lunes, 14 de octubre de 2013

Las runas

 Inscripción rúnica en Europa.


La visión historiográfica de las runas las ha definido como un grupo alfabético de las lenguas germánicas de Europa originadas en la antigüedad y desarrolladas hasta la Edad Media -época en la cual se produjo por cierto un proceso de sincretismo del paganismo con el cristianismo y de las runas con el alfabeto latino, lo que permitió la subsistencia de las runas como conocimiento ancestral incluso hasta comienzos del siglo XX, sobre todo en las regiones del norte de Europa, como Escandinavia-.

El nombre del alfabeto rúnico es Futhark, término que corresponde a las primeras seis runas transliteradas: F, U, Þ, A, R y K.

Rune, Runa, Runo, procede de la raíz germano-gótica Run que significa secreto o bien, susurro.

Los alfabetos rúnicos indoeuropeos más conocidos corresponden al Futhark Antiguo (alrededor del 150-800), al Futhark Anglosajón (400-1100) y al Futhark Escandinavo (800-1100).

 
 El Futhark o alfabeto rúnico de acuerdo a Guido von List.


Sin embargo, esta cronología del sistema ideográfico rúnico es insostenible, como también es insostenible derivar a las runas de los caracteres del alfabeto latino o de los alfabetos de la Italia septentrional como lepóntico, rético y venético (del siglo V al siglo I a.C.), procedentes a su vez del alfabeto etrusco. Esto, pues la antigüedad de las runas es remota y su origen está fundido con el mito áureo de la prediluvial cosmogonía germánica, pues las runas son símbolos sagrados emanados de lo Divino, de los Dioses, idea conceptualizada en el antiguo término nórdico Reginkunnr [Rægikundu].

En el Hávamál, el Discurso del Altísimo de los Edda de Sæmund se ha descrito  la obtención de las runas por el dios de los guerreros, Odín.

 Los Runenlauteren (Grabado medieval anónimo).


Los acontecimientos registrados en los Edda poéticos (o Edda Mayor) fueron realizados alrededor del año 1000 y los Edda prosaicos (o Edda Menor) en torno al 1220 por el skald e historiador Snorri Sturlusson (1178-1241). Como se ha explicado anteriormente, el Ragnarök de los Edda fue de hecho, una evocación de la última Gran Catástrofe o Diluvio -el Götterdämmerung- ocurrido hace alrededor de 13.000 años, tal como lo indicaba la Cosmogonía Glacial (1913) de Hans Hörbiger y Philipp Fauth, por lo que se puede aseverar, entonces, que las runas son un alfabeto de una mayor antigüedad a la asignada por la historiografía ortodoxa.

Rafael Videla Eissmann
1º de Octubre de 2013


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jueves, 1 de agosto de 2013

Influencias vikingas en Ecuador

 El venerado símbolo del Sol, la “Cruz de nuestros Ancestros”, la swastika o más
apropiadamente, el tetraskelión en un motivo de la cultura Tuncahuan de Ecuador.


 En esta tierra se puede poner un pie en el hemisferio norte y otro en el sur, en la misma capital del país, Quito, donde han levantado un monumento en la misma línea ecuatorial.

Esta nación se ha hecho famosa por muchos motivos de diversas facturas: El sombrero jijipapa, conocido por “panamá”; la cultura Valdivia, entre otras; la residencia de Huáscar, quien disputara el Impero Incaico contra su hermano Atahualpa; los famosos scyris, señores conocidos como karas, nombre todavía usado en Paraguay (Karaicho: “Gran señor”); las Islas Galápagos, con sus tortugas gigantes, que vieron pasar a Darwin, el sabio.

Tenemos elementos para precisar las gestas colonizadoras de los vikingos, las cuales han llamado la atención de los investigadores pero no la han interpretado satisfactoriamente, por estar sometidos a prejuicios que convierten a la antropología en una etnografía, dejando en suspenso las interpretaciones que exigen las ciencias humanas. Trataremos pues, de retomar aportes diversos, para establecer una adecuada interpretación.

Toponimia. Con todo lo dicho sobre los vikingos en Nuestra América, nos resta incursionar en las ciencias auxiliares de la antropología para encontrar los nombres dados por los vikingos a los accidentes geográficos del Ecuador con sus costas, montes y selvas. He aquí algunos vocablos que han llamado nuestra atención, con la probidad debida: Abatigua, Boyaca, Caragos, Cumbaya, Chaguar, Omagua, Piragua, Turd.

