martes, 7 de diciembre de 2021

“El casquete del Polo Sur se sumergió con casi toda su raza”


Petroglifo antropomorfo denominado como el “héroe de los chiles” en Chalinga, Región de Coquimbo, en el norte de Chile (Ilustración del profesor Roberto Rengifo, 1921).


El profesor Roberto Rengifo es el mayor genio de la historiografía y antropología de Chile y América: Promulgó el origen polar antártico del hombre y la irradiación de la civilización desde la región antártico-patagónica hacia el norte –este avance de sur a norte corresponde en las tradiciones míticas prehispánicas a la ruta civilizadora de los viracochas, los Dioses Blancos–.

Paradójicamente, a pesar de la trascendencia de la concepción, Rengifo y su obra son casi desconocidos.

Rengifo ingresó a la Société Scientifique du Chili en 1904 y desarrolló numerosas conferencias entre 1906 y 1934.

Fue profesor de Estética e Historia del Arte de la Escuela de Bellas Artes (1919) y del Instituto de Educación (1926) de la Universidad de Chile.

Rengifo fue asimismo el autor de un conjunto de trabajos que componen El Secreto de la América Aborigen. Se trata de Noticias y comentarios arqueológicos (1919), Estractos de Actas de la Sociedad Científica (1920), Los chiles (1920), Extractos de Actas de la Sociedad Científica (1921), Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles (1920) y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935).

Los principales campos que abarcan estos trabajos son la concepción del origen polar antártico del hombre –de la “humanidad blanca y clara”–, el desarrollo de la civilización de sur a norte en América y desde ésta a otras latitudes del globo y la presencia de la raza civilizadora de los ario-andinos –o anteos– que irrumpe y puebla a Europa desde occidente.

Este es el secreto de la América Aborigen: La existencia de un sustrato civilizador que emanó de la región polar antártica, irradiándose desde el sur por América para luego expandirse por el resto del globo.

Este sustrato civilizador corresponde en términos craneológicos al grupo dolicocéfalo; a los paleoamericanos según la cronología historiográfica y a los indios blancos conforme a los mitos prehispánicos que luego fueron vertidos en crónicas y posteriormente en numerosos registros etnohistóricos.

Los indios blancos son los descendientes de los Dioses Blancos, los portentosos héroes culturales que crearon las civilizaciones de América-Huitramannaland como reflejo de una cosmovisión trascendente.

Este es el contexto en el cual el profesor Rengifo anuncia en la Sociedad Científica de Chile el génesis polar de la humanidad y en el año 1921, a través de su obra Extractos de Actas de la Sociedad Científica, en el subcapítulo intitulado El primitivo ecuador terrestre y el origen polar antártico del hombre, esta premisa fundamental. De este modo, Rengifo determinó que el casquete del Polo Sur se sumergió con casi toda su raza, salvando en las puntas meridionales de América, África y la India, ejemplares humanos que cada vez se diferenciaron más al avanzar hacia el Ecuador, donde volvieron a fusionarse en parte. El casquete norte no se sumergió o surgió cuando el del sur se hundía, es decir, se hizo habitable, y su raza, de tipo esquimoide, pobló más extensos continentes, extendiéndose circularmente; en tanto que las escasas tribus humanas del sur, tuvieron que emprender forzosamente una peregrinación hacia el norte en busca de territorios más amplios, y, a medida que la región tropical se refrescaba y dejaba de ser únicamente poblada por reptiles de sangre fría, y los mamíferos aumentaban en número y en tamaño, incluso el antropopiteco.

El cambio posterior del polo, en cerca de 30°, ha empañado la evidencia de los movimientos lógicos de los animales mejor organizados, que tuvieron más antiguo origen en los casquetes polares, solidificados y templados antes que la zona del ecuador primitivo.

Muchos enigmas paleontológicos y geológicos pueden ayudar a solucionar estas ideas, y, por esta razón y para provocar su mejor estudio, por más doctas personas me atrevo a darlas aún en embrión de lo que más tarde será teoría.

¿Se ha leído y comprendido la fundamental concepción ἰδέα plasmada por Roberto Rengifo? No. Pues el ‘peligro’ de la concientización de esta idea atentaría contra el dogma de la “evolución”, del “difusionismo”, del “Descubrimiento de América”, del indigenismo y de la historia.

Esto ya lo observaba el propio Rengifo, quien en su extraordinaria obra El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935) escribió: Nada de esto preocupa al público chileno, pero sí a los alemanes, por ejemplo, quienes, según oí hace poco en la Sociedad Científica, habían mandado últimamente gente de estudio a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego.

¿Una expedición de alemanes “a investigar si el origen de su raza no estaría también en Tierra del Fuego”? La única unidad alemana de estudio arqueológico-etnológico en América del Sur de la época corresponde a la labor del arqueólogo Edmund Kiss (1886-194?), uno de los más importantes expositores de la Cosmogonía Glacial, quien viajó a países como Perú, Bolivia y Chile entre los años 1928 y 1936 con el objeto de comprobar las ideas de Hans Hörbiger y la multidisciplinaria Welteislehre o “Doctrina del Hielo Mundial”.

Se trataría de la Deutsches Ahnenerbe, Studiengesellschaft für Geistesurgeschichte.

¿Cuál fue el resultado de las pesquisas de la investigación de los alemanes en Tierra del Fuego?

Evidentemente, la búsqueda por parte de los alemanes del origen de su raza en el extremo austral de Chile, no corresponde a la población de cráneos braquicéfalos que caracterizan a los indígenas sino que a los vestigios del grupo dolicocéfalos –los paleoamericanos–.

La raza primordial del polo emprendió su migración desde el casquete antártico –“salvando en las puntas meridionales de América, África y la India”–, poblando el hemisferio norte –“las tribus humanas del sur, tuvieron que emprender forzosamente una peregrinación hacia el norte”–.

Es la leyenda áurea de los Caminantes de la Aurora.

Los míticos hijos de los dioses de la civilización solar-venusina.

Rafael Videla Eissmann
5 de Diciembre de 2021


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.

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