domingo, 13 de agosto de 2023

El Mito Polar


El mapa Chica sive Patagonica et Australis Terra de Matthias Quad, del año 1600.
Al sur del Estrecho de Magallanes aparece la Antártida como Terra Avstralis.


Origo

Como un río de luz emanó la corriente vital que emana de Antarktos, impulsando la generación de la vida y sus manifestaciones de sur a norte como fue demostrado por el multifacético Francisco P. Moreno en su notable estudio Patagonia: Resto de un antiguo continente hoy sumergido –conferencia dictada en la Sociedad Científica Argentina en Buenos Aires, el 15 de Julio de 1882–. Pues el eje Antártida-Patagonia es el remanente del antiguo continente austral sumergido que cobijó el antiquísimo núcleo zoogénico de donde no sólo emanaron las primordiales formas vivientes sino también, de donde surgió el Homo antarcticus, la raza primigenia y base de la cultura-raíz americana que posteriormente se extenderá al resto del continente, a Europa y Asia.

La población dolicocéfala originara que antecedió a los indígenas braquicéfalos.


Mythoi

El eje Antártida-Patagonia es el escenario de la “creación” del hombre por los dioses, llamados hówen en la tradición de los selk’nam o shileknam–el “Clan de la Rama Sagrada”– del extremo sur del Chili Mapu, cuyas representaciones fueron conocidas por etnólogos occidentales a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX y cuyas representaciones en la ceremonia del Háin-Kina se caracterizan por los tocados cónicos, elemento simbólico de gran trascendencia pues se encuentra prácticamente a escala global en las figuraciones de los dioses de la América prehispánica, de la Europa precristiana, el Medio Oriente precristiano y preislámico y por cierto en las tradiciones que han emanado del Himalaya.

El conocimiento de esta remota historia fue preservado por los poderosos xo’on [jon] y los machi de los sustratos culturales australes a través de los mitos cosmogónicos y antropogénicos, por medio de los símbolos y el recuerdo de los inmortales dioses descendidos de las estrellas.


Visum

La Gran Tradición polar emanada de Antarktos y el flujo vital y civilizador de los hówen-viracochas que ha emanado desde las profundidades de los Andes ha sido rescatado y proyectado por notables autores como Francisco P. Moreno, Emeterio Villamil de Rada y Roberto Rengifo, Augustus Le Plongeon, Percy Harrison Fawcett, Edmund Kiss, Émile Roger Wagner y Duncan Ladislao Wagner, Joseph Cserép, Juan Móricz, Natalia Rosi de Tariffi, James Bailey y Ruth Rodríguez Sotomayor.

En su conjunto, estos autores han dado cuenta de la existencia de una población blanca prehispánica que cimentó las bases de las culturas y civilizaciones de América-Huitramannaland, es decir, la “tierra de los hombres blancos” y que fuese conocida, asimismo, como Gran Irlanda (Irland it Mikla), la Gran Tierra de Yr.

Rafael Videla Eissmann
11 de Agosto de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

viernes, 4 de agosto de 2023

90 años del último Háin o ceremonia iniciática selk’nam: Evocación de los dioses del firmamento


Dos Koshménk junto a la choza ceremonial Háin de 1923
(Fotografía de Martin Gusinde, 1923).


Los dioses en Tierra del Fuego

Los selk’nam (Shileknam), una antiquísima cultura asentada en Tierra del Fuego (Karukinká), poseía una trascendental cosmovisión que explicaba el origen del mundo y del hombre. La Divinidad Suprema e increada es Temáuquel, creador del cielo y de la Tierra, quien luego de la formación del mundo, envió a su mensajero Kenós y a los hówen, raza astral e inmortal que pobló el mundo y de donde descienden los propios selk’nam (Gallardo, C. R. Los onas. Páginas 97 y 98).

En el mito de Kran y Kra, es decir, del Sol y la Luna, respectivamente, se ha revelado una importantísima clave de la cosmovisión de los selk’nam –el “Clan de la Rama Sagrada”–, por cuanto describe la usurpación mediante el engaño realizada por las mujeres del poder de los hombres, revirtiendo el orden instaurado por Kenós. Así, este mito no sólo pregona la pugna entre una sociedad patriarcal y matriarcal sino que es fundacional, pues a partir de este conflicto de alcances cósmicos se inaugura la cultura selk’nam que pudo ser conocida y registrada, al menos parcialmente, por los observadores occidentales.