Etnonimia. Existen muchas etnias en Ecuador, que ameritan nuestra atención pues los vikingos conformaban un grupo mas, dentro de la variada expresión demográfica del Ecuador. He aquí algunos nombres de etnias relacionadas con los vikingos: Karas, kañarí, karives, muiska y tolitas.

Etnografía. A nadie escapa que las costumbres se hacen leyes, perdurando para la posterioridad, siendo valiosos indicadores de las gestas vikingas en el Ecuador, según pasamos a considerar.

Llama poderosamente la atención la organización política establecida por los karas en Quito permaneciendo el recuerdo en una leyenda de “gigantes” que habían arrasado el área: Ajustando esa versión, el acontecimiento debió suceder en el siglo XI de la era cristiana: Se estima que pasaron por el Reino de Quito, unos quince emperadores, recordándose todavía algunos de sus nombres y hazañas muy relacionadas con las costumbres nórdicas.

Los vikingos eran comerciantes, razón por la cual desarrollaban las prácticas para el abastecimiento e intercambio de mercaderías. Es histórico que conformaron una confederación de mercaderes, precisamente en la época del arribo de los nórdicos; las etnias que nuclearon esta empresa fueron los monteños, los puneños y los huankavikcas.

Mencionamos nuevamente los aportes vikingos a la orfebrería con las técnicas correspondientes, llegando a acunar monedas; discos de oro vaciados en un molde y sin signos ni inscripciones. Por supuesto que en sus diseños ornamentales de las piezas de orfebrería, domina el Sol de Oro.

La ciudad de Quito de acuerdo a la ilustración de Felipe Guamán Poma de Ayala en su Primer Corónica del Buen Gobierno de los Ingas (1583-1615).


Historia. Este país tiene tradiciones antiquísimas, comprobadas por la arqueología En efecto, su posición privilegiada, penetrando hacia el Pacifico, como apuntando a las Galápagos, permitió encausar las corrientes marinas, las cuales impusieron su derrotero a los navegantes. Se podría afirmar, que la famosa Cattigara, es pues el Ecuador, donde había arribado el famoso Fu-Sang, quien habría llevado el maíz al Asia. Registros documentales del siglo XIV, muestran como este grano fue difundido hasta las fronteras con Europa a través del Imperio Otomano, el cual fue denominado “trigo turco”, nombre usado por Alvar Núñez en Paraguay, para designarlo.

También llegaron los japoneses, dejando influencia en la cultura Jomon en varias etnias ecuatorianas. Luego se hicieron presente los mayas, quienes aculturaron a los muiscas, los cuales a su vez, en alianza con los vikingos, continuaron con la aventura cultural, la cual señalamos a través de los relativos indicadores.

En efecto, los vikingos asentaron una base en la Isla de Guayas, al llegar a estas latitudes; luego buscaron los altiplanos y echaron las bases del Reino de Quito: El primer jefe se llamoo Kara (de karr, “rizado”; uno de los nombres de Odín). Luego los emperadores se llamaron Scyry (de Skirr, Sirri, “más puro”, por razones de confirmar la nobleza). No se conoce el nombre del último, pero su hija se caso con un jarl local, a quien ayudó a fundar el reino, razón de su nombre Toa (de Toeja, “ayudar”).

Finalmente, los Ingas incorporaron el Reino de Quito al Gran Imperio cuya historia todavía da que comentar, por los descubrimientos que todavía se siguen haciendo, en estas latitudes, para comprender Nuestra América.

Vicente Pistilli
(Vikingos en América.
Asunción, 2000).
 
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lunes, 1 de julio de 2013

Externsteine, templo de la Ante-Historia

Vista panorámica de Externsteine.


Se encontraron los dioses en los campos de Ída, ellos
construyeron grandes templos, y altares,
hicieron las fraguas, forjaron las joyas,
fraguaron tenazas, hicieron herramientas.

Völuspá


Externsteine, la Estrella de Piedra (Stern-Stein), es un grandioso conjunto pétreo que ha cobijado la antigua religión de los germanos, los descendientes del Dyeus del Cielo, Tuisco.

Las imponentes rocas ostentan el misterio de las edades y del antiquísimo culto del Sol, el Sol Invisible, el Sol Negro.

El origen de los templos en las cimas de las columnas líticas es un enigma, pues no se ha podido determinar su antigüedad o asociación a vestigios arqueológicos aun cuando se han descubierto herramientas líticas con una antigüedad aproximada de 12.000 años, esto es, en la época diluvial.

