miércoles, 5 de septiembre de 2018

“La Torre de Hércules” en la Coruña: Apreciaciones de Roberto Rengifo sobre la obra de Francisco Tettamancy Gastón


Grabado europeo del siglo XVIII del encuentro con los gigantes patagones. Éstos
últimos son los chiles, es decir, los viracochas o Dioses Blancos.


En los Extractos de las comunicaciones y las conferencias de la Sociedad Científica de Chile de 1920, se señala:

El señor Rengifo comenzó por manifestar que iba a hacer un comentario sobre el libro de La Torre de Hércules, concerniente a un faro prehistórico del puerto español de La Coruña, que había recibido de su autor el escritor español don Francisco Tettamancy Gastón, por intermedio del Secretario General de la Sociedad Científica, libro que hacía referencias a los estudios sobre escrituras rupestres o petroglifos, publicados en las “Actes” de la Sociedad, las cuales habían llegado a España a tiempo para reforzar las teorías interpretativas del señor Cabré y Aguiló, especialista paleógrafo de la península ibérica.

Se extendió el señor Rengifo sobre el paralelismo de las escrituras prehistóricas, en rocas, entre España y Chile y sobre los faros primitivos, columnas ardientes sinónimas del nombre Hércules Egipcio, tenido como personaje constructor de ese primer faro. Hizo interpretaciones de otros nombres, como Britania, igual “Dos costas” y “Coruña”, igual a “Señora del Espíritu del Agua” o “Perla del Mar”, apoyándose en el significado de las raíces de la América Antártica. De aquí dedujo también que había habido emigraciones marítimas de Sudamérica a España y que éstas las efectuaron los arios de Can (aristocracia de los obreros primitivos de estas costas del sur), haciendo estación previa en las Canarias.

Ilustró en el pizarrón el capítulo sobre los petroglifos.

El señor Blanchard-Chessi manifestó, después de apreciar el esfuerzo del señor Rengifo para sustentar las teorías que defiende, que le llamaba la atención la insistencia con que el señor Rengifo explicaba el significado de algunas palabras españolas atribuyéndoles etimologías de carácter araucano, y así, en la palabra co-ruña decía que co (partícula mapuche), significa agua. Le rogó al señor Rengifo manifestar si atribuía el mismo origen a otras partículas idénticas pertenecientes a palabras hispanas y americanas, como por ejemplo en la palabra “México”.

El señor Rengifo replicó que podía presentar una cuantiosa lista de palabras de todo el mundo cuyo significado se explicaba perfecta y adecuadamente con estas raíces antárticas monosilábicas de articulación directa y que la lengua española era la más categórica en su forma y en la que cuadraban mejor.

* * *

Estos son los ecos de la historia de los arios de Can, la aristocracia de los obreros primitivos de estas costas del sur surgidos del Chili-Mapu.

Rafael Videla Eissmann
21 de Mayo de 2018


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