–Las trascendentales investigaciones de Ruth Rodríguez Sotomayor–
Detalle de la monolítica Puerta del Sol de Tiahuanaco, la metrópolis
de los viracochas, los Dioses Blancos de América.
Los estudios historiográficos desarrollados por la bibliotecaria egresada de la Universidad de Guayaquil, la investigadora del Archivo Histórico del Guayas y conferencista Ruth Rodríguez Sotomayor son extraordinarios.
Sus estudios van más allá de los límites de la historiografía tradicional, o mejor dicho, trascienden los lindes de la escuela ortodoxa, pues Ruth Rodríguez Sotomayor rescata y expone a través del estudio de los símbolos, las artes, las ciencias y la filología, un pasado casi ignoto de América.
Y hablar de América es hablar del continente de los dioses civilizadores cuyas huellas son hoy silentes vestigios de la Edad Dorada.
Ciertamente, la labor de Rodríguez Sotomayor se opone a la mentada versión ortodoxa, u oficial, deviniendo por ello, en consecuencia, en una revolucionaria propuesta.
Uno de los campos de mayor importancia de sus estudios es la prefiguración del origen del hombre en América del Sur y la irradiación de su civilización hacia otros continentes. Se entroncan, por lo mismo, con los esenciales trabajos de eximios investigadores como el multidisciplinario Francisco P. Moreno, el filólogo y etnólogo Emeterio Villamil de Rada y el antropólogo Roberto Rengifo, pues Rodríguez Sotomayor reconoce en América –o Preamérica como ella adecuadamente ilumina, es decir, la América anterior a la América conocida–, el núcleo de donde surgió el grupo civilizador que migra y se proyecta a distintos centros del globo, expandiendo su civilización.
De forma significativa, en las tradiciones mítico-históricas de Asia y de la propia Europa, antes del embuste del “Descubrimiento” de 1492, se tenía conocimiento de un gran continente al oriente y al poniente, respectivamente. Y de aquí, por ejemplo, la comprensión cabal del nombre dado por los navegantes nórdicos a América: Huitramannaland. Es decir, White Men’s Land, la “tierra de los hombres blancos”. Albania-América.
Los conceptos trazados por Ruth Rodríguez Sotomayor son, ciertamente, resonancias de la tradición mítica de los hombres-dioses que se evocan por medio de una bien fundamentada, sorprendente y fecunda línea de investigación en torno a los símbolos, la lengua, las artes y las ciencias de las culturas pre-americanas, es decir, de la América Aborigen.
Vestigios de los dioses en Preamérica. Izquierda: Tableta de San Pedro de Atacama, Chile, con la efigie del Supremo Viracocha. Centro: La Dama de la Máscara, momia wari descubierta en 2007 en la huaca Pucllana, en Lima, Perú. Derecha: Mascarilla moche, de Loma Negra, en Perú.
Algunos de sus trabajos son La sabiduría en Preamérica. Un estudio sobre el yoga primigenio: El yoga preamericano (1979), Kryashakti. El misterio de la auto-reproducción o la transformación de Nanociwatzin, la Mujer-Madre, Señora de los hombres. La dinastía Chandravamsa en Preamérica. Estudio comparativo de la organización de las mujeres preamericanas y las mujeres de Roma (1981), Un estudio sobre el agua, sustancia divina. Los Dioses del Agua de las antiguas civilizaciones: El simbolismo de Tláloc y Chalchiutlicue y las civilizaciones hidráulicas (1985), Relaciones ancestrales de Preamérica con Egipto. Los fundadores de Egipto eran preamericanos y el Runa Simi en Egipto (Los faraones Tut-Ankh-Amon y Akhenaton eran de origen qheswa. Análisis de la fonética de los nombres egipcios (1994), Kara Maya, raza madre de la humanidad (2004), Historia de las bibliotecas preamericanas (2009), El origen preamericano de la informática. Sistemas de cómputo preamericanos (2012), El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Preamérica (2013) y Descubrimiento del origen de los mayas. La patria ancestral de los mayas está en el Reino de los Kitus (2016).
En tanto, algunos de sus más elocuentes artículos son ¿Conocían la hibernación en Preamérica? (1982) y ¿Era el alargamiento del cráneo una antigua técnica para provocar la evolución cerebral? La transformación del cráneo, ¿rito o ciencia? (1985). Estas investigaciones son respaldadas de modo certero con cuadros cronológicos presentados en sus conferencias como es el caso de Migraciones preamericanas, 12.000 a. C. (2011) y Cronología ancestral preamericana (2012).
