El bellísimo textil prehispánico de Arica, en el norte de Chile,
con el simbolismo de la Deidad de Dos Caras de Venus.
Esta extraordinaria representación textil corresponde a una figuración simbólica de la poderosa Deidad de Dos Caras, del Dios-Diosa (“EL-ELLA”) de Wüñülfe –esto es, el “Portador del Amanecer”–.
En términos arqueológicos, el textil corresponde al denominado Período Desarrollo Regional en la costa o Cultura Arica –y sus dos fases conocidas como San Miguel y Gentilar (Ca. 1100-1470 d. C.)– del norte de Chile. Sin embargo, el origen de su simbolismo y sus claves se remontan al sur del país: Pertenece a la tradición de los lituches o “los hombres primitivos o del principio” y del conocimiento ancestral sobre el origen del mapuche u “hombre de la tierra” de Chile.
La figura antropomorfa ha sido trazada en un tono rojizo/ocre oscuro sobre un fondo de color pastel/beige.
La figura posee dos rostros –uno emplazado sobre el otro– que se complementan con dos rostros más –invisibles–. Se trata en realidad de Fucha-Huentru-Nguenechén –literalmente, “Viejo-Hombre-Dios”– y de Kushe-Domo-Nguenechén –la “Vieja-Mujer-Dios”–. Sus contrapartes invisibles son Hueche-Huentru-Nguenechén –el “Joven-Hombre-Dios”– y Ülcha-Domo-Nguenechén –la “Joven-Mujer-Dios”–.
El rostro de la parte inferior esboza una boca y aquel de la parte superior, en tanto, una suerte de nariz.
Sobre los rostros se eleva un “árbol” con siete ramas que se proyecta, verticalmente, hacia arriba. Desde el tronco surgen en cada costado tres ramas de forma tangencial y paralela.
En el tronco es posible observar dos runas –Odal y una variación doble de la misma–.
El “árbol” ciertamente corresponde a una analogía de la Columna Vertebral y por lo tanto, del Árbol del Mundo o Axis mundi.
Es el Irminsul (Yggrassil)/Rewe.
La figura antropomorfa está sentada en posición de “meditación yóguica” con los brazos extendidos y las piernas dobladas. Llamativamente las manos tienen cuatro dedos y los pies, en tanto, tres.
En el tronco del Dios-Diosa, en un espacio octogonal, se halla el símbolo fundamental de Yephun-Oiehuen, el astro doble de Venus, la Estrella de Ocho Puntas y en cuyo centro se encuentra un rectángulo que corresponde al Meli Witran Mapu o la “tierra de los cuatro lugares” y en ambos costados de éste, dos líneas onduladas en posición vertical semejantes a serpientes –¿ThrengThreng y KaiKai, las Fuerzas-Serpientes de los ciclos diluviales?– y cuatro pequeños discos en la zona ecuatorial de la estrella.
Arriba y debajo del emblema astral, nuevamente aparecen dos variaciones de la runa Odal y en torno a todo este conjunto, diez signos lenticulares –¿planetas, estrellas?–.
En la parte inferior se observa una especie de “cola” con dos volutas.
En torno al Dios-Diosa se encuentran ocho figuras antropomorfas de menor tamaño pero similar en su estilo y forma. ¿Se trata de los antupainko, los hijos-descendientes de la Deidad de Venus?
De modo certero, esta extraordinaria representación textil posee las claves cosmogónicas y antropogónicas de la Deidad de Dos Caras de Yephun-Oiehuen y de los hombres-dioses “descendidos” del firmamento de la tradición sagrada del Chili Mapu.
Rafael Videla Eissmann
24 de Marzo de 2025
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