domingo, 19 de marzo de 2023

La historia prohibida de América: Los “hombres primitivos”


Representación petroglífica de un viracocha en el Valle del Encanto, Región
de Coquimbo, Chile (Fotografía de Rafael Videla Eissmann, 2017).



La tradición sacra del eje andino resguardó el conocimiento fundamental del origen del hombre en América –contraponiéndose, ciertamente, al dogma científico del génesis en África de nuestros ancestros–. Ello, pues por medio de la traditio el conocimiento de la aparición del hombre fue comunicado, proyectado y preservado.

En el Mythos andino, los primeros hombres de América fueron los vari vira cocha runa, es decir, los huari-huarijocha, llamados también pacarimoc runa o aquellos “de la aurora”, esto es, de la Primera Edad de los indios como escribiera en su obra El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno (1583-1615) el historiador Felipe Guamán Poma de Ayala (Foja 48).

Poma de Ayala enfatizó: Desta generación comensaron a multiplicar y la desendencia y multiplico después a éstos les llamaron dioses y lo tubieron ací (Foja 49).

Estos viracochas fueron en realidad los chiliche, o chilis. Pues tal como ha explicado el profesor Roberto Rengifo en El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935), los chili-ingas se consideraban elegidos y sobresalientes entre los demás pueblos; eran los viracochas (huaracochas); semidioses encargados de educar al mundo. Llegaron al altiplano boliviano, arrastrando a los cazadores pampinos y a los pescadores costinos y fundaron la primera ciudad monumental, en lo que hoy se llama Tihuanaco, hace 14.000 años (Rengifo, R. El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Página 11).

Refuerza este aserto el arqueólogo Adolph Bandelier al declarar que Tiahuanaco fue construido por un pueblo que venía del sud, los chiloes (chili). (Lauri, Y. B. Una atrevida interpretación de la Portada del Sol. Página 622).

Una concepción similar acerca de la autoctonía del hombre se encuentra en torno a los lituche o ‘principio de la generación de los hombres’. Los lituche fueron conocidos asimismo como glyche, esto es, hombres primitivos o del principio de acuerdo al notable registro del historiador Juan Ignacio Molina en el Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776). (Medina, J. T. Los aborígenes de Chile. Páginas 38-41).

Esta concepción aborigen es posiblemente una de los campos cognoscitivos más fundamentales de la Weltanschauung precolombina. Es la ἰδέα trascendental del origen. Por esto, resulta de la mayor importancia las resonancias que esta concepción posee en los estudios del explorador y naturalista Francisco P. Moreno (Patagonia: Resto de un antiguo continente hoy sumergido. O el núcleo zoogénico antártico, 1882), en la magna obra del erudito Emeterio Villamil de Rada (De la primitividad americana, 1876 y La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco, 1888), en los estudios del profesor y arqueólogo Roberto Rengifo (El Secreto de la América Aborigen, 1919-1921; Arte gráfico y poético de los chiles, 1921 y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica, 1935) y por cierto, en la labor del arqueólogo Arthur Posnansky (Tihuanacu: La cuna del hombre americano, 1945-1957, obra cuyo título original fue Tihuanacu: La cuna de la humanidad). Pues estos sabios, basándose en evidencias geológicas, arqueológicas y etnológicas y especialmente, en las tradiciones aborígenes –es decir, pre-indígenas–, dilucidaron el origen del hombre en América del Sur y su expansión a otras latitudes.

Es el sustrato civilizador del grupo dolicocéfalo que con justa propiedad ha sido conocido como los Hijos del Sol de América. Los HOMBRES-SOL, los Sonnenmenschen de la leyenda áurea –“les llamaron dioses…”; los “semidioses encargados de educar al mundo”–.

Los Antupainko.

La concepción del origen del hombre en América resuena también en las pesquisas realizadas por Juan Moricz (El origen americano de pueblos europeos, 1968) y de nuestra apreciada e infatigable investigadora, Ruth Rodríguez Sotomayor (Kara Maya, Raza Madre de la Humanidad, 2004; Historia de las Bibliotecas Preamericanas, 2009 y El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Preamérica, 2013 –entre otras obras–).

Esta es la “historia prohibida” de América: Las huellas de la población primigenia y su antiquísima civilización que astutamente han sido ignorados en pos esa falsa historiografía indigenista y de aquello que hoy se conoce como “pueblos originarios”. 

Rafael Videla Eissmann
15 de Marzo de 2023


Bibliografía

I. Fuentes

Guamán Poma de Ayala, Felipe
El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno (1583-1615). Edición crítica de John V. Murra y Rolena Adorno. Segunda edición. Siglo Veintiuno. México, 1998.


II. Obras

Medina, José Toribio
Los aborígenes de Chile (1882). Segunda edición. Introducción de Carlos Keller. Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina. Santiago de Chile, 1952.

Moreno, Francisco P.
Patagonia: Resto de un antiguo continente hoy sumergido. En: Anales de la Sociedad Científica Argentina. Tomo XIV. Segundo semestre de 1882. Imprenta de Pablo E. Coni. Buenos Aires, 1882.