Sin embargo, el carácter astronómico y precristiano es evidente. En este sentido, destaca el portal solar en la cima de la Columna II. Se trata de un orificio o “ventana” circular con una orientación este-oeste donde la luz del Sol se “posa” sobre un pilar labrado en la misma roca.

El orificio circular es ciertamente una analogía simbólica, una figuración del astro solar y de la importancia de la luz invisible del Sol. Frente a este altar, se yergue una extraña piedra con forma triangular que pareciera cubrir una entrada a la misma columna.

El altar solar en la Columna II de Externsteine.

Formación triangular frente al altar solar.


Asimismo, en la parte superior de la Columna I hay un mirador que permite una amplia visión del bosque circundante. En la base de esta formación se ubica la gruta (“Grotte”, la “Caverna de la Iniciación”) que tuvo originalmente una función iniciática -posteriormente utilizada por monjes cristianos y luego incluso ocupada como calabozo- y más abajo, se descubre el Arkosolium (la “Tumba Abierta de la Resurrección” del Domingo, el “Día del Sol”, Sunday, Sonntag).

El disco del Sol en un amanecer en Externsteine.
Es la misma figura que reproduce la “ventana” solar.


Es en la Columna IV donde se encuentra el misterio más insondable de Externsteine: La plasmación del Kreuz-Gott, el Hombre-Dios, pendido en el Árbol-Eje del Mundo, la Columna Invisible del Irminsul, el Árbol Vertebral, el “Árbol de las Swastikas”. Es la cristalización del dios Wotan, Odín, el Señor de las Runas.

Externsteine fue el centro mágico más importante de los antiguos germanos. Un templo pétreo donde la luz solar cumple un rol trascendental en la demarcación de ciertos hitos en las columnas pero sobre todo, en el portal de la Columna II el cual evidencia el conocimiento de la luz del Sol intangible, del Sol de todos los Soles, el Sol Negro.

Rafael Videla Eissmann
1º de Julio de 2013

 
La “Tumba de la Resurrección”.

 La plasmación del Kreuz-Gott en Externsteine.

  
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sábado, 1 de junio de 2013

El misterio de Externsteine

 
El Kreuzgott, el “Dios-Cruz”, plasmado en Externsteine. Es el Kristo
de la Atlántida; Odín-Wotan, el restaurador del conocimiento de las runas.


De las runas de los gigantes y de todos los dioses
diré lo que es cierto, pues visité cada mundo,
llegué a nueve mundos allá abajo en el Niflhel,
donde mueren los hombres.

Discurso de Vafthrúdnir (Vafþrúðnismál)



Cerca del pueblo de Horn-Bad Meinberg, en el Distrito de Lippe de Nordrhein-Westfalen en Alemania, se encuentra el más importante “templo” germano de la antigüedad, Externsteine. Allí se funde la Naturaleza con las improntas de los primeros Asen, los “descendidos de los astros”. Amalgama ejemplar del Unus Mundus de la Edad Dorada.

El significado del nombre de Externsteine se relacionaría con la cadena montañosa de Eggegebirge o “Piedras de Egge”, o bien, con Externstones, es decir, las “Rocas Exteriores”. Pero Externsteine bien podría significar Stern-Steine, es decir, la Estrella de Piedra.

Más allá de la memoria de los hombres se encuentra el origen del Kreuzgott, el “Dios-Cruz”, el Urmensch cristalizado, solidificado en las rocas de Externsteine.

Su plasmación se hunde en el insondable abismo del tiempo.

Es el Hombre-Dios, el Hombre-Cruz, erguido en la columna invisible del Irminsul, el Árbol-Eje del Mundo, plano de conexión entre Asgard, el Reino de los Dioses; Thursenheim o Jötunnheim, el Reino de los Gigantes; Nebelhiem o Nifleheim, el Reino del Hielo; Muspelheim, el Reino del Fuego y Mittgard, la Tierra del Medio.

Esta figura es también, Odín-Wotan, “crucificado”, pendido en el Árbol del Conocimiento, el Árbol Cósmico (“Vertebral”), que encuentra su símil en otra deidad guerrera y solar, Quetzalcóatl y el árbol Quetzalhuexoch de la tradición mesoamericana, sosteniendo el firmamento. Odín, el Thul Supremo, es el restaurador del conocimiento de las runas y de los símbolos sagrados. Es el Señor de los Poetas y los Guerreros, el Tharl y guía del Wildes Heer o Batallón Furioso del Götterdämmerung.