Ahora bien, las materias abordadas por Rodríguez Sotomayor resultan sugestivas y fascinantes. Sus trabajos deslumbran por la fuerza de sus propuestas. Su principal obra es La historia de las bibliotecas preamericanas, trabajo enciclopédico en cinco volúmenes que inició en 1975 y concluyó en 2009 y que examina los libros, los sistemas de escritura y las bibliotecas preamericanas. Esto es, la ciencia y arte de los libros creados y empleados por los antiguos habitantes del continente.
Aún inédita, La historia de las bibliotecas preamericanas, evidencia que las fuentes, los sistemas de escritura y en general las obras colosales definen una cronología que comienza en la era antediluviana, representada por los libros líticos y las construcciones monumentales. En tal sentido, estos libros líticos no son por cierto trazos aleatorios o del azar producto de la ociosidad sino que conforman símbolos escriturarios e ‘ilustraciones’ tallados con verdadero arte y contenido científico.
Esta datación coincide con la cronología conservada por los sabios nativos y que fue relegada y destruida por los inquisidores españoles. Concuerda además con la cronología de India y con la de Grecia, diferenciándose para Rodríguez Sotomayor únicamente en que sólo en Preamérica se presenta el registro prediluvial mientras que la India y Grecia comienzan sus cronologías en la Edad de Oro (Satya Yuga) y la Edad de Plata (Tetra Yuga), respectivamente.
En este trabajo se demuestra la existencia de cinco sistemas de escritura preamericanos, a saber:
I. El sistema de escritura uri de tipo geométrico-matemático, creado por las mujeres de la Dinastía Lunar, conjuntamente con la tinta negra y roja, de su uso exclusivo. Este sistema de escritura tuvo relación con la astronomía y la filosofía religiosa.
II. La escritura cuneiforme de la raza wara de Tiahuanaco.
III. Un sistema de escritura pictográfico.
IV. El sistema de escritura jeroglífico de la raza de los chan-chanes o mayas clásicos y la cultura de Rapa Nui, el Ombligo del Mundo.
V. Un sistema de escritura fonética.
Es a partir de La historia de las bibliotecas preamericanas –obra única en su género y proyección– de donde surgen los siguientes campos de indagación de Rodríguez Sotomayor y que se tornan en trabajos monográficos sobre las ciencias, artes y lenguas del continente.
Así, por ejemplo, La rebelión de los objetos (1981) constituye un ensayo que trata de una profecía plasmada en un mural de la majestuosa Pirámide de la Luna en Chan Chán, en Perú, donde se reflejan escenas en que las máquinas e inventos del ‘proyecto’ humano se rebelan contra éste y buscan su destrucción. Esta presagio presentaría ecos asimismo en el Popol Vuh mesoamericano, en los Vedas indios como también en otros libros sagrados de antiguas culturas, nefasto augurio que para la autora se vería consumado a través de la Revolución Industrial de los siglos XX y XXI.
Por otra parte, destaca el sugerente Runa Simi, una lengua universal en un pasado remoto (2004) donde se cifra la existencia de la remota lengua Runa Simi –erróneamente conocida como quecha (qheswa), el idioma de Tiahuanaco y del altiplano andino en general–. De acuerdo a Rodríguez Sotomayor esta lengua correspondería en realidad al sánscrito primordial, es decir, el idioma de los viracochas, los Dioses Blancos, hecho que vincula, de tal manera, esta investigación con aquella desarrollada en torno a la filología y lingüística por Emeterio Villamil de Rada en La Lengua de Adán y el hombre de Tiahuanaco (1888) y a la lengua primigenia o lengua antártica vislumbrada por Roberto Rengifo en el Arte gráfico y poético de los primitivos y los chiles (1920).
Es desde esta Lengua Raíz en su primer estadio aglutinante de donde emana ulteriormente el sánscrito y las lenguas indogermánicas.
A este respecto, Rodríguez Sotomayor ha manifestado en este estudio que los Vedas, libros sagrados de la India, contienen datos de incalculable valor histórico sobre la raza kara maya o naga maya, instructora de los brahmanes en la cosmogonía, las ciencias y las artes, cuyo origen era Pushkara o Preamérica. Los símbolos que identificaban a esta raza primigenia eran la Serpiente Emplumada y la svástica.
