lunes, 1 de agosto de 2011

Sobre un hacha de hierro encontrada en Amambay

El hacha encontrada en Amambay.


De acuerdo al profesor Vicente Pistilli, el hacha de hierro encontrada por Raúl Ayala en Amambay fue confeccionada por un grupo vikingo-celta que incursionó en territorio paraguayo.

Pistilli ha podido detectar en el hacha dos letras oghámicas inscritas en cada uno de los lados: una S con cinco líneas y una N de cuatro líneas. Pistilli ha expresado al respecto: ese es el símbolo del Sol. Entonces esto significa que Odín, que es el representante del Sol, le protege; y el otro es un símbolo de posesión, del poseedor del hacha.

Tapiz escandinavo del siglo XII. A la izquierda se ubica Odín, portador de un hacha y una lanza -junto a él se puede apreciar el símbolo runoide del Yggdrassil, el Árbol del Mundo-. En el centro se encuentra Thor, portando el rayo Mjöllnir. A la derecha, Freyja llevando una mazorca de maíz.


Este vestigio fue hallado alrededor de 3 m de profundidad y sus dimensiones son de alrededor de 15 cm de longitud por 2 cm de ancho y 6 cm de alto.

En su obra Vikingos en América (2000), Pistilli ha escrito sobre esta singular pieza:

Hacha de hierro de tipología vikinga, hallada por Raúl Ayala en Cerro Japonés (Amambay). La letra oghámica es la “N”, la cual para los druidas es el fresno; para los nórdicos, simboliza la fuerza creadora (Con el hacha, crean la nave actuando sobre el fresno, el árbol de las embarcaciones).

Significativamente, la colección del Museo Municipal de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio de la V Región de Chile posee tres hachas líticas que guardan cierta relación con la forma y las dimensiones del hacha descubierta en Amambay. En ese sentido, la leyenda del museo señala:

Instrumento de piedra denominado Toqui-mano, este lítico fue encontrado en calle Hnos. [Hermanos] Carrera en Cerro Alegre, San Antonio en 1998, cercano a un enterratorio del Complejo Cultural Llolleo. Se desconoce su utilización.

Hachas líticas pertenecientes a la colección arqueológica del Museo Municipal de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio.


Realizando una observación a los hallazgos de Amambay y San Antonio, surgen algunas interrogantes: ¿Se trata de dos representaciones distintas de una misma figura original? Y si fuese este el caso: ¿Cuál figura? ¿Una figura vikinga o una figura aborigen? ¿Qué antigüedad tienen? ¿Cuál es el significado de las líneas que asemejan rayos que portan estas piezas? ¿Se relacionan, efectivamente como ha postulado Pistilli sobre el ejemplar de Amambay, con el Sol?

Lamentablemente se desconoce el contexto arqueológico donde todas estas piezas fueron halladas, hecho que imposibilita realizar conclusiones definitivas sobre las mismas. Sin embargo, las figuras líticas halladas en San Antonio no presentan señales visibles de utilización o empleo doméstico, por lo que se les puede atribuir un significado esencialmente ritual, a diferencia del hacha de hierro de Amambay que ciertamente era un arma de combate pero que no obstante, posee caracteres rituales, esto es, las inscripciones asociadas al Sol y a Odín.

Rafael Videla Eissmann
1° de Agosto de 2011.


Hacha tipo Robenhausen de Suiza.

Hacha guaraní de tipo Robenhausen.

viernes, 1 de julio de 2011

¿Una representación precolombina de Odín hallada en Chile?



Esta extrañísima figura aborigen fue encontrada en el sur de Chile. Pertenece a la colección del Museo Chileno de Arte Precolombino de Santiago. La leyenda en el museo señala: cultura no identificada.

La figura alcanza los 350 mm de altura y fue confeccionada con madera, plumas, plata y una aleación de cobre y plata (pieza de catálogo Nº0520). Una publicación del museo dispone la siguiente descripción: La confección de figurillas humanas se hunde profundamente en la tradición precolombina americana, si bien esto no implica que su significado o sus usos hayan sido similares entre distintos contextos culturales e históricos. Se les ha encontrado en las tumbas de la Cultura Chinchorro de la costa norte de Chile y sur del Perú, con fechas tan antiguas como hace 8000 años; en diversos sitios de la Cultura Valdivia del Ecuador fechados en más de 4000 años a.p.; y en la isla Jaina bajo influencia de la Cultura Maya hace unos 1800 años, por mencionar sólo unos pocos ejemplos. La pieza que aquí nos interesa, proveniente de la Costa Centro Sur del Área Andina, es sin duda un ejemplo notable de este tipo de objetos, y en ella se reúnen varias técnicas y materiales diferentes. En primer lugar, se trata de una figurilla tallada en madera en una sola pieza, excepto un brazo, que fue tallado aparte y unido con una amarra de fibra vegetal. Una vez obtenida la forma básica, el cuerpo fue recubierto con placas de plata sujetas con pequeños clavos de aleación de plata y cobre. Por su parte, las facciones de la cara fueron remarcadas con plumas pegadas en los ojos y la boca, las que contrastan fuertemente con la pintura roja que se administró en el resto del rostro. La pieza parece estar vestida, aunque sólo se puede reconocer una especie de tocado cónico y un faldellín que cubre parte de la cintura y los muslos. Estos elementos no son lo suficientemente diagnósticos como para intentar una identificación cultural a partir de ellos. No obstante, el gorro o turbante y el faldellín son muy comunes en representaciones humanas en cerámica y madera propias de la Cultura Moche y Vicús, así como de varias otras contemporáneas y algunas tardías, como Chancay* .

