El destino cósmico de la Tierra.
La Cosmogonía Glacial (1913) es la base de una nueva-antigua historia. Más apropiadamente, la Cosmogonía Glacial es una cosmovisión (Weltanschauung). Plasmada por el genial ingeniero Hans Hörbiger (1860-1931) junto al extraordinario astrónomo Philipp Fauth (1867-1941) originalmente en Viena en el año de gracia de 1913. Es un trabajo revolucionario que concibe una nueva visión del origen del sistema solar, su composición y estructura, estableciendo al mismo tiempo, una nueva visión sobre la edad geológica de la Tierra y por ende, del hombre y de las cultura.
Esta concepción se sustenta sobre el eterno combate entre dos elementos cósmicos, opuestos y complementarios: El hielo y el fuego, elementos motores que generan las fuerzas de repulsión y atracción que rigen los espacios cósmicos y la dinámica de los cuerpos celestes que se proyecta en las grandes catástrofes cíclicas.
Los postulados de la Cosmogonía Glacial son revolucionarios y que le han valido la marginalización por parte de la feble historiografía ortodoxa.
Es la oposición del origen cósmico del hombre contra el génesis africano.
La involución contra la evolución. La historia de los hombres-dioses frente al primate evolucionado.
Es decir, la evidencia arqueológica frente a al dogma cientificista.
La multidisciplinaria Cosmogonía Glacial o Doctrina del Hielo Mundial (Welteislehre) implicó en la segunda y tercera década del siglo XX la realización de numerosas expediciones a escala planetaria –incluyendo la Antártida– buscando comprobar en distintas áreas y de manera empírica los postulados cosmoglaciales: Geología, zoología, botánica, arqueología y antropología. De este modo, notables investigadores de distintos campos de las ciencias exactas fueron los sustentadores de la Doctrina del Hielo Mundial tales como Hans Wolfgang Behm, Max Valier, Hanns Fischer, Karl August von Lafferet, Heinrich Voigt, Georg Hinzpeter, Ernst Schäfer y Edmund Kiss.
Los grandes procesos de catástrofes cíclicas a través de la asimilación de cuerpos celestes ya han sucedido por lo menos cuatro veces y que en términos planetarios corresponden a los grandes períodos geológicos. Por esta razón, Max Valier ha escrito en Los Enigmas del Reino Solar. Solucionados según la teoría de la Cosmogonía Glacial sostenida por el ingeniero Hans Hörbiger (1924) que de un golpe se resuelven los problemas de las tradiciones sobre las grandes inundaciones (el Diluvio Universal), así como las contradicciones que se derivan de la Biblia y de la historia de los incas. En un momento podemos asegurar que el llamado Diluvio o Inundación Universal fue el efecto de la disolución de nuestra Luna anterior y que se presentará otra vez con la disolución de la actual Luna. Así también podemos asegurar que la Tierra ha sufrido, cuando menos, cinco o seis disoluciones de lunas. Pero Hörbiger va más adelante: Nos expone que las épocas geológicas que denominamos períodos Primario, Secundario, Terciario, no son otra cosa que las distintas épocas de disolución de una Luna.
Son las claves de los eventos del mundo. Los grandes ciclos de la humanidad.
Y en el horizonte, el nuevo Götterdämmerung. ¡El Crespúsculo de los Aesir!
Rafael Videla Eissmann
5 de Junio de 2018
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