
Los viracochas, dioses del fuego
miércoles, 22 de diciembre de 2021
“Los alemanes habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”
Reforzamos, una vez más, una idea fundamental plasmada por el profesor Roberto Rengifo en El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935) en torno al origen de la humanidad blanca y clara.
De esta manera, abordando los estudios en torno a tan esencial campo, Rengifo escribió, citando inicialmente a Marcellin Boule en su obra Les Hommes Fosiles, publicado en 1923:
«Algunos conchales y mounds [túmulos] son de dimensiones tan considerables, o se presentan en condiciones topográficas tales, que deben remontar a una alta antigüedad; quizás a los tiempos Pleistocenos».
«Es curioso constatar que desde el año 1840, antes aún que fuera completamente resuelta en Europa la cuestión de la coexistencia del hombre y de los grandes animales desaparecidos [la megafauna ±12.900 años], tales como el mastodonte, estaba ya planteada ésta en las dos Américas».
Por mi parte observaré que aunque la totalidad de los chilenos, excepto unas cinco o seis personas, son indiferentes a esta clase de estudios, no faltan extranjeros europeos que se preocupan de esta materia y que consideran todo cuanto ven y encuentran sólo dependiendo del punto de vista europeo.
El padre alemán Martín Gusinde, secundando una investigación etnológica católica, cuyo centro está en Viena, convivió durante cuatro años, largos períodos con los fueguinos y se hizo iniciar en sus misterios como si fuera uno de ellos.
Su objetivo era corroborar que la teoría antropológica sustentada por el centro católico vienés era más conforme con los hechos que la teoría de la selección de Darwin. La teoría vienesa es la histórica, antropológica. Lo cual significa que lo escrito en la Biblia es un resumen cierto de la verdad.
El padre Gusinde era Jefe de Sección del Museo Antropológico y Etnológico de Santiago, y partió a Magallanes para traer pruebas de que entre los más primitivos humanos, como son los fueguinos, había ya la creencia de un solo Dios, y que había culto, monogamia, etc., y no promiscuidad, canibalismo, idolatría, etc., conforme suponía la teoría evolutiva.
El inglés, don Ricardo Latcham, Director del Museo de Historia Natural de Santiago, dijo: “Es claro que si van con el propósito de encontrar la creencia en un solo Dios y lo demás, volverán diciendo que lo han encontrado”.
El hecho es que el padre Gusinde recogió muchos datos ignorados y trajo una colección como de cien cráneos, que lo autorizaron para informar al Ministerio de Educación que, de sus estudios se desprendía claramente que los fueguinos eran la raza más antigua de América.
Después fue a Alemania a un Congreso Antropológico, llevando los cráneos e imprimiendo un grueso volumen alemán, que aún no conozco; pero fue en ese Congreso Mundial, lo único nuevo e importante que se presentó.
Nada de esto preocupa al público chileno, pero sí a los alemanes, por ejemplo, quienes, según oí hace poco en la Sociedad Científica [de Chile], habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Páginas 3 y 4)–.
Tres son los campos fundamentales constatados: En primer término, la existencia del hombre americano “fósil” con la megafauna en el continente –la «coexistencia del hombre y de los grandes animales desaparecidos, tales como el mastodonte, estaba ya planteada ésta en las dos Américas»– cuya antigüedad está delimitada por la asimilación de la Luna –el “Cometa Clovis– y su impacto en la Tierra.
En segundo lugar, y a pesar de la atribuida concepción monoteísta de la tradición selk’nam-fueguina trazada por Martin Gusinde, que “los fueguinos eran la raza más antigua de América”.
Es decir, la raza dolicocéfala emanada del Polo Antártico –el Clan de la Rama Sagrada (Irminsul)–.
La raza primigenia. Der Urmensch.
Por último, la constatación que los alemanes habría “mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”.
Evidentemente, los estudiosos germanos no buscarían el origen de su raza entre los indígenas braquicéfalos sino en los vestigios fósiles de tipo dolicocéfalo –originaria del archipiélago antártico, que por entonces decenas de miles de años atrás, era el gran centro de la humanidad blanca y clara (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Página 8)–.
Es menester resaltar que la única expedición alemana oficial conocida en esa época en América del Sur corresponde a la liderada por el arquitecto y arqueólogo Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial (1913), quien viajó entre los años 1928 y 1936 a países como Perú, Bolivia y Chile con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger Philipp Fauth y la Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.
Estas pesquisas se enmarcan en las investigaciones multidisciplinarias emprendidas por la Deutsches Ahnenerbe, Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte.