Izquierda: Ruth Rodríguez Sotomayor explicando el significado de una pieza arqueológica americana (Foto de Carlota Ramírez Salvador). Derecha: Detalle de la Fuente Magna, un cuenco lítico prehispánico descubierto en las inmediaciones de Tiahuanaco, la metrópolis de los dioses, en la cual se puede observar caracteres cuneiformes.
En esta misma línea destaca Descubrimiento de escritura cuneiforme en el Reino de los Kitus (2007) el cual dilucida los símbolos de la escritura cuneiforme americana perteneciente a la cultura gatti, rama de la dinastía Kara, la que formaba parte de la raza wara, la primera raza blanca que descendió de Tiahuanaco después del Diluvio y durante su expansión para repoblar el continente, fundó un reino en la costa del Ecuador, llamado Kara.
La denominada Fuente Magna descubierta hacia 1959 en las inmediaciones de Chua, próximo a Tiahuanaco, la cual presenta inequívocos caracteres cuneiformes, avala la visión de la autora.
En Nuevos descubrimientos en reliquias arqueológicas del Reino de los Kitus (2010), se expone el estudio de varios vestigios arqueológicos preamericanos que presentan escritura criptográfica como es el ejemplo de una tablilla de los kitus que exhibe la imagen de una sacerdotisa realizando el Samadhimudrā o Gesto de la Contemplación y la Meditación –el cual se descubre asimismo en varias estelas mayas– o bien, la representación exacta de los Guerreros Guardianes del Dharma, o de la Ley Divina, en el antiguo Reino de los Kitus, símbolo utilizado además por las tribus de las Praderas en Norteamérica y en culturales boreales como los tlingit y haida.
En El origen preamericano de la informática (2012) Rodríguez Sotomayor escribe sobre los fabulosos sistemas de cómputo y los instrumentos de altas matemáticas creados por los antiguos sabios del continente. Lo más llamativo, en este sentido, es que estos instrumentos de altas matemáticas cumplían –cumplen– las mismas actividades de un ordenador moderno.
Ciertamente El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Pre-América (2013) constituye un ensayo historiográfico fundamental. Aquí se abordan los símbolos escriturarios de tres libros líticos en formato de tablillas: Uno de la cultura wara que encierra un sistema de escritura criptográfica, así como símbolos cuneiformes. Las otras dos tablillas pertenecen a la cultura manna o manaví, nombre alterado por los inquisidores y transformado en manabí. Estos libros contienen como emblema el símbolo real denominado Korymbus de los reyes sasánidas de Persia.
Cubiertas de algunos de los libros de Ruth Rodríguez Sotomayor. a. El origen preamericano de la informática. Sistemas de cómputo preamericanos (2012). b. El mensaje oculto de los libros líticos andinos. El origen de los arios está en Preamérica (2013). c, d y e. Descubrimiento del origen de los mayas. La patria ancestral de los mayas está en el Reino de los Kitus (2016 / 3 tomos).
Como corolario de su visión, un ilustrativo párrafo de Rodríguez Sotomayor en Runa Simi: Una lengua universal en un pasado remoto: La historia oficial se ha encargado de mantener la cronología errada implantada a la fuerza por los frailes de la Inquisición y los “analfabetos de la Conquista” que menospreciaron el testimonio de los amautas, los tlamatinime, los ah-kines y los Sabios Guardianes de la Tradición Sagrada, que sostenían que la raza autóctona descendía de culturas antediluvianas. Se destruyeron los registros históricos y cósmicos, echando a la hoguera las bibliotecas y los ordenadores ecológicos: Los khipus y los nepohualtzintzin, instrumentos de altas matemáticas, creados por los sabios aborígenes.
En el extenso horizonte de su mirada, Rodríguez Sotomayor concibe el desarrollo de un gran registro de los símbolos ideográficos, pictóricos, rupestres y petroglíficos de toda América.
Abogamos y propiciamos este encomiable proyecto y todos los trabajos que Ruth Rodríguez Sotomayor pueda desarrollar y brindarnos pues corresponden no sólo a una extraordinaria investigación sino que además constituyen la herencia de los dioses civilizadores de América.
Rafael Videla Eissmann
Viernes 13 de Enero de 2017
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