Este mito indica que en la época de los hówen o ancestros selk’nam de la era mítica, las mujeres guiadas por Kra engañaron a los hombres con el objeto de instaurar el matriarcado. Desde entonces, durante varios meses al año, se reunían en la choza ceremonial Háin de donde emergía desde las entrañas de la tierra un irascible y furioso espíritu-monstruo femenino conocido como Xálpen al cual los hombres –engañados por las mujeres– debían llevar grandes cantidades de carne de guanaco para saciar su hambre y calmar su ira.

Los hombres sólo sabían de Xálpen por los gritos de pavor proferidos por las mujeres al interior de la choza y los movimientos que ellas mismas realizaban en las paredes de ésta. La aparición de otros espíritus del mundo subterráneo era anunciada por los cantos al interior del Háin para que los hombres supieran de su presencia.

Sin embargo, el engaño de las mujeres fue descubierto por Kran cuando descansaba de sus actividades de caza de guanaco. Fue entonces cuando él y su amigo Kuányip dieron noticia del artificio al resto de los hombres para dar paso a su rebelión con el objeto de restablecer el orden inicial de Kenós. Los hombres masacraron a todas las mujeres con excepción de las más jóvenes y las niñas. Es aquí donde el mito áureo selk’nam alcanza dimensiones cósmicas pues Kran arrojó fuertemente a Kra sobre el fogón, por instigar a las mujeres al engaño, manchándole el rostro. Pero Kra pudo escapar al cielo, transformándose en la Luna –que muestra manchas oscuras tal como el rostro de Kra–, siendo seguida por Kran quien se transformó en el Sol, en eterna persecución (Chapman, A. Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Página 200).


Háin

La ceremonia del Háin era dirigida por un jon –de la casta iniciática con extraordinarios poderes–, quien determinaba las escenas que se habían de representar.

El lugar de las ceremonias se emplazaba cerca de un bosque y con espacio suficiente para realizar las representaciones. Frente a las chozas del campamento, a unos doscientos pasos, se construía la gran choza ceremonial denominada asimismo Háin, constituida por siete pilares de haya que representaban a los siete hombres provenientes de distintas regiones de la isla que desempeñaron el papel de los sho’ort en la primera ceremonia llevada a cabo por los hombres. Cada uno de ellos había cortado un árbol alto y lo había llevado al lugar donde se levantaría el Háin.

Esta choza ceremonial correspondía a una micro-representación del cosmos.

Junto a la renovación del rito mítico y la reinstauración del orden de Kenós, el Háin correspondía también a la iniciación de los jóvenes –llamados durante su iniciación klóketen– a su vida de adultos. Era una instrucción que se prolongaba durante el transcurso del Háin en la cual se transmitían las tradiciones del origen del mundo y del hombre, los conocimientos mágico-religiosos, el comportamiento ético adecuado y el arte de la caza (Keller, C. Dios en Tierra del Fuego. Página 24).

Sobre la tradición ritual del Háin, la antropóloga Anne Chapman ha precisado un dato fundamental: Desde, probablemente, miles de años atrás y hasta 1933 (último Háin), los jóvenes selk’nam eran iniciados en el Háin (…). A lo largo de los meses que duraba la ceremonia, los klóketen, los jóvenes iniciados, debían dejar de ser niños para convertirse en hombres. Este es el sentido que daban a las duras pruebas físicas y morales que los jóvenes tenían que soportar, como también a la educación que allí les impartían los mayores. Los instruían en las tradiciones de hóowin, a propósitos de los orígenes y las transformaciones de todas las cosas del universo. Les enseñaban el comportamiento que debían seguir y las obligaciones familiares y sociales que debían cumplir. Y tenían que confesarse en caso de que hubieran cometido falta contra ese código durante su niñez (Chapman, A. Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Página 107).


1933: El último Háin

Con motivo de la colonización de Tierra del Fuego desde finales del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, los descendientes de los selk’nam originales fueron exterminados.

La información consignada por Anne Chapman en Fin de un mundo (2002) es elocuente: 1933 fue el último Háin.

La última ceremonia iniciática de los jon. La última evocación de los poderosos dioses-espíritus de los hówen de la tradición selk’nam.

Es el sumergimiento de la antiquísima tradición patagónica-polar.