En Chile, Kiss realizó investigaciones arqueológicas y antropológicas en la región de Atacama, publicando en 1933 Des Urwaldmädel. Ein deutsches Mädchen in Chile (“Acerca de la joven de la Selva Virgen. Una chica alemana en Chile”), año en el cual asimismo dio a luz a dos obras iniciadoras a la Cosmogonía Glacial: Einführung in Welteislehre (“Introducción a la Doctrina del Hielo Universal”) y luego Welt-Eis-Lehre. Nach Hanns Hörbigers Lehre dargestellt (“Doctrina del Hielo Mundial. De acuerdo a la Enseñanza de Hanns Hörbiger”). Vislumbramos aquí –al igual que los alemanes en la década de los años 30 del siglo pasado– un lejanísimo escenario devastado por la última gran catástrofe cósmica-planetaria: Es el Götterdämmerung o “Crespúsculo de los Dioses” (Aesir) de los germanos o el Tripalafken, la “Gran Agua”, de los araucanos.
Bibliografía
Kiss, Edmund
Einführung in Welteislehre. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1933.
_ Welt-Eis-Lehre. Nach Hans Hörbigers Lehre dargestellt. Köhler & Amelang Verlag. Leipzig, 1933.
_ Des Urwaldmädel. Ein deutsches Mädchen in Chile. K. Thienemanns Verlag. Stuttgart, 1933.
_ Die Kosmischen Ursachen der Völkerwanderungen. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1934.
_ Das Sonnentor von Tiahuanaku und Hörbigers Welteislehre. Hase & Köhler Verlag. Leipzig, 1937.
Rengifo, Roberto
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.
* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).
lunes, 20 de diciembre de 2021
Fundaron Uruk, ciudad que fue “el germen de las civilizaciones arias o indo-europeas”
domingo, 19 de diciembre de 2021
Sobre los andino-atlantes en Hispania
Hércules y Anteo: Relaciones paleográficas y paleológicas íbero-chilenas
(…)
Quedan los atlantes, los ultramarinos, de la América, los anteos, que tomó Hércules en sus brazos; es decir, la España se pobló de ellos: ¿Pero de cuál raza? – la América es grande; era el Triple gerion (que significa, casa de la fuerte generación) y bien diferentes sus regiones: costina (Can = obreros, pescadores, navegantes); Andina (Chen = varones sacerdotales, mineros, metalurgistas) y central de llano (Jafeta = propagadores de plantas, agricultores). Yo creo que estas tres razas fueron las que en Europa se llamaron: Arios, celtas y gálatas; según notas del libro que trato, célticos eran los que vivían en lo más lejano y sombrío del mundo, y gálatas los que se llevaban emigrando de un lugar a otro; ambos venidos desde lo más lejos del mundo.
Quedan los arios, cuyos rastros más evidentes están en las islas Can-árias y por consiguiente eran de la raza de Can, que agregaron Arí al nombre, significando, filo o cumbre, aristocracia, es decir, la nobleza de la raza navegante sud-americana, poseyendo ya la minería y la agricultura.
Estos enérgicos obreros de cráneo ancho, salidos del Sur Pacífico y de los Andes, con el nombre de anteos, fueron a mi juicio, los que ocuparon las islas Can-árias primero, después África y después España, donde, como lo dicen los nombres posteriores de célticos y gálatas, llegaban del último confín del mundo en emigraciones sucesivas.
Así se explican multitud de semejanzas y la igualdad de sus primeras escrituras petroglifícas.
Estas y otras muchas reflexiones me ha sugerido el libro del señor Tettamancy Gastón, La Torre de Hércules.
(…)
Roberto Rengifo
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jueves, 16 de diciembre de 2021
“Sugestión consecuente: Origen antártico de la civilización”
miércoles, 8 de diciembre de 2021
Bibliografía arqueológica-antropológica del profesor Roberto Rengifo
Listado de obras de Roberto Rengifo, promulgador del origen polar antártico del hombre y de la irradiación de la civilización desde América hacia otras latitudes.
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.
El Secreto de la América Aborigen. Edición desarrollada por Rafael Videla Eissmann. Distribución privada. Santiago de Chile, 2001.
Los chilingas. Comentarios de Roberto Rengifo. Edición desarrollada por Rafael Videla Eissmann. Ediciones Riapantú. Santiago de Chile, 2006.
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre (1935). Prólogo, notas y edición de Rafael Videla Eissmann. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, 2007.
