Ilustración de Apolo en el Carro Solar, estampado en una vasija helena.
Desde la más remota antigüedad, las culturas y civilizaciones solares de América, Asia y Europa, desarrollaron sociedades de carácter guerrero con un sentido trascendental de la existencia. Diversas son las manifestaciones culturales que permiten constatar su origen en una fuente común.
Así, en términos ideográficos se comprueban las similitudes de los símbolos rúnicos y runoides y del símbolo sagrado del Sol: Es la cruz gamada, Hakenkreuz, Ugunskrust, la swastika o la “Cruz de Nuestros Ancestros”. A su vez, en el campo arquitectónico, por ejemplo, destacan los monumentos megalítico-astronómicos tales como menhires, dólmenes y crónlechs, las estructuras piramidales y la tradición funeraria de los túmulos (los Grab hügelgräber, mounds y kuel).
Las similitudes desde la perspectiva antropológica son múltiples y son
calificadas de manera general por la historiografía ortodoxa como meras
coincidencias sin profundizar, lógicamente, las raíces comunes de estas
culturas y civilizaciones.
Relieve escultórico de Amaravati, en Guntur, Andhra Pradesh, India,
del I siglo a. C. (Musée Guimet).
Una de estas semejanzas se descubre en el saludo al Sol, el que consiste
en el brazo derecho alzado con la mano extendida. Así se constata en la
representación del dios Apolo –nótese el símbolo de la cruz gamata
sobre el pecho–, o bien, en el significativa representación escultórica
que sería del rey maurya Ashoka (304-232 a. C.) de India; o bien, en
ejemplos contempéranos del saludo solar de los sioux de América del
Norte que fueron registrados por el fotógrafo Edward S. Curtis a
comienzos del siglo XX.
Rafael Videla Eissmann
1º de Enero de 2015
1º de Enero de 2015
El Danzante del Sol (Sioux. Fotografía de Edward S. Curtis, 1907).
Invocación (Sioux. Fotografía de Edward S. Curtis, 1907).
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