sábado, 1 de junio de 2019

Vestigios de los chilis de las Guaitecas


La isla TicToc en Chiloé.


Esta noticia sobre la investigación multidisciplinaria “Procesos y orígenes del poblamiento marítimo de los canales patagónicos: Chiloé y el núcleo septentrional”, data de 2006. Refleja varios campos presentados por el profesor Roberto Rengifo en su obra El Secreto de la América Aborigen (1919-1921), Arte gráfico y poético de los chiles (1921) y El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica (1935) tales como la mayor antigüedad del poblamiento y la migración sur a norte de un sustrato cultural: Los chilis.


Arqueología de Chiloé

Restos óseos, de conchas, de cerámica y abundante material lítico fueron encontrados a orillas del río Chepu donde hay un sitio arquelógico que data de hace más de seis mil años, el más antiguo encontrado hasta la fecha en Chiloé.

Testimonio

Los diferentes períodos del poblamiento chilote están grabados en las capas del terreno, según lo explicó la arqueóloga Pilar Rivas.

Importantes hallazgos arqueológicos que datarían de hace más de 6000 años, realizados por un equipo de arqueólogos, echan por tierra las teorías que existen del poblamiento originario del Archipiélago de Chiloé. En la orilla del río Chepu, comuna de Ancud, el equipo del científico Carlos Ocampo está haciendo emerger la historia silenciosa a través de los diversos elementos sepultados por el tiempo y las modificaciones físicas y terrestres producidas por diversas causas naturales, como restos de cerámica, conchales y pequeños vestigios óseos.

“En el fondo, lo que con esta excavación se estaría demostrando es que la ocupación de Chiloé no es tardía”, afirmó enfáticamente la arqueóloga Pilar Rivas, la misma profesional que mientras se hacían trabajos de remodelación de la cripta y presbiterio de la Catedral Metropolitana, encontró en Marzo del año pasado los restos de Diego Portales.


Poblamiento

Lo que estudia el grupo de profesionales es cómo se poblaron en el pasado los canales de la Patagonia, es decir, si hubo un movimiento humano desde el norte hacia el sur o al revés, o eventualmente ambas alternativas. El trabajo en Chepu surgió durante la prospección de sitios arqueológicos que desde hace cuatro años se está haciendo en Chiloé, donde existen alrededor de ochocientos lugares que poseen los secretos de la historia sureña que se intenta desentrañar.

“Desde este sitio sacamos un carbón que nos dio una fecha de 6000 años antes del presente”, explicó en el lugar Pilar Rivas, aclarando que a pesar que la labor solamente consiste en la prospección, determinaron excavar para profundizar en la cultura de la época. “Considerando que está también lo del puente Quilo, quisimos ver si se da un patrón en los sitios de la región y de la costa noroeste de Chiloé”, acotó la profesional.


Hasta 10.000 años

Si bien se ha determinado que indígenas canoeros tuvieron presencia en Chiloé desde la última deglaciación, hasta ahora ha resultado difícil tener todos los antecedentes porque los varios maremotos que han afectado a la zona han sido causantes de la pérdida de información. Pilar Rivas mencionó igualmente el registro de un curanto de hace 10.000 años, en el sector costero de Punta Arenas, en la comuna de Ancud, cuyos restos ha ido deteriorando el mar.

Otra de las teorías que se derrumban con los antecedentes encontrados en estos días en el sitio de Chepu es que toda la cultura de esta zona fue tosca. “Es al revés, porque es de una gran belleza el material lítico encontrado y más tarde seguramente hay una introducción huilliche que introduce la cerámica”, manifestó.


“Hay que armar la prehistoria

El sitio de Chepu, que está a 37 kilómetros al sur de Ancud, según la arqueóloga Pilar Rivas es más antiguo que el de puente Quilo, ubicado a 20 kilómetros de esta misma ciudad. “Es 100 o 200 años más antiguo que el de Quilo, es contemporáneo, se podría decir”, dijo, indicando que en sectores contiguos hay evidencia del poblamiento insular de unos 4000 años atrás y, según el equipo de personas que ha estado trabajando en el archipiélago, en esa zona está toda la secuencia de los pobladores primitivos.