Sobre esta figura en Externsteine, el Kristo nórdico, hiperbóreo, el Kristo de la Atlántida, Miguel Serrano ha escrito: Como aprisionado por la roca, entre dos enormes bloques, se perfila la imagen del Crucificado en el Irminsul. Un gigante, con la cabeza inclinada sobre un hombro y los brazos abiertos en cruz. Claramente se descubre la herida de lanza en un costado [El “Escudo de la Rosa”]. Esto no ha podido ser hecho por mano humana alguna, porque es obra de Titanes. No es una escultura, sino el trabajo de conformación de la piedra, de la roca, de un golpe. De nuevo la plasmación de una Idea, proyectada sobre el plasma cósmico-terrestre. Es Wotan, pendiendo del Irminsul en sus Nueve Noches, hasta el reencuentro con las Runas, bajo el Sol Negro de la Medianoche Polar. Es el Kristianismo Nórdico, muy anterior al cristianismo semítico y lunar. Aquí está con todos sus atributos, aun con la Lanza, recuperada luego por Parzival en el Misterio del Gral adulterado y saqueado por la Roma judaizante. Nada ha conseguido Carlomagno con destruir el Irminsul, que en los Externsteine se hallaba, porque la figura de Wotan pendiendo en la roca sigue lo sigue reproduciendo.

En el nombre Irminsul se cobija la clave rúnica del Axis Mundi: Ir-Man-Sul (Sol, Saule, Sonne).

Como ha explicado Vicente Pistilli, el Irmensul es la columna gigante. El grabado es un columnal (tronco) con dos ramas (yin y yang). Es una simbiosis del Árbol Yggdrasil y la Columna Irminsul. La Columna de Madera, sostén de la Casa Germanice es también sostén del Universo (Firmamento).

La ventana solar y el pilar en la parte superior de la columna II de Externsteine. Pertenecen
a vestigios del antiguo culto solar germánico.


Esta plasmación, ciertamente, antecede a los vestigios del culto solar de las columnas II y III donde destaca el arco con el pilar y la ventana o disco del Sol Invisible (el Sol Negro) en la parte superior de la columna II, o bien, la Caverna de la Iniciación o la Tumba Abierta de la Resurrección, vestigios prácticamente incomprensibles de la ritualidad mágico-religiosa de los antiguos germanos.

La columna de piedra se sumerge en las profundidades de la tierra, del Inframundo; en el Mittgard se plasma la imagen del Hombre-Dios que se eleva al cielo, al Walhalla de los Einherier, como imagen inmutable frente al Sol de la mañana y su luz blanca y vibrante. Corresponde también a la runa Man, es decir, a la runa de la vida, símbolo sacro y mágico de la Ante-Historia.

Rafael Videla Eissmann
Externsteine,
19 de Mayo de 2013

La runa RU-UR labrada en una de las paredes de Externsteine.


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jueves, 2 de mayo de 2013

Nicolás Palacios: Sobre los nórdicos en América


Diversos autores en la historiografía occidental de finales del siglo XIX y comienzos del XX, constaron la irrupción de poblaciones nórdicas a América con antelación a la empresa peninsular de fines del siglo XV, tales como Henry Stevens (1869), Rasmus Björn (1874), John A. Emander (1893), Ole Andreas Øverland (1896), Ottilia Adelina Liljencrantz (1902) y Agnes Christina Laut (1905).

El doctor Nicolás Palacios (1858-1911), el genial autor de la monumental obra sobre la etnología gótica-araucana, Raza Chilena (1904) y de trabajos tales como Decadencia del Espíritu de Nacionalidad (1908), Demografía Gótica (1908) y Revisión en América de la Historia el Viejo Mundo (1908), ha dado cuenta también del arribo de poblaciones nórdicas a América con antelación al “Descubrimiento” de 1492. De tal modo, ha expresado:

Ni siquiera la primacía del descubrimiento i colonización de este hemisferio es de la raza latina. Sin amenguar en nada la grande hazaña de Colón, puesto que lo ignoraba, lo cierto es que islandeses, los noruegos, habían descubierto i poblado una parte de América, que ellos llamaron Markland y Vinland, más de cuatrocientos años de que arribaran a sus playas Colón i sus godos.

Raza Chilena. Libro escrito por un chileno i para los chilenos
(Imprenta i Litografía Alemana de Gustavo Schäffer.
Valparaíso, [1904] 1918. Página 519).

