Usando imágenes satelitales, expertos localizaron vestigios de metalurgia nórdica en una zona de la isla Terranova en Canadá.
Por décadas, los arqueólogos tenían casi la certeza que los vikingos habían colonizado América, mucho antes de la llegada de Cristóbal Colón. Pero hasta 1960 era sólo eso: Una sospecha.
Hasta que ese año, el abogado y arqueólogo noruego Helge Marcus Ingstad junto a su esposa, Anne Stine, descubrieron unos pequeños montículos en L’Anse aux Meadows (La ensenada de las medusas), en la isla de Terranova, en Canadá. El hallazgo resultó ser una aldea vikinga. Ingstad y Stine fueron los primeros en demostrar de manera concluyente que los vikingos asentados en Groenlandia habían logrado llegar a América del Norte, unos quinientos años antes que Colón.
Ahora, expertos descubrieron lo que podría ser un segundo enclave vikingo en la isla de Terranova.
Usando fotografías satelitales a más de 644 kilómetros en el espacio, Sara Parcak, arqueóloga espacial de la Universidad de Alabama, y pionera en el uso de esta técnica arqueología, escaneó imágenes satelitales para encontrar señales de tierra decolorada y cambios en la vegetación original de la zona, señales de que en tierra podría haber algún asentamiento humano.
L’Anse aux Meadows.
Por ello, Parcak y un equipo de expertos, se dirigieron a la zona, ubicada a 483 kilómetros al sur de L’Anse aux Meadows, para iniciar las primeras excavaciones, descubriendo señales de herrería, una técnica desconocida por los pueblos originarios de la zona y sólo usada por los vikingos para la confección de sus armas, adornos y herramientas.
Usando un magnetómetro, instrumento capaz de detectar la presencia de metales, los expertos descubrieron residuos de ceniza y una roca agrietada en el suelo, signos inequívocos de la metalurgia, no asociados a los nativos de la región.
La investigación fue resumida en el documental Vikingos Descubiertos (Vikings Unearthed), el cual está disponible desde ayer en el sitio http://www.pbs.org/wgbh/nova/
Nuevas pistas
El descubrimiento podría proporcionar información sobre la extensión de tiempo que los vikingos permanecieron en Norteamérica y entregar alguna otra información acerca del grupo. Sin embargo, según Parcak, se necesitan más excavaciones e investigaciones para determinar el período de tiempo del sitio. Su equipo regresará al sitio en el verano (julio) para continuar con su investigación.
Otros expertos también han exigido prudencia y citan, por ejemplo, el hallazgo de una moneda de plata nórdica, descubierta en un famosos sitio prehistórico de Brooklin, pero que llegó ahí no víctima de un asentamiento humano, sino producto del comercio.
P. Lazcano
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