sábado, 25 de agosto de 2018

La runa Odal en un textil araucano


 La runa Odal en un textil araucano del sur de Chile.


La presencia de la runa Odal en este textil araucano del sur de Chile resulta significativa pues corrobora la existencia en el mundo prehispánico de un sustrato cultural no indígena y que se encuentra emparentado con el gran árbol indogermano. Son los paleoamericanos dolicocéfalos, quienes emprendieron una marcha civilizadora a distintos puntos del globo. Son las fundamentales premisas desarrolladas por eximios investigadores como Emeterio Villamil de Rada, Francisco P. Moreno y Roberto Rengifo, entre otros.

Aún más: Este símbolo rúnico evidenciaría la relación entre la estirpe divina de los antuipanko del Chili-Mapu y los aesir de Germanie pars.

Pero, ¿cuál fue el origen? Fray Gregorio García en el Origen de los indios del Nuevo Mundo de Indias Occidentales (1607) estableció que los habitantes del país de Frislandia o de la Frisia fueron los primeros pobladores de Chile.

La runa Odal.


En el extenso estudio Los aborígenes de Chile (1882), el historiador José Toribio Medina ha indicado que Sufrido Pedro en De Frisi antiquit et origine (1698), apoyaba la misma teoría de fray Gregorio García, determinando que supuesto la destreza en la navegación y del deseo de ver cosas nuevas, no es difícil deducir que los indios de Chile y aún los del Perú descendían de los frisios. Este hecho se reforzaría porque la india Glaura, informante de Alonso de Ercilla y Zúñiga, le aseveró que era descendiente de la antigua sangre de Frisia, según los versos del canto XXVIII de La Araucana (1574):

Mi nombre es Glaura, en fuerte hora nacida,
hija del buen cacique Quilacura
de la sangre de Frisio esclarecida .

Y más abajo:

Trajo á mi tierra y casa á Fresolano,
mozo de fuerzas y ánimo valiente,
de mi infelice padre primo hermano
y mucho más amigo que pariente…,
saliendo Fresolano en mi presencia.

Y de Friso parece derivaba el nombre de Fresolano, que usaba la familia de que hace mención Alonso de Ercilla. Además de estas aseveraciones, el nombre Chile o Chili significa frío, y lo mismo en Frisia. Y, por fin, las águilas de dos cabezas, de que antes hemos hecho mención, existían en Chile cuando llegaron los españoles y en Frisia eran vulgares estas figuras.

¡Ecos de la remota historia del Chili-Mapu!

Rafael Videla Eissmann
25 de Junio de 2018


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lunes, 20 de agosto de 2018

Araucanos-Buttnmandl


 Los Alpes.


Extraordinarios registros fotográficos evidencian representaciones araucanas de nombre desconocido las que guardan clara similitud con los Buttnmandl de la tradición panteísta del sur de Germania (Véase al respecto: http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2015/06/araucania-berchtesgaden.html).

Esta semejanza permite vislumbrar una remota conexión entre los Andes y los Alpes, montañas sagradas en las tradiciones del sustrato dolicocéfalo primordial de ambas regiones.

El Cordón Dorado.


Las fascinantes representaciones araucanas (Ca. 1900).

Los Buttnmandl del sur de Alemania y Austria. La similitud entre las representaciones
de la Araucanía y los Buttnmandl son evidentes.


Mas, ¿cuál es el significado de estas representaciones en la Araucanía? ¿Cuál es su origen? ¿Cuál fue el modelo inicial a partir del cual se realizaron estas representaciones? ¿A qué rito pertenecían? ¿Existe aún alguna ceremonia araucana que preserve el conocimiento de estas representaciones?

Sólo la luz del Mythos puede proyectar una aproximación al misterio de la Ante-Historia.

Rafael Videla Eissmann
9 de Junio de 2018


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Se prohíbe su reproducción).

domingo, 5 de agosto de 2018

El culto a los antepasados


 Tótems antropomorfos y astrales de los antiguos araucanos
(Fotografía de Odber Heffer Bissett. Sin fecha).


El sustrato cultural originario de la tradición araucana se remonta a los lituche o glyche, el principio de la generación de los hombres, o los hombres primitivos o del principio, como consignaba Juan Ignacio Molina en su Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile (1776). 

Este sustrato corresponde a quienes resistieron al último Diluvio o Tripalafquén. La Gran Agua.

Familia araucana en torno al rehue (Archivo Museo Mapuche
Juan Antonio Ríos, Cañete, Chile).

Una machi y su kultrún, junto al rehue (Archivo Museo
de Historia Natural de Santiago).


Resguardadores de los conocimientos de la edad previa, devienen en figuras míticas, es decir, héroes civilizadores u hombres-dioses.

Las poblaciones post-diluviales araucanas los invocaban con los siguientes mantrams tal como informa el abate Molina: En sus congregaciones los invocan, junto con sus divinidades, entonando en alta voz: Pom, pum, pum, Mari epunamun, animalhuen, peñi Epatun.

La remota conexión con los Himalayas.

De ellos, esto es, los ancestros o antupainko proceden las raíces culturales de los grupos post-diluviales, herederos de sus símbolos y tradiciones o Admapu. De allí la razón que el etnólogo Ricardo Latcham en La organización social y las creencias religiosas de los antiguos araucanos (1922) considerara apropiadamente que el culto a los antepasados era la verdadera religión para los araucanos.

Rafael Videla Eissmann
12 de Julio de 2018


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