Völuspá o La profecía de la vidente es el primer poema de la Edda Poética, registrado en el Codex Regius, manuscrito islandés de 1270. Aquí se narra el origen del mundo y de sus habitantes: Los trols, los elfos, los Ases y los Jötnar o gigantes. Describe asimismo, el Götterdämmerung, el Crepúsculo de los Dioses, es decir, el fin de un ciclo y el inicio del siguiente.
Ciertamente,
La profecía de la vidente, constituye uno de los registros más importantes de la historia mítica de los germanos.
Völuspá
1
¡Oíd! pido a todas las estirpes divinas, grandes y pequeños, hijos de
Heimdall; me pides, oh Valfödr, que te refiera las más viejas historias
que yo pueda recordar.
2 Recuerdo a los trols, los primeros
nacidos, que en un tiempo lejano me dieron la vida; nueve mundos
recuerdo y nueve ramas, y el gran Árbol del Mundo, aún bajo tierra.
3
Fue en los primeros tiempos cuando Ymir vivió; no había ni arena ni
mar, ni las frías olas, tierra no había, ni el alto cielo, sólo el vacío
abismo, tampoco había hierba.
4 Mas los hijos de Bur formaron
la tierra, aquellos que crearon el famoso Midgard; brilló el Sol desde
el sur sobre el palacio, y surgió en la tierra la hierba verde.
5
Desde el sur lanzó el Sol, compañero de la Luna, su mano derecha al
confín del cielo; no sabía el Sol dónde estaban sus salas, no sabían las
estrellas dónde tenían su lugar, no sabía la Luna cuál era su poder.
6
Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y tomaron consejo los
sagrados dioses; la Luna llena y la nueva ellos designaron, nombraron la
mañana, también el mediodía, la tarde y la noche, para contar los años.
7 Se encontraron los dioses en los Campos de Ída, ellos
construyeron grandes templos, y altares, hicieron las fraguas, forjaron
las joyas, fraguaron tenazas, hicieron herramientas.
8 Jugaban en
sus patios, y estaban alegres, no les faltaba en absoluto el oro hasta
que vinieron tres doncellas gigantes, todas ellas odiosas, desde el
Jötunheim.
9 Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y
tomaron consejo, los sagrados dioses, quién habría de crear la estirpe
de los gnomos con la sangre de Brimir y los huesos de Blámi.
10
Allí estaba Mótsognir, quien era el mayor de todos los gnomos, y el
segundo era Durinn; con figura humana crearon de la tierra a muchos
enanos, así dice Durrin.
11 Nýi y Nidi, Nordri y Sudri, Austri y Vestri, Althjóf, Dvalin, Bivör, Bávör, Bömnbur, Nóri, Án y Ánar, Ái, Mjödvitnir,
12
Veig y Gandálf, Vindálf, Thráin, Thekk y Thorin, Thrór, Vitr y Litr,
Nár y Nyrád -y hablo en verdad -Regin y Rádsvin- de los enanos.
13 Fíli, Kíli, Fundinn, Náli, Hepti, Víli, Hanar, Svíor, Frár, Hornbori, Fraeg y Lóni, Aurvang, Jari, Eikinskjaldi.
14
Es hora de enumerar para los hombres los gnomos del séquito de Dvalin,
hasta Lofar, los que visitaron desde el palacio la mansión de Aurvangir
hasta Jöruvellir.
15 Allí estaba Draupnir y Dolgthrasir, Hár, Haugspori, Hlévang, GlóiSkirvir, Virvir, Skafid, Ái.
16
Álf e Yngvi, Eikinskjaldi, Fjalar y Frostri, Finn y Ginnar; se habrán
de acrecentar, mientras perdure el tiempo, los descendientes del enano
Lofar.
17 Hasta que al mundo llegaron tres de la hueste divina,
propicios, potentes, y en la tierra hallaron, carentes de fuerza, a Ask y
Embla, aún sin destino.
18 Vida no tenían, no poseían juicio, ni
sangre ni voz, ni color de vida; vida les dio Odín, juicio les dio
Haenir, sangre les dio Lódur, y color de vida.
Odín (“Wotan Abschied” de Hermann Hendrich, 1926).
19 Sé de un fresno
que se alza, se llama Yggdrasil, árbol alto, bañado de blanca humedad;
de él baja el rocío que cae en los valles; se alza en la verde fuente de
Urd.