Paulatinamente, los símbolos, las tradiciones y la toponimia, van revelando las pruebas irrefutables del fraude hispanista del “Descubrimiento” de Colón. Pues el poblamiento europeo del continente americano se trató en realidad del regreso a la tierra ancestral. Es decir, a Huitramannaland, la “tierra de los hombres blancos”, llamada también Albania, de significado homónimo.

Rafael Videla Eissmann
1º de Mayo de 2013.


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miércoles, 1 de mayo de 2013

Arte rupestre de Amambay


Las muestras de arte rupestre halladas hace tres años [2009] en el noreste de Paraguay pueden respaldar a este país ante una posible candidatura a Patrimonio de la Humanidad, afirmó hoy el investigador español José Antonio Lasheras.

El arqueólogo destacó a EFE que, aunque ese arte es transversal a países y regiones, los hallazgos en el departamento de Amambay, en la frontera con Brasil, evidencian “los mejores ejemplos, la mayor densidad, la mayor variedad y la mayor antigüedad”.

“Creo que hay que valorar que eso está representando un momento cultural de impacto universal”, refirió Lasheras tras presentar el informe final del Inventario Nacional del Patrimonio Arqueológico y del Arte Rupestre en la Región Oriental.

La investigación, centrada en el área del Parque Nacional Cerro Corá, cerca del cerro Yasuka Vendá, sitio sagrado de la etnia “Paî Tavyterâ, ha permitido saber que el primer poblamiento humano en Paraguay tiene más de 5000 años”, apuntó Lasheras.

Añadió que también se conocen cuáles eran las herramientas de ese período del Arcaico Medio, tipos de utillaje, expresión gráfica, forma de vida y que ese arte se ha extendido a los países del Cono Sur americano, pero las dataciones más antiguas son las de Paraguay.

“Probablemente aquí surgieran unos discursos, unas ideas que acompañadas de esos signos se extendieran y se desparramaran por las otras regiones”, acotó Lasheras, responsable científico del proyecto y director del Museo español de Altamira.

El proyecto, que demandó tres años de investigación, fue coordinado por la Secretaría Nacional de Cultura y tuvo además el apoyo financiero y técnico de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

“Esto es el primer capítulo de mucho trabajo por hacer (…), podemos trabajar para incluir esto en la lista indicativa del Patrimonio Mundial, valorando y haciendo partícipe a todos los ciudadanos de esto”, concluyó el investigador.

Fuente: ABC Color. Asunción, 30 de Mayo de 2012.


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lunes, 1 de abril de 2013

Viaje de los vikingos a América


Recuento de la incursión vikinga en América del siglo X realizada por el docente y escritor uruguayo Hyalmar Blixen (1917-2006). Aborda el encuentro entre los nórdicos y algunos grupos indígenas, el origen de algunos significativos topónimos americanos como asimismo la presencia de los “indios blancos”.



En la “Saga de Erick el Rojo” se habla bastante de este personaje que por problema de enfrentamientos con otros vecinos, en los que resultó que hubo muertes por uno y otro bando, tras sancionársele en la Asamblea de Thorsnes y declararlo proscripto, decidió emigrar hacia un lugar más al oeste, ya descubierto, pero no habitado. Era la isla que llamó Groenland (Groenlandia, “Tierra Verde”) nombre dado para animar a otros compañeros y amigos a que se alojaran en ese lugar, cosa que logró.

Hay muchos episodios, unos sobre lo que él realizó, pues se instaló en distintos lugares y otros de varios de sus amigos, respecto de los que sería interesante narrar algo, pero que están fuera de lo que deseamos dar a conocer.

Erick el Rojo se había casado con Thjodhild y nacieron de ese matrimonio dos hijos, Thorstin y el otro Leif.

El primero vivió junto a su padre; el segundo en cambio, se aventuró bastante en el Mar del Norte, tan lleno de peligros que el viento lo llevaba de un lado al otro, y tardaban entre tanto, de arribar a donde se quería. Por ejemplo, Leif, queriendo ir a Noruega sintió que el viento y las mareas lo llevaron a las Hébridas, que como se recordará, son un conjunto de islas e islotes que están al norte de Escocia. Los vikingos se detenían bastante en ellas e incluso las ocuparon un tiempo durante el siglo IX.