Pero ¿a qué manifestación cultural corresponde realmente esta figura única y excepcional hallada en el sur de Chile? ¿A quién representa? ¿Existen acaso, representaciones similares en la cultura Moche, Vicús, Chancay u otras? No. O al menos no existen registros conocidos de ellas.

De acuerdo al profesor Vicente Pistilli, esta figura representaría en realidad a Odín, quien se autoinmoló en el Árbol del Mundo (Irminsul).

¿A qué época pertenece? ¿A qué cultura corresponde? ¿Cuál fue el objeto de su representación?

Sólo una auténtica revisión de la historia precolombina puede arrojar luces sobre los insondables misterios de la América Aborigen y sobre estas representaciones de los Dioses Blancos, su historia y sus símbolos.

El profesor Pistilli adelanta un próximo trabajo sobre esta extraordinaria figura de la arqueología prohibida del continente.

Rafael Videla Eissmann
1° de Julio de 2011.


Detalle de la enigmática figura encontrada en el sur de Chile.


* Chile Indígena. Publicación del Museo Arqueológico de Santiago (1991).


lunes, 20 de junio de 2011

Una mujer indígena en Europa, cinco siglos antes que Colón

Detalle del mapa vikingo de Vinlandia-América del siglo XI d.C. aún cuando se ha basado en una fuente más temprana.


Una prueba más de la presencia vikinga en la América Precolombina

La revista American Journal of Physical Anthropology del mes de Noviembre de 2010 ha publicado un extraordinario estudio en el cual han participado investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a científicos de la Universidad de Islandia y de la biofarmacéutica deCODE Genetics de Reikiavik de Islandia.

En el estudio se concluyó que cinco siglos antes que el navegante Cristóbal Colón pisara por vez primera tierra americana, es decir, en el siglo X, una mujer amerindia fue llevada por los vikingos hasta Islandia, hecho que establece el contacto de europeos y americanos en una época no abordada por la historiografía y cuya presencia ha sido posible rastrear en base al examen genético.

Los investigadores han llegado a dicha conclusión después de analizar la información genética de cuatro familias islandesas de las que hoy forman parte alrededor de ochenta personas. Tras reconstruir sus genealogías hasta cuatro antepasados cercanos al año 1700, se ha comprobado que en sus genes se ha hallado un linaje de origen americano nativo. Se trata del denominado haplogrupo C1, el cual es mitocondrial, es decir, fue introducido en la isla por una mujer.

Se había asumido hasta tiempos recientes que los genes de los habitantes de Islandia procedían de los países escandinavos y de Escocia e Irlanda. Sin embargo, hace cuatro años se descubrió que cuatro islandeses, miembros de las familias investigadas, tenían un linaje mitocondrial C1, ausente de Europa pero uno de los típicos de las poblaciones americanas de hace 14000 años y de los habitantes del este asiático.

Carles Lalueza-Fox, miembro del equipo de científicos e investigador del Instituto de Biología Evolutiva que ha desarrollado el estudio, ha expresado que como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X la hipótesis más factible es que estos genes correspondiesen a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000. Curiosamente este hecho habría permanecido oculto porque esta mujer era un personaje anónimo.

Se pensó en un primer momento que procedían de familias asiáticas establecidas recientemente en Islandia, pero cuando se estudiaron las genealogías familiares se descubrió que las cuatro familias provenían de cuatro antepasados situados entre 1710 y 1740 y de la misma región del sur de Islandia, cercana al enorme glaciar Vatnajökull.

Con el objeto de determinar qué parte de los genes americanos habrían pasado a Europa, los investigadores utilizaron la base de datos familiares de deCODE -que ha recogido las genealogías de todos los islandeses y del 80% de todos los que han existido- para identificar los ancestros matrilineales que portan el linaje C1 para luego realizar la secuencia completa del genoma mitocondrial de AND de once portadores contemporáneos de C1 de las cuatro fuentes matrilineales distintas.