20 De allí vienen doncellas de gran sabiduría, son tres,
desde el mar que manda del árbol; Urd se llama una, Verdandi la otra -en
ramas graban letras-, Skuld es la tercera; las leyes hacían, elegían
las vidas de todos los hombres, el futuro predicen.
21 Recuerda
el gran combate, el primero del mundo, cuando a Gullveig traspasaron con
lanzas, y en la mansión de Hár la quemaron; tres veces la quemaron,
tres veces renació, de nuevo, sin cesar, y aún sigue viviendo.
22
Heid la llamaban allí donde iba, la sabia adivina, hacía conjuros,
hacía magia siempre, hacía magia en trance, era siempre el deleite de
las mujeres viles.
23 Se reunieron los dioses, todos, en
asamblea, y tomaron consejo los sagrados dioses; si debían los Ases
pagar tributo o debían los dioses exigir compensación.
24 Arrojó
Odín un venablo a la hueste, fue el gran combate primero en el mundo;
roto quedó el muro del fortín de los Ases, con sus artes, los Vanes
dominaron el campo.
25 Se reunieron los dioses, todos, en
asamblea, y tomaron consejo los sagrados dioses: ¿Quién mezcló veneno en
el aire todo, o a la estirpe de trols prometió la esposa de Odd?
26
Sólo Thor luchó allí con furor terrible, nunca reposa cuando ve estas
cosas; se han roto juramentos, palabras y promesas, los firmes acuerdos
que había entre ellos.
27 Sabe que está el cuerno de Heimdall
silencioso bajo el árbol sagrado habituado a la luz; ve caer el agua en
la lodosa cascada de la prenda de Odín. ¿Sabéis aún más, o qué?
28
Sentada estaba sola cuando vino el anciano príncipe de los Ases y la
miró a los ojos. ¿Qué me preguntáis? ¿Por qué me tentáis? Lo sé todo,
Odín: dónde ocultaste tu ojo, allá en la famosa fuente de Mímir; Mímir
bebe hidromiel cada mañana de la prenda de Valfödr. ¿Sabéis aún más, o
qué?
29 A ella le dio Herfödr anillos y collares, sabia magia y clarividencia, veía aquí y allá, todos los mundos.
30
Ella vio Walkirias llegadas de lejos, prestas a cabalgar al hogar de
los dioses; Skuld blandía el escudo, y otra era Skögul, Gunn, Hild,
Göndul y Geirskögul; ahora he citado las esposas de Herjan, prestas a
cabalgar, las Walkirias, en el llano.
31 Vi a Baldr, dios
ensangrentado, al hijo de Odín, predicho ya el destino; se alzaba,
crecida, más alta que los campos, -delgada y muy bella- la rama de
muérdago.
32 De aquella planta de enjuto aspecto salió el
pérfido dardo, y Hödr lo lanzó; el hermano de Baldr nació demasiado
pronto tenía el hijo de Odín sólo una noche de edad.
33 Nunca se
lavó las manos ni se peinó la cabeza hasta ver en la pira al enemigo de
Baldr. Pero Frigg lloró en Fensalir el dolor del Walhalla. ¿Sabéis aún
más, o qué?

La muerte de Baldur.
34 Con las tripas de Vali trenzó ligaduras, eran recias y fuertes.
35
Le vio yacer atado bajo el Hveralund; su aspecto, engañoso, se parecía a
Loki; allí está Sigyn, mas poco gozosa de ver a su esposo. ¿Sabéis aún
más, o qué?
36 Fluye de oriente un río por valles venenosos con hachas y espadas, Slíd es su nombre.
37
Había en el norte en Nidavellir una sala de oro de la estirpe de
Sindri; otra se alzaba allá en Ókolnir, era del trol de nombre Brimir.
38
Una sala vio lejos del Sol en la Náströnd, sus puertas al norte, fluía
el veneno por sus limbreras, hecha la sala con huesos de serpiente.
39
Vio allí vadear densas corrientes a hombres perjuros y a asesinos y al
que a la esposa de otro sedujo; Nidhögg lamía los cadáveres, los
destroza el lobo. ¿Sabéis aún más, o qué?
40 Al este, la anciana
estaba, en Járnvid; y allí alumbró hijos de Fenrir; de todos ellos
surgirá uno, destructor de la Luna, en forma de trol.