Allí Leif gustó de una muchacha de cierta alcurnia llamada Thorgunna y tuvieron un hijo que ella se lo envió a Groenlandia, habiéndole puesto el nombre de Thorgils. Cuando Leif Erikson llegó a Noruega, que era el deseo de su viaje, saliendo de las Hébridas, fue recibido en la corte por el rey Olaf Tryggvason durante un tiempo, y el monarca le encomendó que tratara de introducir el cristianismo en Groenlandia. Partió al tiempo con esa idea, y otra tormenta lo llevó a lugar más lejano, no conocido por él, más al oeste de Groenlandia, donde halló allí a unos náufragos a los que recogió. En esa tierra desconocida, había campos de trigo silvestre, viñas, árboles de los llamados arce y cortaron árboles tan grandes que arrastraron en el agua, hasta que retornaron a la casa de su padre, Erick Rauda (el Rojo). Allí habló de la importancia del cristianismo, lo que no cayó bien al padre, pero su madre Thjodhild, lo aceptó, y se convirtió enseguida y construyeron una iglesia pequeña, desde luego, en Brattagild. Y tras esto, la esposa ya no quiso tener acceso sexual con Erick, lo que mortificó mucho a éste.

Y el caso es que se comenzó a hablar de esa tierra donde Leif había hallado a unos hombres a los que pudo recoger y salvar.

Se discutió bastante si era conveniente o no conocer esas tierras para ellos desconocidas, a las que a causa de lo hallado le llamaron Vinland y se conversaba respecto de los pro y los contra de ese viaje. Pero ese lugar, más al oeste no quedaba tan lejos; valía la pena ir hasta allá y ver si era una isla o algo más grande.

Lo que yo, al detenerme aquí un momento, no puedo menos de pensar: ¿No habrían venido antes otros vikingos arrastrados por el viento y el mar y que se supusieron perdidos por aquellos lugares y no supieron o no quisieron volver? ¿No? ¿Sí? Lo que me hace pensar es que cuando se decía que alguna embarcación se habría hundido, y eran bastantes, podrían haber llegado a occidente y radicarse en algún lugar.

Cuando Colón llegó a América halló en una de las islas descubiertas un indígena que tenía un collar y una medallita rara, que quiso ver mejor, se la pidió al indígena y éste le respondió que se la había dado un viajero amigo suyo. Y Colón creyó que sería de la India, pues pensaba que había llegado a Asia por el lado más corto. Y cuando el enviado de Pizarro recorrió el río Amazonas halló a unas mujeres blancas que eran guerreras. Vivían, aparentemente, separadas de los hombres. Pero ¿no serían los hombres también blancos? ¿Invento? Pero, cuando Francisco de Orellana, enviado por Pizarro, a descubrir tierras y aguas entró en el Amazonas, entre muchas peripecias que cuenta, en Junio de 1541 se encontró en una comarca gobernada por las contrapallaras, mujeres altas y rubias, desnudas y armadas con largas flechas que por su aspecto y trenzas parecían de una raza del norte. Después de sostener varios combates con ellas, victorioso para los españoles se embarcaron de nuevo sin detenerse en un espacio de ciento cincuenta leguas. Tras otras aventuras llegaron al Atlántico. Pero en otro texto, en lugar más cercano a la salida del Amazonas, hubo, según  leí algo parecido a propósito de ellas; allí se llamaban las “Aikeambenanas” (mujeres guerreras que vivían solas). Habría más datos.

Es posible que vikingos, grandes viajeros, hayan llegado antes de los que volvieron con Leif a Groenlandia.

Bien, pero sigamos con la expedición. Se decidió ir en busca de Vinland y los más decididos fueron Karlsefni y Snorri, que ya habían viajado con Leif Erickson. Decidieron explorar esa tierra de occidente, se juntaron unos ciento sesenta hombres, y algunas mujeres y alejándose hacia el oeste, sobre botes de remos, bajaron a la tierra; era un lugar donde había cantidad de zorros polares en sitio de abundancia de piedras planas y grandes, y eso hizo que le llamaran al lugar Hellu Land en razón de lo que vieron. Y siguieron navegando, pero como las barcas los alejaban del mar, volvían en este caso a una costa donde la tierra era muy arbolada, y eran visibles animales salvajes. Y había una isla cerca de una entrada, y en ella hallaron a un oso y le llamaron “Tierra del Oso”. Y al resto del lugar tan lleno de vegetación le llamaron Markland, “Tierra de Bosques”.