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. El origen polar antártico del hombre (1935). Edición y prólogo de Rafael Videla Eissmann. Edición limitada y numerada. Ediciones Tierra Polar. Santiago de Chile, 2015.
* Roberto Rengifo y el Secreto de la América Aborigen. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica y el origen polar antártico del hombre [Primera compilación de los trabajos del profesor Rengifo, desarrollada por Rafael Videla Eissmann]. Editorial Puerto de Palos. Santiago de Chile, 2007.
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Se prohíbe su reproducción).
martes, 7 de diciembre de 2021
“El casquete del Polo Sur se sumergió con casi toda su raza”
El profesor Roberto Rengifo es el mayor genio de la historiografía y antropología de Chile y América: Promulgó el origen polar antártico del hombre y la irradiación de la civilización desde la región antártico-patagónica hacia el norte –este avance de sur a norte corresponde en las tradiciones míticas prehispánicas a la ruta civilizadora de los viracochas, los Dioses Blancos–.
Paradójicamente, a pesar de la trascendencia de la concepción, Rengifo y su obra son casi desconocidos.
Rengifo ingresó a la Société Scientifique du Chili en 1904 y desarrolló numerosas conferencias entre 1906 y 1934.
Fue profesor de Estética e Historia del Arte de la Escuela de Bellas Artes (1919) y del Instituto de Educación (1926) de la Universidad de Chile.
Rengifo fue asimismo el autor de un conjunto de trabajos que componen El Secreto de la América Aborigen. Se trata de Noticias y comentarios arqueológicos (1919), Estractos de Actas de la Sociedad Científica (1920), Los chiles (1920), Extractos de Actas de la Sociedad Científica (1921), Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles (1920) y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935).
Los principales campos que abarcan estos trabajos son la concepción del origen polar antártico del hombre –de la “humanidad blanca y clara”–, el desarrollo de la civilización de sur a norte en América y desde ésta a otras latitudes del globo y la presencia de la raza civilizadora de los ario-andinos –o anteos– que irrumpe y puebla a Europa desde occidente.
Este es el secreto de la América Aborigen: La existencia de un sustrato civilizador que emanó de la región polar antártica, irradiándose desde el sur por América para luego expandirse por el resto del globo.
Este sustrato civilizador corresponde en términos craneológicos al grupo dolicocéfalo; a los paleoamericanos según la cronología historiográfica y a los indios blancos conforme a los mitos prehispánicos que luego fueron vertidos en crónicas y posteriormente en numerosos registros etnohistóricos.
Los indios blancos son los descendientes de los Dioses Blancos, los portentosos héroes culturales que crearon las civilizaciones de América-Huitramannaland como reflejo de una cosmovisión trascendente.
Este es el contexto en el cual el profesor Rengifo anuncia en la Sociedad Científica de Chile el génesis polar de la humanidad y en el año 1921, a través de su obra Extractos de Actas de la Sociedad Científica, en el subcapítulo intitulado El primitivo ecuador terrestre y el origen polar antártico del hombre, esta premisa fundamental. De este modo, Rengifo determinó que el casquete del Polo Sur se sumergió con casi toda su raza, salvando en las puntas meridionales de América, África y la India, ejemplares humanos que cada vez se diferenciaron más al avanzar hacia el Ecuador, donde volvieron a fusionarse en parte. El casquete norte no se sumergió o surgió cuando el del sur se hundía, es decir, se hizo habitable, y su raza, de tipo esquimoide, pobló más extensos continentes, extendiéndose circularmente; en tanto que las escasas tribus humanas del sur, tuvieron que emprender forzosamente una peregrinación hacia el norte en busca de territorios más amplios, y, a medida que la región tropical se refrescaba y dejaba de ser únicamente poblada por reptiles de sangre fría, y los mamíferos aumentaban en número y en tamaño, incluso el antropopiteco.
El cambio posterior del polo, en cerca de 30°, ha empañado la evidencia de los movimientos lógicos de los animales mejor organizados, que tuvieron más antiguo origen en los casquetes polares, solidificados y templados antes que la zona del ecuador primitivo.
Muchos enigmas paleontológicos y geológicos pueden ayudar a solucionar estas ideas, y, por esta razón y para provocar su mejor estudio, por más doctas personas me atrevo a darlas aún en embrión de lo que más tarde será teoría.
¿Se ha leído y comprendido la fundamental concepción ἰδέα plasmada por Roberto Rengifo? No. Pues el ‘peligro’ de la concientización de esta idea atentaría contra el dogma de la “evolución”, del “difusionismo”, del “Descubrimiento de América”, del indigenismo y de la historia.
