viernes, 2 de septiembre de 2011

El Dios Supremo Ñamandú, los Dioses civilizadores y el Diluvio

La Primera Tierra o Yvy Tenonde.


Este es un breve registro del mito diluvial del Paraguay. Es la variante regional del último Diluvio, acontecimiento cósmico se transformó en mito y leyenda de acuerdo a la visión de los descendientes de los salvados de la Gran Catástrofe y que luego será registrado en las tradiciones del Asia, el Medio Oriente, Europa y la América Aborigen. Este es el Diluvio que arrasó hace alrededor de 13000 años con Tiahuanaco, la metrópolis de los viracochas y que produjo el hundimiento de la Atlántida. Es el recuerdo del combate simbólico entre Trentren y Kaikai en la tradición de los mapuches de Chile. Es la salvación de Noé en el monte Ararat, el Götterdämmerung de los Edda. El Ragnarök o Destino Final de los Dioses.


La Creación

El Ser Supremo Ñamandú (conocido también como Ñanderuvusú, Ñanderuguasu o “Nuestro Padre Grande” o Ñanderu Pa-patenonde, es decir, “Nuestro Gran Padre Último-Primero”), luego de haber creado a los dioses Ñanderu py’a guasu (o “Nuestro Padre de Corazón Grande”, o “Padre de las Palabras”), Karaí (“Dueño de la Llama” y del “Fuego del Sol”), Yakairá (o Yaraira, “Dueño de la Bruma, de la Neblina y del Humo de la pipa que inspira a los shamanes”) y Tupã (“Dueño de las Aguas, de las Lluvias y del Trueno”) y sus respectivas esposas, crearon la Primera Tierra o Yvy Tenonde; crearon también el Sol (Kuarahy), la Luna (Jasy) y las estrellas (Mbyja). También crearon el mar, el día y la noche; luego crearon a las plantas, a los animales y luego a la pareja primordial, Rupavẽ y Sypavẽ, Padre y Madre de los Pueblos, respectivamente, de donde provienen todos los hombres (ava guaraní).

Estos hombres, animales y plantas de la Primera Tierra o Yvy Tenonde son un reflejo de aquellos seres creados originariamente por Ñamandú. En su Reino Celeste, también conocido como Yvága, se encuentran los originales.


El Diluvio

Todos los hombres vivían en paz entre sí y junto a los dioses en la Primera Tierra. No había enfermedades, ni sufrimientos. Vivían en armonía entre ellos y en armonía con su tierra. No faltaba jamás el alimento.

Sin embargo, con el paso del tiempo, los hombres se llenaron de vanidad, de envidia y de orgullo, desatando guerras entre sí.

Uno de los shamanes de Tupã les dijo a los hombres que cambiaran sus actitudes y sus malas acciones, pues de lo contrario ello ocasionaría una gran molestia a Tupã. Mas, todos se burlaron del sabio shamán y prosiguieron como antes. Fue entonces que Tupã “envió en forma de lluvia su vida y su tristeza sobre el pueblo de los ava Guaraní”. Fue el Gran Diluvio o Mba’e-megua guasu que destruyó a toda esta Primera Tierra.

El dios barbado Tupã.


Con ello los dioses decidieron marcharse e ir a su morada celestial.

Y todo se sumergió en un inmenso río que duró varias lunas.

Y todos los habitantes desaparecieron bajo las aguas.

Sólo sobrevivieron en lo alto de un monte alto el shamán y algunos hombres y mujeres que habían respetado la ley divina de Tupã y de los dioses.

Ñamandú creó entonces una Segunda Tierra. Y el dios Jakairá esparció la bruma vivificante sobre la Nueva Tierra o Yvy Pyahu. Los sobrevivientes del Diluvio habitaron esta tierra, donde existen las enfermedades, los dolores y el sufrimiento.

Infructuosamente los habitantes de esta segunda tierra buscan retornar a Yvymara’eỹ, la Primera Tierra, la “tierra sin mal”.

Esta segunda tierra también verá su fin con otro Gran Diluvio, tras lo cual advendrá una Tercera Tierra, donde no habrá enfermedades ni sufrimientos. Y desde esta Tercera Tierra se podrá acceder a Yvymara’eỹ siempre que se cumplan las leyes de los dioses y de la tradición.

Rafael Videla Eissmann
1° de Septiembre de 2011


Derecha: El Diluvio en el Códice de Dresde. En la parte superior se puede distinguir a la anciana diosa Chaahk Chak Chel y en la parte inferior, a una divinidad pintada de negro blandiendo sus armas sobre la superficie terrestre al tiempo que sostiene un báculo. Es la Gran Catástrofe de acuerdo al registro mesoamericano. Izquierda: Grabado escandinavo que describe el combate del gigante Hymir y Thor contra la serpiente Jörmundgander. El último combate entre Thor y la serpiente fue en el Ragnarök o Destino Final de los Dioses, cuando ésta se arrastró fuera del océano y envenenó los cielos. El Götterdämmerung.