Más lejos, pues las naves se alejaban y se acercaban a la tierra, llegaron a un lugar de larga costa sin bahías, con playas ricas en arenales. Pues allí encontraron la quilla de una nave. Así, al cabo que había allí entre dos grandes playas, le pusieron de nombre Kjalarnes (o sea “Cabo de la quilla”). Eso hace pensar de nuevo, si algunos hombres navegaron hasta allí, o si la quilla fue arrastrada por haber sido roto el navío y muertos o no, los navegantes.

Utilizaron a dos escoceses, un muchacho Hakin y una muchacha Hekja, que se habían hecho muy conocidos por su velocidad, y que por eso, al recibir la orden de explorar esos lugares, recorrieron durante tres días una gran extensión de tierra; al volver ellos, él traía como muestra, uvas y ella, trigo silvestre.

Ello hizo pensar a todos, y especialmente a Karlsefni, que se trataba de una tierra apta para los cultivos. Continuaron navegando y llegaron a una entrada grande, delante de la cual había un fjord. Esa isla, que naturalmente era un mejor refugio para las aves, estaba rodeada de fortísimas corrientes de agua. Ese lugar que llamaron Straumsey, estaba lleno de aves que ponían cantidad de huevos, tantos que para caminar en la isla era difícil no pisar algunos. Siguieron hasta el fondo del fjord y allí anclaron las naves y sacaron de ellas los animales que habían traído, que se sintieron bien enseguida. Y desde el punto de vista geográfico, el lugar era bello, con montañas hermosas, hierba abundante y a veces incluso altas.

Decidieron pasar el verano, pues el lugar era atractivo, en esa tierra que después sería conocida como un continente, ya habitado por otros seres que todavía no habían sido vistos, pero que no faltaba mucho para que supieran que esa tierra estaba habitada. Claro, venían sólo por la costa.

En cierto momento de los viajes vikingos hubo un cambio de opiniones. Thorhall, el cazador, opinaba que convenía volver al norte para encontrar el Vinland (“Tierra del Vino”). Pero la opinión, sin duda la más acertada, era seguir hacia el sur, que fue la sostenida por Karlsefni. Él consideraba que hacia el sur la tierra sería más extensa; sin duda las costas, no bien determinadas, darían impresión de menos tierra y no tantas riquezas. Se discutió el caso bastante tiempo y la mayoría le dio la razón, y sólo un grupo pequeño quiso volver hacia el norte, el cual, por otra parte, digamos que tuvo poca suerte: Algunos esclavizados, y otros muertos. Sigamos pues el viaje de Karlsefni.  

 Mapa de Vinland, presumiblemente del siglo XV aun cuando sus orígenes se remontan a siglos anteriores.


Esa expedición siguió hacia el sur y entraron donde había grandes islas, y a la entrada del estuario, donde el mar se abría grandemente y le llamaron “Bahía de la exclusa terrestre”. Advirtieron, dícese en la saga, amplia tierra, alguna vegetación interesante, como ser viñedos y el trigo silvestre. 

¿Qué animales podrían ver en esa zona? En general se supone que no demasiado grandes, y como no se aclara bien cuál es el lugar, no se puede citar con demasiada seguridad el sitio donde se detuvieron. Dícese desde luego que había algunas fieras, que serían posiblemente los leopardos y otros tipos de animales.

Y ahora viene lo más interesante y que cambia el ambiente de esta región. Ellos estaban en las naves y un día vieron que parte de una tribu indígena, en buen número, aparecía ante ellos; no en tierra en ese primer momento, sino en algunos botes. Tras un tiempo, largo, relativamente, de estadía en esa región, llegaron unas pequeñas embarcaciones, las cuales estaban formadas de pieles. Los indígenas que en ellas venían traían en cada una, un palo que no se sabía bien para qué. ¿Podía ser para pesca o para combate?

Se quedaron mirándose los indígenas de las nueve pequeñas barcas y los vikingos. Aquellos pusieron los palos en dirección al Sol; no sabían al principio, qué quería decir eso, y luego se dieron cuenta que poner todos los palos en esa dirección, es decir, al considerado Dios en todas las religiones antiguas, era, en ese caso, señal de amistad. Al darse cuenta de que eso era un saludo, y no una acción de combate, los vikingos levantaron un escudo blanco, y los señalaron a los indígenas también como forma de saludo. Lo importante es que los viajeros vieron por primera vez, gente de raza americana, a pesar de haber navegado largamente por la costa.

Después de ese tipo de saludos realizados por ambas partes, los indígenas se retiraron.