Esto ya lo observaba el propio Rengifo, quien en su extraordinaria obra El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935) escribió: Nada de esto preocupa al público chileno, pero sí a los alemanes, por ejemplo, quienes, según oí hace poco en la Sociedad Científica, habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego.
¿Una expedición de alemanes “a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”? La única unidad alemana de estudio arqueológico-etnológico en América del Sur de la época corresponde a la labor del arqueólogo Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial, quien viajó a países como Perú, Bolivia y Chile entre los años 1928 y 1936 con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger y la multidisciplinaria Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.
Se trataría de la Deutsches Ahnenerbe, Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte.
¿Cuál fue el resultado de las pesquisas de la investigación de los alemanes en Tierra del Fuego?
Evidentemente, la búsqueda por parte de los alemanes del origen de su raza en el extremo austral de Chile, no corresponde a la población de cráneos braquicéfalos que caracterizan a los indígenas sino que a los vestigios del grupo dolicocéfalos –los paleoamericanos–.
La raza primordial del polo emprendió su migración desde el casquete antártico –“salvando en las puntas meridionales de América, África y la India”–, poblando el hemisferio norte –“las tribus humanas del sur, tuvieron que emprender forzosamente una peregrinación hacia el norte”–.
Es la leyenda áurea de los Caminantes de la Aurora.
Los míticos hijos de los dioses de la civilización solar-venusina.
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Se prohíbe su reproducción).
domingo, 7 de noviembre de 2021
Los dioses de Chile e India (Hówen y devas)
La tradición ancestral preservó por medio del mito y el rito, el conocimiento de los dioses astrales.
Tanto en Tierra del Fuego (Karukinka) como en el eje Tíbet-India (Bhaarat), la civilización de los aryas plasmó las representaciones de los dioses –los hówen-“espíritus” y los devas-asuras– con “tocados” largos, cónicos.
Por cierto, estas representaciones se proyectaron asimismo en la América prehispánica, en el sustrato huasteca-azteca con el dios blanco Quetzalcóatl (Quetzalcóhuatl)-Kukulkán como Señor de Venus –el “dios venido del cielo”–, portando el Ocelocopilli o tocado cónico, símbolo precisamente de Venus, la Gran Estrella o Icoquih, como también en algunas representaciones de los kachinas de los hopi y por cierto, en la tradición de los tocados cónicos labrados en oro de los antiguos germanos de la Edad de Bronce.
El Ocelocopilli se conoció como Kirita Mukuta en la tradición ario-sánscrita.
Esta característica se encuentra en distintos focos culturales desde la antigüedad, especialmente en las civilizaciones cuyos orígenes se remontan al tiempo prediluvial, es decir, anterior a 12.000 años –la Gran Catástrofe cósmica, el Götterdämmerung o “Crespúsculo de los dioses”.
Fueron los dioses, precisamente, quienes entregaron a los hombres los conocimientos de las Ciencias Sagradas, los símbolos hieráticos y el culto a las estrellas –destacando, el culto a Venus, es decir, Kankáiyuš y Vena de la tradición andino-patagónica e himaláyica, respectivamente, la Casa de la Aurora, la “Ventana”, la Patria Astral–.
Mas, contra toda premisa y dogma historiográfico de la ciencia imperante –el Zeit Geist–, la característica fundamental de los dioses –los “tocados cónicos”– no corresponde a un azar o capricho o a una simple “coincidencia” sino que se debe a la formación craneana de la raza astral –extraterrestre– y de sus descendientes, los hijos de los ídolos –los dioses–.
Ambos sustratos culturales tienen sus orígenes, significativamente, en el Polo, en la Apertura Polar. A este respecto, véanse de manera respectiva las ideas del profesor Roberto Rengifo en torno al origen polar antártico del hombre expuestas en la Sesión General de 29 de Diciembre de 1919 de la Société Scientifique du Chili (Actas de las Sesiones. Sesión General de 29 de Diciembre de 1919) y luego en El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles (1920) y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935); en tanto que Lokmaya Bal Gangadhar Tilak, en The Artic Homes in the Vedas. Being Also a New Key to the Interpretation of Many Vedic Texts and Legends (“El Hogar Ártico en los Vedas. Siendo también una nueva clave en la interpretación de muchos textos y leyendas védicas”. 1903), propugnó el origen polar ártico de la civilización ario-védica según cálculos astronómicos consignados en los antiquísimos himnos sánscritos del Rigveda.
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