La Dama de Elche (Imagen colorizada).
La Dama de Elche, la fabulosa escultura íbera descubierta el 4 de Agosto de 1897 en Elche, Alicante (España), en un montículo llamado Helike en griego y que los romanos ulteriormente denominaran Colonia Iulia Illici Augusta («Elche»), fue labrada en piedra caliza alcanzando 56 cm de altura. Se caracteriza por sus ricos atavíos y joyas, siendo acaso una de sus principales características el tocado que cubre ambos costados de su cabeza.
Una figura que presenta similitudes a la Dama de Elche es la Dama de Cabezo Lucero, también conocida como Dama de Guardamar, descubierta en 1987 en el yacimiento arqueológico de Cabezo Lucero, Guardamar del Segura, también en Alicante.
La Dama de Guardamar (Alicante, España).
La Dama de Elche (Alicante, España).
Diversas han sido las aproximaciones realizadas por arqueólogos e historiadores que han buscado dilucidar los orígenes de estas manifestaciones culturales en la península. Contrariamente a las premisas de las escuelas de historiografía ortodoxa, las raíces de la cultura íbera se remontan al sustrato atlante.
Significativamente, en el continente transatlántico, la tribu de los hopis de lengua uto-azteca, asentados en las mesetas de Arizona, en Estados Unidos, entregan una notable similitud en el tocado. ¡Fue sólo una mera coincidencia? ¿Hubo alguna conexión o vinculación en ignotas edades? Un aspecto a considerar es la latitud: Arizona se ubica en los 34º17’12”N 111º39’25”O. En tanto, Alicante se halla en 38º20’43”N 0º28’59”O.
Mujer hopi (Arizona, Estados Unidos).
Otra mujer de origen hopi (Arizona, Estados Unidos).
Los vestigios evidencian el hecho que ambas fueron culturas solares y poseyeron conocimientos sobre los símbolos proto-rúnicos y rúnicos. En este sentido, la presencia de hiero-glypho del tetraskelión (la swastika, el Hakenkreuz, o la “cruz de nuestros ancestros”), es ilustrativa en cuanto revela su unidad de origen. A esto, se debe agregar además, a su procedencia en la patria mítica de los hombres-dioses de Aztalán-Atlantis en sus respectivas tradiciones
Tawa es el dios-Sol de los hopis. Y Tīwaz (Tīw o su variante latinizada, Tius; y Tuiso) es el hijo de Odín de los pueblos germano-iberos.
Un eco de la tradición primordial de los hombres-dioses se descubre en los mitos hopis, cuyos descendientes aún esperan el regreso del errante dios blanco Pahana.
Rafael Videla Eissmann
29 de Octubre de 2015
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