El comentario respecto de ellos, por parte de los viajeros fue bastante negativo. Los hallaron demasiado pequeños, pero la verdad es que los escandinavos tienen en general una alta estatura, por lo que el considerarlos pequeños es sólo algo relativo al tamaño natural de cada una de las dos razas. También los hallaron de un color, por lo menos para ellos, demasiado moreno. Cierto; pero ellos eran de cutis sumamente blanco en general y predominantemente rubios. Los hallaron de ojos bastante grandes y en cuanto a los pómulos en gran medida amplios. No mucho más podían decir de ellos...  Sino que además los cabellos de esos indígenas les resultaron feos.

Pasado eso, se dispusieron a levantar las casas en ese lugar y como observaron que allí no había nieve les pareció factible edificarlas.

Pasó un tiempo, llegó la primavera y en uno de esos días ocurrió el primer encuentro. El lugar parecía bueno y lo sería, sí. Pero un día volvieron los mismos indígenas en número mucho mayor. Tornaron a levantar los palos en buena señal de amistad y los viajeros saludaron levantando los escudos. Y entonces ellos empezaron a intercambiar productos, pues en ambos lados se trató de un asunto comercial y todo eso iba bien. Como eran muchos los indígenas y recibían de los viajeros paños blancos; al fin tuvieron que cortarlos, porque no tenían tal cantidad de paño, pero ellos igual los aceptaban. Ellos daban según la crónica, pellejos, pero eso no es demasiado claro, cosa que no tiene importancia. Lo valioso era el intercambio.

Pero ocurrió algo imprevisible en esa visita. Los indígenas vieron que aparecían uno o más toros, y que además en vez de hablar, mugían muy fuertemente. La visión de esos animales desconocidos, que supusieron quizá como diablos o quién sabe qué creyeron que eran, los aterró, de modo tal que se fueron a sus propios botes y emprendieron una impresionante huída.

Pero después de unos días, los que habían huido ante el toro y que recibieron de los viajeros el nombre de Skroelingsi, retornaron, pero esta vez en señal de guerra. En el primer momento ya se comprendió que habían cambiado la intención, pues las lanzas estaban colocadas todas distintas a la anterior; no eran señaladas hacia el Sol, sino en un sentido contrario. Venían en son de guerra. ¿Y por los toros? Bueno. Los habían creído seres diabólicos o quién sabe qué. Descendieron de sus pequeñas embarcaciones y avanzaron dispuestos a matar a los visitantes. ¿Creerían que los toros eran los dioses diabólicos de ellos?

Sea lo que sea, el caso es que había que defenderse. Los indígenas empezaron tirando flechas, que herían, o que los viajeros detenían con sus escudos. Pero eso no era todo. Levantaron entre dos postes un objeto que tenía forma de pelota, la lanzaron y cuando explotó hizo un tremendo ruido. Eso, algo poco previsto, asustó a los viajeros, pues podía ser la forma de un mal imposible de prever, y no lo podían adivinar. Llegaron hasta el borde del río y allí lucharon duramente por salvar sus vidas.

Lo interesante es el episodio de la esposa, Freydis; ella se asomó y les increpó su huída:

“–¿Por qué huís, desgraciados?”. Estaba convencida de que hombres tan valientes como vosotros, pondríais a éstos fuera de combate. Si yo tuviera un arma creo que sabría luchar mejor que cualquiera de vosotros”.

Lo que ocurría es que los hombres huían perseguidos por los indígenas, y ella, al verse sola tuvo que huir, pero como estaba embarazada, iba más despacio. Encontró a un blanco muerto por los indígenas, tomó la espada de éste y se dispuso a defender. Y para que vieran que la que se defendía era una mujer, sacó hacia arriba sus senos, y los golpeó de plano con esa espada. Al verla así, esos indígenas echaron a correr hacia los botes y se alejaron remando. 

Decidieron los vikingos volver hacia el norte, pero no todos. Parece que Bjarni y Freidis con cien hombres quedaron atrás. ¿Cuántos volvieron? Eso no lo sé, por lo menos no se dice de modo claro y es posible que algunos hayan quedado en América.

Habría bastante más que decir; pero para interesar a los lectores, si desean leer esta saga basta. Pero fuera de este tema queda esta pregunta: ¿Son éstos los primeros vikingos que vinieron? Pienso que hay datos, vagos sí, pero posibles, de anteriores blancos, siempre rubios, casi seguro que vikingos, estuvieron antes de éstos.

Hyalmar Blixen
Suplemento El Día.
Montevideo, Julio de 1972


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