41 Bebe la
vida de hombres muertos. Se tiñe el Ásgard con roja sangre; negro será
el Sol en el verano, y el clima, espantoso. ¿Sabéis aún más, o qué?
42
Sobre una loma tocaba el arpa el guardián de las brujas, el alegre
Eggthér; cantaba junto a él en el bosque de aves un gallo rojo, Fjalar
se llama.
43 Cresta de Oro, cantaba a los Ases, despierta a los
hijos de Herjafödr; y otro más canta bajo la tierra: Un gallo granate en
las salas de Hel.
44 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los
nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro
destino de los dioses triunfantes.
45 Lucharán los hermanos, y
se habrán de matar, los primos hermanos cometen incesto, terrible es el
mundo, hay gran adulterio; días de lanzas y espadas, se rompe el escudo,
días de tormenta y lobos, se hunde el mundo, no habrá hombre ninguno
que a otro respete.
46 Retozan los trols, la muerte se avisa en el
canto de Gjallarhorn: Heimdall sopla fuerte, el cuerno está alzado,
interroga Odín la testa de Mím.
47 Tiembla Yggdrasil, mas el
fresno está firme, gime el viejo árbol al soltarse el trol; sufren todos
en las sendas de Hel, hasta que lo trague el pariente de Surt.
48
¿Qué es de los Ases? ¿Qué es de los elfos? Ruge el Jötunheim, los Ases
se reúnen; gimen los gnomos ante las puertas, los sabios de las simas.
¿Sabéis más aún, o qué?
49 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los
nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro
destino de los dioses triunfantes.
El Götterdämmerung, el Crepúsculo de los Dioses.
50 Hrym llega del este
llevando su escudo, se encrespa Jörmungard con furor de trol, la sierpe
azota el mar, el águila gañe, desgarra los muertos, se suelta Naglfar.
51
Llega un barco del este, vendrá por el mar las huestes de Muspell, Loki
es el piloto; llegan los trols con el lobo, hermano de Býleist marcha
el primero.
52 Surt llega del sur, abrasa las ramas, fulgura la
espada del Dios de los Muertos: Las montañas chocan, los monstruos se
enfrentan, pisan las vías de Hel, y el cielo se fisura.
53 Sufre entonces Hlín otro gran dolor cuando marcha Odín a luchar con el lobo, y el radiante asesino de Beli, con Surt.
54
Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé
muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses
triunfantes.
55 Ahora llega el noble hijo de Sigfödr, Vídar, a
luchar con el carroñero; hunde en el hijo de Hvedrung hasta las guardas
la hoja en el corazón, y venga así a su padre.
56 Ahora llega el
famoso hijo de Hlódyn, va el hijo de Odín a luchar con la serpiente, la
mata rabioso el guardián del Midgard; abandonan los hombres todos su
hogar; nueve pasos atrás da el hijo de Fjörgyn rehúye a la sierpe sin
temer la deshonra.
57 El Sol se oscurece, se hunde la tierra en
el mar, se agitan del cielo las brillantes estrellas; surge vapor
furioso, el fuego se alza, y llega el calor hasta el mismo cielo.
“El Sol se oscurece, se hunde la tierra en
el mar...”.
58
Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé
muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses
triunfantes.
59 Pero ve surgir por segunda vez la tierra del
mar, para siempre verde; caen cascadas, se remonta el águila que en las
montañas cazará los peces.
60 Se encuentran los Ases en
Ídavellir, y de la sierpe del mundo poderosa charlan, recuerda allí los
grandes sucesos, y las runas antiguas de Fimbultýr.
61 Allí, después, maravillosos escaques de oro hallarán en la hierba, los que en días antiguos tenían las estirpes.
62
Y sin plantarlos crecerán los campos, todo mejora, Baldr llegará,
habitarán Hödr y Baldr los hogares de Hropt, el templo divino. ¿Sabéis
aún más, o qué?
63 Elegirá Haenir la rama sagrada, construyen los hijos, los dos hermanos, un gran mundo aéreo. ¿Sabéis aún más o qué?
64
Ve alzarse una sala más bella que el Sol, tejada con oro, allá en el
Gimlé; las huestes leales allí habitarán y para siempre serán felices.
65 Vendrá entonces el reino en el Juicio Final, llegará poderoso, quien todo lo rige.
66
Llegará volando el oscuro dragón, la sierpe brillante, desde Nídafjöll;
llevará en sus plumas los muertos a Nidhögg. Allí se hundirá.
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