Como se ha visto, los resultados indican que la llegada más tardía a Islandia sería en 1700 o antes, y más probablemente, algunos siglos antes.

Desde esa primera mujer han transcurrido alrededor de cuarenta generaciones y en todas nació -por lo menos- una niña, quien ha de haber tenido hijas y así, este linaje femenino no se ha interrumpido hasta la actualidad, pues en caso contrario, el ADN mitocondrial no hubiese llegado hasta ahora.

Quizás, uno de los aspectos más sorprendentes del estudio es que ha demostrado que el linaje islandés C1 no corresponde a ninguno de los haplogrupos o subgrupos C1 de los americanos nativos (C1b, C1c y C1d) o del asiático (C1a). Más bien, se presenta como parte de un nuevo subgrupo, el C1e. Mientras el origen americano nativo es más adecuado para C1e, su origen asiático o europeo no puede ser descartado.

Rafael Videla Eissmann
Marzo de 2011


Véase el artículo A new subclade of mtDNA haplogroup C1 found in icelanders: Evidence of pre-columbian contact? de Sigríður Sunna Ebenesersdóttir, Ásgeir Sigurðsson, Federico Sánchez-Quinto, Carles Lalueza-Fox, Kári Stefánsson y Agnar Helgason, publicado en American Journal of Physical Anthropology del 10 de Noviembre de 2010 y la información de la agencia EFE del día 17 de Noviembre de 2010.

Indios Blancos del Paraguay

Instrumento de música de origen guayakí con símbolos runoides, consignado por el profesor Vicente Pistilli en su obra Vikingos en América (2000).


Reproducimos esta singular noticia aparecida en 1932 sobre los indios blancos encontrados en Paraguay, los guayakíes:


Acerca de la existencia de una tribu de indios blancos en el Paraguay

Un explorador estadounidense asegura haberlos visto en la frontera con el Brasil

Asunción, mayo 27 (United) — A pesar del escepticismo con que en la universidad de Harvard se acogió la noticia de la existencia de indios blancos en la República del Paraguay y la declaración categórica hecha al respecto por el director del museo de zoología cooperativa de aquella universidad, varios personajes paraguayos, entre ellos el señor Gerónimo Zubizarreta, ex ministro de Relaciones Exteriores, afirman que dichos indios viven en las sierras cerca de la frontera del Brasil.

Son los indios en cuestión de pequeña estatura, pero no pigmeos. Se los llama guayaquíes, pero son conocidos en el pueblo bajo el nombre de "rubios". Viven con preferencia en las montañas que separan al Paraguay del Brasil hasta las llanuras que se extienden al Este y al Oeste. Los que estuvieron en contacto con ellos dicen que tienen el rostro aguileño y cabello y ojos claros. Son muy ágiles, corren y trepan con gran habilidad y que cuando ven acercarse una persona extraña desaparecen en la selva.

En estado salvaje, viven de miel y del fruto del pino. Los blancos están en contacto con ellos en los yerbales del Paraguay oriental, donde muchos de esos indios, bastante civilizados, trabajan como peones.

Es sorprendente que Mr. Donald Wees, director del museo de Harvard, ponga en duda su existencia. En Asunción hay familias que han criado a pequeños guayaquíes, pero más tarde hay que dejarlos seguir el impulso de su naturaleza y vuelven a la vida salvaje.
Los guayaquíes no tienen relación alguna con los guaraníes ni con las otras tribus de indios de esas regiones y se mantienen sin mezclarse con ellas.

Se hacen toda case de conjeturas acerca del probable origen de esos indios. La explicación más interesante es la que los presenta como descendientes de un grupo de conquistadores que, hace siglos, perdieron todo contacto con los otros españoles y adoptaron el modo de vida de los indígenas. Es también probable que se hayan mezclado con los indios vecinos, y de ahí los llamados indios rubios de nuestros días.

Fuente: Diario La Prensa de Asunción, Sábado 28 de mayo de 1932 (Página 9).


viernes, 17 de junio de 2011

La Tierra Primera. Texto Mby’a

Versión de León Cadogan.


El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
habiendo concebido su futura morada terrenal,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
hizo que en la extremidad de su vara
fuera engendrándose la tierra.
Creó una palmera eterna en el futuro centro de la tierra;
creó otra en la mora de Karai;
creó una palmera eterna en la mora de Tupa;
en el origen de los vientos buenos
creó una palmera eterna;
en los orígenes del tiempo-espacio primigenio
creó una palmera eterna;
cinco palmeras eternas creó;
a las palmeras eternas está asegurada
la mora terrenal.

