miércoles, 8 de junio de 2022

El Quinto Sol


El kultrún o tambor sagrado de los shamanes araucanos.


Dos  objetos plasman de manera ilustrativa la cosmovisión de antiquísimos sustratos culturales de Chile y México: Se trata del kultrún y de la denominada “Piedra de los Soles”.

Ambas figuras corresponden a discos que portan códigos simbólico-cronológicos del tiempo sagrado-mítico: Se trata del kultrún o tambor mágico de los machis o shamanes araucanos, el cual posee una representación de la sucesión de los soles sobre un plano tetrapartito que establece, de igual forma, los cuatro puntos cardinales.

La “Piedra de los Soles” mesoamericana es en realidad, el Ollin Tonatiuhtlan –es decir, “Tonatiuhtlan de Ollin” o “Sol de Movimiento”–, conocida erróneamente como Calendario Azteca, es una representación de las creaciones y destrucciones del mundo, y posee la misma concepción, mas con mayor información sobre los “años” y “días”, del tiempo calendárico.

Lo esencial, en ambos casos, es la noción de los cuatro soles o “grandes edades”.

Tanto en el kultrún como en la “Piedra de los Soles”, se ha graficado la idea del curso circular del tiempo a través del proceso de creación-destrucción-creación –sin principio (Anadi) ni fin (Ananta)– y de la concepción del Sol actual como punto o espacio central del disco representado. De hecho, en el caso específico del kultrún, la maestra Quinturay Raypán me comunicó este conocimiento ancestral en torno a la sucesión de los Antü o “soles” y de encontrarnos en el Quinto Sol que se emplaza en el espacio central del kultrún –la intersección de las dos rectas que estructuran o forman la tetrapartición–.

La misma noción sobre el Quinto Sol se encuentra en la “Piedra de los Soles”.

En ambos focos culturales las tradiciones míticas han preservado los relatos diluviales –de tiempos “sin Sol, sin Luna”– y por cierto, de individuos y clanes que sobrevivieron a la Gran Agua –los lituches y Coxcoxtli y Xochiquetzal, respectivamente–.

Asimismo, cabe mencionar que tanto araucanos como mexicas poseyeron la noción de una primigenia “Edad de Oro”, o más apropiadamente del Satya Yuga o Edad de la Verdad (“Sabiduría”) como la denominaron los arios de India, bajo la concepción del Mapu Tremu y del Matlactli Atl o “Primer Sol”, de modo respectivo, en la que vivía una raza divina y civilizadora de origen astral –extraterrestre–.

¿Se trata de simples coincidencias y meros azares, casualidades? La respuesta es sencilla: ¡Imposible! Estos son los registros de una remota historia –que antecede a los indígenas y que por cierto, socava todas las elucubraciones historiográficas de la psyché moderna– que fue resguardada y proyectada a través del Mythos y del Ars.

El Ollin Tonatiuhtlan o “Piedra de los Soles”.

Existe, como campo ejemplificador, una figuración simbólica de esta remota historia: La Serpiente de las Montañas conocida como ThrengThreng y la Serpiente de las Aguas conocida como KaiKai de la tradición hierática de los lituche-araucanos –que cuenta con representaciones materiales en textiles, alfarería y en piezas líticas– y de modo elocuente como las dos Xiuhcoatl o “Serpientes de Fuego” que circundan el gran sistema calendárico de la “Piedra de los Soles”.

¿Cuál fue el origen del disco calendárico en ambos sustratos? ¿Cuál es el origen, significado y función de las dos “serpientes”?

Las similitudes culturales van incluso más allá aún: El presente ciclo –el Quinto Sol– concluye con el “despertar” o irrupción de la divinidad-fuerza KaiKai que yace en las profundidades del océano Pacífico y del poderoso B’olon ti’ K’uh o “Nueve Dioses” que emergen –nuevamente otra analogía– desde las profundidades de la tierra –del Inframundo, la “Tierra Hueca”– dando inicio a un nuevo ciclo.

Es el inicio de la nueva Tierra. El nuevo Sol.

Rafael Videla Eissmann
20 de Marzo de 2022


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).