jueves, 22 de agosto de 2024

Una reliquia de los Dioses Blancos


El fabuloso pectoral prehispánico descubierto cerca de Illapel,
en la Región de Coquimbo, en Chile.

Una extraordinaria pieza prehispánica descubierta cerca de Illapel, en la Región de Coquimbo, en el norte de Chile, forjada en una aleación metálica –hecho por vaciado en molde de “cera perdida”–, presenta un simbolismo fundamental de la ancestral historia del Chili Mapu: Se trata de una figura antropomorfa en cuyo centro se observa la estrella doble de Venus, es decir, de Yephun-Oiehuen, la Estrella de la Mañana y la Estrella de la Tarde, respectivamente, llamada también llamada Wüñülfe por los chili-araucanos, herederos de la tradición cultural –Epeu y Nütram– de los antiku-pu-che –los Hijos del Sol– más y propiamente de los lituche, es decir, de los hombres primitivos o del principio según consignó el historiador Juan Ignacio Molina en su Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776), basándose en informantes aborígenes.

Es la Estrella Solitaria Quyllur de los aymarás y Ch’aska Quyllur de los quechuas. 

Acerca de este excepcional pectoral descubierto en el norte del país, Miguel Serrano ha precisado en el volumen IV de sus Memorias (1999): Figura única por su simbolismo. Tal vez tallada por los inkas blancos, los frisones o los hiperbóreos de Sudamérica, con anterioridad a la llegada y destrucción planificada de los judeo-cristianos. Una reliquia de los Dioses Blancos, con el símbolo de la Estrella de la Mañana, Oiyehue, la runa Venéris (Serrano, M. Memorias de Él y Yo. Volumen IV. Santiago de Chile. Página 250).

Y agregamos a la observación de Serrano: El origen de esta pieza claramente se entronca con los inkas blancos, los frisones o los hiperbóreos de Sudamérica. Es decir, con el sustrato pre-indígena, esto es, el grupo dolicocéfalo primordial, la raza blanca americana observada por el profesor Roberto Rengifo en su obras El Secreto de la América Aborigen (1919-1921), Arte gráfico y poético de los chiles (1921) y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935).

Este grupo blanco autóctono –vulgarmente denominados desde el Descubrimiento y la Conquista como indios blancos– fueron descendientes de los dioses del firmamento, de los hówen-aesir, de extraterrestres, cuya civilización solar es la base de la tradición sagrada de América-Huitramannaland, es decir, la “tierra de los hombres blancos”.

Esta reliquia antropomorfa proyecta el simbolismo trascendental del emblema del origen en la Patria CelesteYephun-Oiehuen, sobre los “hombres de la tierra”.

Rafael Videla Eissmann
17 de Agosto de 2024


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
Se prohíbe su reproducción).