Existen siete paraísos;
el firmamento descansa sobre cuatro columnas;
sus columnas son varas-insignias.
El firmamento que se extiende con vientos
lo empujó nuestro Padre enviándolo a su lugar.
Habiéndole colocado primeramente tres columnas al paraíso,
éste se movía aún;
por ese motivo,
le colocó cuatro columnas de varas-insignias;
sólo después de esto estuvo en su debido lugar,
y ya no se movía más.

Patrones simbólicos en la cestería de los mbyá-guaraní. Colección Museo Etnográfico Doctor Andrés Barbero de Asunción, Paraguay.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Presencia vikinga en territorio paraguayo


Vikingos en América

Según la tradición oral y algunos restos arqueológicos, los vikingos formaban una sociedad dominada por la casta militar, a cuya cabeza estaba el rey; desarrollaron las técnicas armamentística y de navegación y ellas les permitieron extender rápidamente sus conquistas y crear una extensa red comercial. Los vikingos, a pesar de ser considerados un pueblo pirata, ejercieron una gran influencia cultural y artística en toda Europa. Esto fue desde el siglo VIII al XI. Entre los restos arqueológicos se destacan las construcciones militares geométricas, encuadradas en fuertes rectangulares; las piedras rúnicas, primeros soportes para la escritura; o los barcos funerarios que contenían la cámara funeraria e importantes tesoros.

Probablemente los vikingos alcanzaron las costas nororientales de América hacia el año 1000. Subrayamos lo de “probablemente” porque para muchos estudiosos existe la certeza de que estuvieron en gran parte de nuestro continente.

Inscripción rúnica en Kaerstad, Noruega.


En Paraguay

El profesor Vicente Pistilli, conocido defensor de la teoría de la presencia vikinga en el Paraguay, nos habla de las huellas de las runas -la escritura vikinga- grabadas en el cerro Guazú, departamento de Amambay. Y también de los rastros biológicos. “La virtualmente extinta tribu guayakí -nos dice- desciende de un conjunto humano de raza biotipo longilíneo. Lo hemos comprobado científicamente. Los guayakí son de raza blanca, ligeramente mestizados con mujeres amerindias en una época relativamente reciente.

Los varones guayakí tienen la piel clara, barba tupida, el pelo les ralea en la coronilla y el microscopio revela que es pelo propio de la raza blanca”.

Inscripción rúnica en el cerro Guazú en Amambay, Paraguay.


La vinculación que el profesor Pistilli encuentra de los guayakí con los vikingos está referida también a la armadura, el código, el mensaje del mito. En las dos mitologías, la primera pareja humana está creada con elementos vegetales y minerales.

Los espíritus malignos guaraní y escandinavos se casan con hijas de la primera pareja y engendran monstruos. En ambas mitologías se registra una catástrofe universal. “Los guayakí -agrega el profesor Pistilli- están vinculados con una población de tipo ario, cuya presencia en el altiplano, siglos antes del Descubrimiento, fue probada nada menos que por trescientas momias rubias encontradas en Paracas y otros lugares del Perú. Creemos que los incas eran vikingos”.

Hacia fines de la década del sesenta del pasado siglo, el geólogo del Ministerio de Obras Públicas Pedro González encontró en el departamento de Amambay ciento cincuenta y siete grutas con las paredes cubiertas con las inscripciones rúnicas.

En la siguiente década, el profesor Jaime M. de Mahieu, de la Universidad Nacional de Buenos Aires y autor, entre otros libros, de El Rey Vikingo del Paraguay (1979), estudió junto con el runólogo alemán Herman Munk, sesenta y una de esas inscripciones en cuestión.

Las conclusiones a las que llegaron los nombrados profesores son que algunas de las inscripciones son rúnicas de diseño clásico y otras revelan un largo proceso de degeneración gráfica. El profesor Munk pudo reconocer también un dialecto medieval que se hablaba en Schleswig (Alemania).

“De cualquier manera -dice el profesor Pistilli- las huellas de los vikingos están presentes en el acervo paraguayo como en su idioma nativo, el guaraní”.

Alcibíades González Delvalle
Diario ABC. Paraguay, Domingo 4 de Marzo de 2007.


Cestería de los mbyá-guaraní con el símbolo de la runa sieg. Colección Museo Etnográfico Doctor Andrés Barbero de Asunción, Paraguay.

martes, 1 de marzo de 2011

Escrituras difundidas por los vikingos


Escrituras difundidas por los vikingos en Europa y América:

1. Runas.
2. Latinas.
3. Oghámicas.
4. Gallegus.

Esquema del libro Vikingos en América de Vicente Pistilli (Asunción, 2000).