Posnansky, Arthur
Tihuanacu: La cuna del hombre americano / Tihuanacu: The Cradle of American Man. Tomo I. Editado por Arthur James F. Shearer. Texto bilingüe. J. J. Augustin. New York, 1945. Tomo II. Editado por Arthur James F. Shearer. Texto bilingüe. J. J. Augustin. New York, 1957. Tomo III y IV. Editorial Don Bosco. Ministerio de Educación de la República de Bolivia. La Paz, 1957.

Rengifo, Roberto
El Secreto de la América Aborigen. I. Noticias y comentarios arqueológicos. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1919.
_ El Secreto de la América Aborigen. II. Estractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ El Secreto de la América Aborigen. III. Los chiles. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1920.
_ Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles. Impreso en los Talleres de la Empresa Zig-Zag. Santiago de Chile [1920].
_ El Secreto de la América Aborigen. IV. Extractos de Actas de la Sociedad Científica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1921.
_ El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Rodríguez Sotomayor, Ruth
Kara Maya, Raza Madre de la Humanidad (2 tomos). 2004 (Inédito).
_ El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Preamérica. Liberfactory. Madrid, 2013 [Descubrimiento extraordinario en reliquias arqueológicas antediluvianas de las culturas andinas. El origen de los arios está en Preamérica (2010)].
_ Diccionario o Enciclopedia de los Símbolos Escriturarios Preamericanos [Historia de las Bibliotecas Preamericanas]. Proyecto ideado y dirigido por Ruth Rodríguez Sotomayor. Avalado por el Archivo Histórico del Guayas de Ecuador y por la Universidad de Guayaquil de Ecuador. I Fase: Recuperación de los símbolos de las reliquias arqueológicas y etnológicas del Reino de los Kitus que se encuentran en el Museo de América y en el Museo de Antropología de Madrid, España. Madrid, 2016 (Inédito).

Villamil de Rada, Emeterio
De la primitividad americana. Imprenta de Gutiérrez. Cochabamba, 1876.
_ La lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco. La Paz, Imprenta de La Razón, 1888.


III. Artículos

Moricz, Juan
El origen americano de pueblos europeos. En: La Asociación de Estudios Históricos. Guayaquil, 15 de Abril de 1968.

Lauri, Yole Beatriz
Una atrevida interpretación de la Portada del Sol. En: Histonium. Año VII. Nº78. Buenos Aires, Septiembre de 1945.

Posnansky, Arthur
Retratos y recuerdos de animales extinguidos en la cerámica de Sudamérica. En: Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz. Litografía e Imprenta Moderna. La Paz, 1919. 


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
Se prohíbe su reproducción).

lunes, 6 de marzo de 2023

El nuevo Götterdämmerung o “Crepúsculo de los Dioses”


Conjunto petroglífico donde destaca una mano con seis dedos en Sacre Ridge en Three Rivers,
Nuevo México, Estados Unidos. La leyenda de los dioses se encuentra en todo el continente.



En el Mythos Légein de la América Aborigen, es decir, en la verdadera historia del continente, resuena el fulgor de los hombres-dioses, de una raza astral que sentó las bases de la civilización americana y del “imperio general” antes de la última Gran Catástrofe (±12.000 años).

Desde Tierra del Fuego a Alaska resuenan los portentos  y conocimientos de los antiguos dioses, de los hówen, de los chili-viracochas y quetzalcoatles. De los Dioses Blancos de Huitramannaland.

Asimismo acontece con los dioses de la tradición de los ugha mongulala –[ellos] han llegado desde las estrellas. Son altos, blancos. Igual a nosotros. La única diferencia es que tienen seis dedos en las manos y los pies–.

Ciertamente, la tradición de los dioses de los ugha mongulala se entronca con aquella de los Dioses Blancos.

El logos amazónico del cual es depositario Tatunca Nara refiere a que estos dioses construyeron la ciudad sagrada de Akakor y posteriormente, la fortaleza de Akahim hace más de 12.000 años.

En estas “ciudades” o recintos subterráneos se albergan las “naves” o “vehículos de los dioses”, es decir, los astras o vimânas andinos, los “OVNIs”–, a la espera de la Gran Guerra de los Mundos. La nueva guerra del Mahâ-Bharâta. La nueva Totaler Krieg.

De acuerdo a Tatunca los dioses poseen, además, una tecnología “anti-gravitacional” que es la base del movimiento y traslado de sus “vehículos”.

Resuena en esta tradición, asimismo, el arribo de los alemanes en 1945 a la ciudad sacra de los dioses extraterrestres en el Amazonas.

¿Cuándo regresarán los dioses? Al igual que en la tradición mesoamericana del poderoso B’olon Yokte Ku’h –“Nueve Dioses” o “Señores”, nacido “antes del inicio de la aurora”– su irrupción no es desde el espacio cósmico pues mora en el Inframundo, en la Tierra Hueca y su ‘descenso’ es inverso, esto es, irrumpe desde las profundidades.

Ellos son quienes “derriban los cielos”, es decir, causan la Gran Catástrofe pero al mismo tiempo, son los creadores de la edad siguiente –el fin del presente ciclo y el comienzo de un nuevo–.

Es el nuevo Götterdämmerung  o “Crepúsculo de los Dioses”. El Ragnarök de los aesir.

Tras lo cual aparecerá el Nuevo Sol.

Entonces, nuestra historia será sólo un “mito”.

Rafael Videla Eissmann
5 de Marzo de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
Se prohíbe su reproducción).