lunes, 27 de febrero de 2023

“Las fuerzas desplegadas por los dioses”


Vasija antropomorfa diaguita (dihuita) del norte de Chile. De acuerdo a Tatunca Nara los dioses poseen
seis dedos en manos y pies. Adviértase los seis dedos en esta representación prehispánica, hecho
que evidenciaría la tradición común emanada de los Andes (Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 2017).


Converso con Tatunca Nara, último jefe o “cacique” de los legendarios ugha mongulala de la foresta amazónica.

Sus palabras poseen esa vibración de un tiempo sin tiempo. O mejor, más allá del tiempo, pues se entroncan con el mito áureo de América-Huitramannaland, la “tierra de los hombres blancos”.

Tatunca habla de la antigua historia de su pueblo, de los dioses descendidos del firmamento y de los acontecimientos venideros. Y resuena en mi la concepción del visionario del Eterno Retorno de lo Mismo, Friedrich Nietzsche. Pues la tradición que comunica Tatunca se refiere precisamente a la concepción cíclica del tiempo. Al fin del “presente ciclo” y al inicio de una “nueva edad”.

He aquí sus palabras:

En 1982 varios planetas se alinearon y hubo una erupción en el Sol que fue muy grande que se concentró y ahora, casi cuarenta años después llega todo lo que fue expulsado desde el Sol –piedras, tierra y arenas y agua– a través del espacio. Esto significa un gran cataclismo para la Tierra.

(…)

El asunto, para explicarlo así, es complicado.

Nosotros, los ugha mongulala, tenemos la historia escrita [de los acontecimientos] y además, el sacerdote tiene el poder de ver el futuro: En dos o tres años habrá un cataclismo enorme. Comenzará un gran terremoto. El tiempo de lluvias y sequía es ya una influencia de la masa que viene del Sol a la Tierra. No tiene relación con la desforestación del Amazonas. Los científicos están locos y no pueden entender. A esto se suma la guerra en Europa [Rusia y Ucrania].

(…)

Pero no se trata de fenómenos naturales o casuales sino que corresponden a las fuerzas desplegadas por los dioses.

(…)

Los dioses retornaron a la Tierra y han determinado el fin del presente ciclo. Es la destrucción de la Tierra. Mas no es el ‘fin del mundo’ sino el inicio del fin del presente ciclo y el comienzo de uno nuevo…

(…)

El destino de los ugha mongulala es sobrevivir.

La comunicación es trascendental y se vincula con los conocimientos sagrados de los reches y machis del Chili Mapu sobre los cinco soles. Pues tal como en la tradición de los ugha mongulala sobre Akakor y Akahim –las “ciudades de los dioses”, el refugio se encuentra en el Minche Mapu, en la “tierra de abajo”, donde moran los dioses-pillanes, los ngen y los espíritus –los astralkörper o “dobles” de los guerreros e iniciados– para su “encarnación” en el Nuevo Sol –el Quinto Sol de la Humanidad Sagrada–.

Rafael Videla Eissmann
26 de Febrero de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).