Vicente Pistilli S.
Ve alzarse una sala más bella que el Sol,
tejada con oro, allá en el Gimlé; las huestes leales
allí habitarán y para siempre serán felices.
Völuspá
tejada con oro, allá en el Gimlé; las huestes leales
allí habitarán y para siempre serán felices.
Völuspá
La más remota tradición de nuestros ancestros -preservada por
innumerables generaciones en ambos lados del océano Atlántico- habla del
rito de la resurrección en un reino más allá de aquel percibido por los
sentidos físicos. Un reino vislumbrado por bardos y guerreros-poetas en
lejanísimos recuerdos y en la inamovible fe en la inmortalidad y el
amor eterno.
Esta concepción trascendente de la existencia ha sido el fundamento y motor de la visión de mundo de los pueblos germanos y sus descendientes, la cual, a través del Cordón Dorado de la Tradición Sagrada, ha sido preservada hasta hoy.
Las huellas de aquellos osados e inagotables exploradores, que como sus antecesores repiten la peregrinación por diversos centros de la Tierra, alcanzaron a la América del Sur, región mágica del planeta, legando la sabiduría de los símbolos y de las construcciones megalíticas-astronómicas. Testigo e investigador incansable de estas huellas, de esta «historia prohibida», fue Vicente Pistilli Statunato, prolífero autor de obras y artículos sobre las conexiones transoceánicas entre Europa, América y Asia, destacando en tal sentido, la presencia e influencia de los vikingos en el mundo precolombino. Resultado de su ímpetu son trabajos como Vikingos en el Paraguay. La aldea vikinga-guaraní de la Cuenca del Plata (1978), La cronología de Ulrich Schmidel (1980), La Primera Fundación de Asunción (1987), Etnografía y etnología americana (1990) y Vikingos en América (2000).
Pistilli ha sido uno de los más grandes revisionistas de la historiografía tradicional de nuestra época, entregando valiosas aristas fundamentadas en vestigios arqueológicos, crónicas y fuentes etnográficas que sustentan la concepción y desarrollo de otra historia, distinta a la dogmática versión hispanista en torno al denominado Descubrimiento y la imposibilidad de contactos transoceánicos con anterioridad a 1492. De allí que Pistilli indicara que el radio de expansión de la influencia vikinga es América toda, a lo largo de sus costas, en la cuenca de sus ríos principales, a lo largo de los caminos continentales, ciudades incas perdidas en las selvas amazónicas.
Hay evidencias nórdicas en las culturas de América del Norte, como en olman en México; maya en América Central; Inga y guaraní-tupi en Paraguay-Brasil; en Catamarca, Argentina, con sus alfarerías y piezas de bronce; en el Estrecho de Magallanes, en Chile, donde los alakalufes usaban técnicas escandinavas en la construcción de botes del Mesolítico.
Ciertamente, sus obras son la invaluable herencia que Pistilli lega no sólo a su glorioso país -Paraguay- sino también a la América del Sur y aquellos buscadores de la Gran Tradición Áurea.
Esta concepción trascendente de la existencia ha sido el fundamento y motor de la visión de mundo de los pueblos germanos y sus descendientes, la cual, a través del Cordón Dorado de la Tradición Sagrada, ha sido preservada hasta hoy.
Las huellas de aquellos osados e inagotables exploradores, que como sus antecesores repiten la peregrinación por diversos centros de la Tierra, alcanzaron a la América del Sur, región mágica del planeta, legando la sabiduría de los símbolos y de las construcciones megalíticas-astronómicas. Testigo e investigador incansable de estas huellas, de esta «historia prohibida», fue Vicente Pistilli Statunato, prolífero autor de obras y artículos sobre las conexiones transoceánicas entre Europa, América y Asia, destacando en tal sentido, la presencia e influencia de los vikingos en el mundo precolombino. Resultado de su ímpetu son trabajos como Vikingos en el Paraguay. La aldea vikinga-guaraní de la Cuenca del Plata (1978), La cronología de Ulrich Schmidel (1980), La Primera Fundación de Asunción (1987), Etnografía y etnología americana (1990) y Vikingos en América (2000).
Pistilli ha sido uno de los más grandes revisionistas de la historiografía tradicional de nuestra época, entregando valiosas aristas fundamentadas en vestigios arqueológicos, crónicas y fuentes etnográficas que sustentan la concepción y desarrollo de otra historia, distinta a la dogmática versión hispanista en torno al denominado Descubrimiento y la imposibilidad de contactos transoceánicos con anterioridad a 1492. De allí que Pistilli indicara que el radio de expansión de la influencia vikinga es América toda, a lo largo de sus costas, en la cuenca de sus ríos principales, a lo largo de los caminos continentales, ciudades incas perdidas en las selvas amazónicas.
Hay evidencias nórdicas en las culturas de América del Norte, como en olman en México; maya en América Central; Inga y guaraní-tupi en Paraguay-Brasil; en Catamarca, Argentina, con sus alfarerías y piezas de bronce; en el Estrecho de Magallanes, en Chile, donde los alakalufes usaban técnicas escandinavas en la construcción de botes del Mesolítico.
Ciertamente, sus obras son la invaluable herencia que Pistilli lega no sólo a su glorioso país -Paraguay- sino también a la América del Sur y aquellos buscadores de la Gran Tradición Áurea.
Rafael Videla Eissmann