El proyecto global “Procesos y orígenes del poblamiento marítimo de los canales patagónicos: Chiloé y el núcleo septentrional”, en el que se enmarcan los antecedentes que se están reuniendo tiene al profesor de prehistoria de la Patagonia y de cultura fueguina de la Universidad de Chile, Carlos Ocampo como investigador responsable, a Pilar Rivas como co-investigadora y lo integra también el antropólogo físico y decano de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Eugenio Aspillaga. En Chepu participaron además otros arqueólogos, antropólogos físicos, un estudiante de Francia y profesionales radicados en Chile y en el extranjero. Han contado con la colaboración de los vecinos Luis Cabezas, Felipe Romero y Javier Silva.


Estratificación

En Chepu está la más importante cuenca fluvial de Chiloé y es donde se reúnen los ríos Butalcura, Coluco y Grande, cuyas aguas desembocan al Pacífico a través del río Chepu. En la costa se hicieron tres unidades de excavación.

En los niveles superiores hay cerámica, lo que es explicado por la arqueóloga Rivas como la presencia de grupos huilliches que vivieron en la zona cuando el ambiente era más o menos similar al actual. Después hay un conchal en una matriz negruzca que da cuenta de los indígenas canoeros. “Aquí hay conchales, hay un curanto, unos fogones preciosos”, señaló con entusiasmo Rivas.

De acuerdo a lo que muestra la excavación y en explicaciones de los investigadores, por las características que hoy presenta el terreno se puede comprobar que los pobladores canoeros de esa época iban y venían de ese lugar, donde hacían curantos y fogones en sus residencias temporales. “En estas capas se ve que hay unos períodos con ocupación, otros sin ocupaciones, con mucho movimiento y eso todavía en un ambiente parecido al actual”, afirmó Rivas. “Estamos después en la época del Holoceno Medio”, precisó durante la labor realizada en este sitio que también muestra la arena en sus capas y en la que encontraron muy pocos restos óseos. “Se ha conservado muy poco la materia orgánica, excepto el carbón”, acotó. 

El curanto de Puente Quilo, en Ancud.


Realidad

Con el proyecto que financia el Fondo Nacional de Investigación, Ciencia y Tecnología, aún queda mucho trabajo que procesar de todos los antecedentes reunidos en terreno. Lo que viene es generar una prehistoria actualizada con toda la información. “No hay prehistoria para Chiloé, mas allá que un dato circunstancial, lo del conchal de Gamboa o lo de puente Quilo, pero en el fondo hay que armar una realidad más holística e integrar todos los datos para abordar así nuevas temáticas”, sostuvo.


“Hay huesos de animales terrestres” 

La arqueóloga Josefina González, encargada de estudiar la fauna del sitio del río Chepu, en una apreciación preliminar de los elementos encontrados dijo que le llama la atención las características que están presentes en el lugar. A la profesional lo que le sorprende es que hay muchos huesos de animales terrestres detectados en el proceso de excavación que a su juicio pueden ser de coipos, además de la evidencia de gran cantidad de mariscos y muy poco pescado. “Es raro que no haya pescado porque estamos a la orilla del mar, incluso este recurso tampoco se aprecia en los niveles superiores”, señaló, apuntando que la escasa presencia ósea y de materia orgánica en general, puede tener su fundamentación en la conservación.

Germán Kessler, el propietario del terreno donde se ubica el sitio, aseguró que en la medida de sus posibilidades está resuelto a cuidarlo para que nadie lo destruya. “Hay que cuidarlo porque es muy importante y nos puede entregar hartos datos de nuestro pasado”, dijo el orgulloso campesino que posee tan importante tesoro para la arqueología, pero también para seguir buscando las huellas del tiempo que aún está perdido entre el conjunto de islas chilotas.


Importante

“Lo que aquí hay es de una importancia tremenda, que incluso viene a terminar con muchas cosas que se han dicho de los poblamientos de Chiloé”, expresó en tanto Jorge Radich, profesional chileno radicado en Francia y que en este verano se integró al equipo de Carlos Ocampo, quien además entre otros trabajos de esta zona ha acopiado diversos antecedentes de los antiguos habitantes hurgando en investigaciones subacuáticas los secretos prehistóricos que guarda el golfo Quetalmahue.

El hielo, las deglaciaciones, el tiempo, las olas que erosionan los terrenos costeros han modificado o escondido el pasado que a través del sitio del río Chepu está hablando de quienes desafiaron la inhóspita geografía. Hoy estos científicos van hacia la restauración histórica. “Por lo menos ocuparé unos diez días en escribir tanto material”, dijo Pilar Rivas.

Sara Curumilla Sotomayor 


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