El Götterdämmerung, el “Crepúsculo de los Dioses” de la saga germánica, el Ragnarökkr del Edda Prosaica, es la memoria ancestral de la gran catástrofe cósmica-planetaria.
El “Destino Final” de los dioses –los æsir o asen–.
Este evento fue anticipado por las dísir nornas (nornir) o “videntes”. La misma anticipación fue hecha por los cuatro “adivinos” del Neyim ñi epeu en la tradición araucana sobre el Tripalafquen o Diluvio del mito de ThrengThreng y KaiKai-Llunlun –la Gran Serpiente Jörmungandr de los germanos–.
La resonancia de este evento se eleva asimismo desde el corazón del Amazonas, en la propia tradición de los ugha mongulala y su líder Tatunca Nara y su conocimiento sobre el “fin del presente ciclo” (“Es la voluntad de los dioses, nuestros ancestros”).
Pues es un eco contemporáneo del “ascenso” del poderoso B’olon Yokte’K’u y de la “aparición” en los cielos de los OVNIs, de los “carruajes de los dioses”, de los astras-vimanas.
La repetición de un nuevo ciclo preservado por la “sabiduría antigua” de los ancestros.
Es el Götter-Schock (“El Schock de los Dioses”) que anunciara Erich von Däniken en 1992 y luego en Götterdämmerung: Die Rückkehr der Außerirdischen (“El Crepúsculo de los Dioses: El Regreso de los Extraterrestres”) en 2009.
Los dioses extraterrestres regresarán e impulsarán nuevamente un nuevo cielo y una nueva tierra.
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