domingo, 1 de septiembre de 2019

Selk’nam-hopi: La unidad del origen (I)


Izquierda: Petroglifo de un hombre-máscara en la zona de Choapa, en la Región de Coquimbo, en el norte de Chile, con los característicos dos ‘cuernos’. Derecha: Máscara ritual hopi de Arizona, Estados Unidos (Ca. 1910). Adviértase la similitud entre ambas representaciones.


Una aproximación al Mythos que sienta la base del sustrato cultural conocido de los selk’nam se ha presentado en Weltanschauung: Fragmentos de la tradición sagrada de Tierra del Fuego (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2019/01/weltanschauung-fragmentos-de-la.html). Ecos de esta remota tradición son los mantras y cánticos de los jon o magos (http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2019/01/mantrams-de-los-selknam-el-clan-de-la.html).

Este sustrato civilizador se irradió de sur a norte. Vislumbrando la concepción del origen antártico de la civilización, el profesor Roberto Rengifo en su obra Los chiles (1921) manifestó que la civilización nació en América y fue de sur a norte; este es el principio fundamental que propongo, y que según creo, es verídico, y aclara y evidencia todos los hechos arqueológicos.

Sin embargo, incluso antes, en su trabajo Noticias y comentarios arqueológicos (1919), prefijaba el rumbo de la cultura primordial austral al afirmar que ésta fue el centro u origen de las primeras civilizaciones que se esparcieron por el continente, marchando de sur a norte hasta México, y, progresando en lenguas y cultura con la distancia y los siglos.

Esta irradiación del sustrato austral se constata a través de la simbología y de las tradiciones –la unidad del origen– (Véase a propósito http://losvikingosenamerica.blogspot.com/2019/01/un-geoglifo-del-dios-kotaix-en-el-norte.html). Un ejemplo de esta extensión hasta Norteamérica lo otorga la notable semejanza entre un petroglifo prehispánico de Choapa, en la Región de Coquimbo, en el norte de Chile, que representa a un hombre-máscara con dos cuernos en forma de volutas y una máscara hopi de Arizona, en Estados Unidos (Ca. 1910), de similares características.

Se trataría, en realidad, de una evocación del hówen Kótaix/Halaháches, poderoso “dios” celeste de la tradición selk’nam que se caracteriza por tener dos cuernos.

Apropiadamente, María Rostorowski ha dilucidado la clave de la irradiación civilizadora al expresar que el avance de los viracochas es de sur a norte.

Rafael Videla Eissmann
31 de Agosto de 2019


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