De manera ilustrativa, informante de Gusinde expresó así el devenir: Dejad pasar los años, y luego vuestro Dios comenzará a transformarse aquí en Temáuquel, y vuestros antepasados adquirirán el espíritu de los nuestros, y así, al contemplar estas praderas y estas selvas, estos ríos y estas montañas, nuestros hóhuen resucitarán, una vez más, en vuestros hijos, porque son inmortales y no perecerán mientras exista esta tierra, porque son ella misma y se identifican con todas sus formas (Keller, C. Dios en Tierra del Fuego. Página 119 (Los destacados son nuestros ~ Nota del autor).

Rafael Videla Eissmann
Mayo-Junio de 2023


Bibliografía

I. Obras

Rengifo, Roberto
El papel del territorio de Chile en la evolución de la humanidad prehistórica. Imprenta Universitaria. Santiago de Chile, 1935.

Chapman, Anne
Fin de un mundo. Los selknam de Tierra del Fuego. Segunda edición. Taller Experimental Cuerpos Pintados. Santiago de Chile, 2002.
_ Hain: Ceremonia de iniciación de los selk’nam de Tierra del Fuego. Editorial Pehuén. Santiago de Chile, 2009.

Gallardo, Carlos R.
Los onas. Cabaut y Cía. Buenos Aires, 1910.

Gusinde, Martin
Die Feuerland Indianer. Ergebnisse meiner vier Forschungsreisen in den Jahren 1918 bis 1924. Band I. Die Selk’nam: Vom Leben und Denken eines Jägervolkes auf der Grossen Feuerlandinsel. Unternommen im Auftrage des Ministerio de Instrucción Pública de Chile. Verlag der Internationalen Zeitschrift “Anthropos”. Mödling bei Wien, 1931.

Keller, Carlos
Dios en Tierra del Fuego. Mitos y cuentos de los sélcnam. Editorial Zig-Zag. Santiago de Chile, 1947.


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).

martes, 1 de agosto de 2023

Extraordinarias similitudes entre los dioses de Chile y los katchinas de Estados Unidos de América


Representación petroglífica de un viracocha en el Valle del Encanto, en la Región de Coquimbo, Chile. Adviértase su similitud con el muñeco katchina de Talavai (“Mañana”) de los hopis de Arizona, Estados Unidos de América.


En nuestro artículo anterior –Los dioses katchinas y la historia ignota de Chile–, presentamos la extraordinaria comunicación entregada por Erich von Däniken en torno al paso de los hopis –hopituh shi-nu-mu– por Chile después de la catástrofe que sumergió su tierra natal en el océano Pacífico –¿Mu?, ¿Lemuria?, ¿Hiva?–.

La información transmitida por von Däniken está basada en la obra The Book of the Hopis (“El libro de los hopis”, 1963) de Frank Waters.

De modo significativa, como indicábamos, algunas de las representaciones de los dioses katchinas que guían a los hopis poseen notables semejanzas con los dioses del Chili Mapu –desde los hówen o dioses-espíritus de la tradición sagrada selk’nam en Tierra del Fuego a representaciones petroglíficas de la Región de Coquimbo, en el norte del país–.

El dios-espíritu Halaháches-Kótaix del háin de los selk’nam de Tierra del Fuego,
en el extremo austral de Chile y el muñeco katchina Koshari de los hopis.


El dios-espíritu Pawus, shoort del norte y el dios de la guerra Pö-ökang-hoya de los hopis. Obsérvese, asimismo,
el escudo de Pö-ökang que guarda notable similitud con el kultrún o tambor ceremonial de los machis o shamanes
araucanos y sus cinco círculos o soles (Kultrún (“Timbal” SH211.11) mapuche (sur de Chile) con objetos mágicos
adentro, en ocasiones es sacudido usándolo como “timbal-sonaja” (SH212.1). Museo Chileno de Arte Precolombino).


He aquí algunos ejemplos que ilustran las similitudes entre las representaciones de los dioses en ambos hemisferios. Evocaciones de los portentosos dioses extraterrestres de la Ante-Historia, es decir, de cuando los dioses caminaron por la Tierra –la Edad de los Hówen, el Satya-Yuga o Edad Dorada–.

Rafael Videla Eissmann
29 de Julio de 2023


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos. Se prohíbe su reproducción).