jueves, 1 de agosto de 2013

Influencias vikingas en Ecuador

 El venerado símbolo del Sol, la “Cruz de nuestros Ancestros”, la swastika o más
apropiadamente, el tetraskelión en un motivo de la cultura Tuncahuan de Ecuador.


 En esta tierra se puede poner un pie en el hemisferio norte y otro en el sur, en la misma capital del país, Quito, donde han levantado un monumento en la misma línea ecuatorial.

Esta nación se ha hecho famosa por muchos motivos de diversas facturas: El sombrero jijipapa, conocido por “panamá”; la cultura Valdivia, entre otras; la residencia de Huáscar, quien disputara el Impero Incaico contra su hermano Atahualpa; los famosos scyris, señores conocidos como karas, nombre todavía usado en Paraguay (Karaicho: “Gran señor”); las Islas Galápagos, con sus tortugas gigantes, que vieron pasar a Darwin, el sabio.

Tenemos elementos para precisar las gestas colonizadoras de los vikingos, las cuales han llamado la atención de los investigadores pero no la han interpretado satisfactoriamente, por estar sometidos a prejuicios que convierten a la antropología en una etnografía, dejando en suspenso las interpretaciones que exigen las ciencias humanas. Trataremos pues, de retomar aportes diversos, para establecer una adecuada interpretación.

Toponimia. Con todo lo dicho sobre los vikingos en Nuestra América, nos resta incursionar en las ciencias auxiliares de la antropología para encontrar los nombres dados por los vikingos a los accidentes geográficos del Ecuador con sus costas, montes y selvas. He aquí algunos vocablos que han llamado nuestra atención, con la probidad debida: Abatigua, Boyaca, Caragos, Cumbaya, Chaguar, Omagua, Piragua, Turd.

Etnonimia. Existen muchas etnias en Ecuador, que ameritan nuestra atención pues los vikingos conformaban un grupo mas, dentro de la variada expresión demográfica del Ecuador. He aquí algunos nombres de etnias relacionadas con los vikingos: Karas, kañarí, karives, muiska y tolitas.

Etnografía. A nadie escapa que las costumbres se hacen leyes, perdurando para la posterioridad, siendo valiosos indicadores de las gestas vikingas en el Ecuador, según pasamos a considerar.

Llama poderosamente la atención la organización política establecida por los karas en Quito permaneciendo el recuerdo en una leyenda de “gigantes” que habían arrasado el área: Ajustando esa versión, el acontecimiento debió suceder en el siglo XI de la era cristiana: Se estima que pasaron por el Reino de Quito, unos quince emperadores, recordándose todavía algunos de sus nombres y hazañas muy relacionadas con las costumbres nórdicas.

Los vikingos eran comerciantes, razón por la cual desarrollaban las prácticas para el abastecimiento e intercambio de mercaderías. Es histórico que conformaron una confederación de mercaderes, precisamente en la época del arribo de los nórdicos; las etnias que nuclearon esta empresa fueron los monteños, los puneños y los huankavikcas.

Mencionamos nuevamente los aportes vikingos a la orfebrería con las técnicas correspondientes, llegando a acunar monedas; discos de oro vaciados en un molde y sin signos ni inscripciones. Por supuesto que en sus diseños ornamentales de las piezas de orfebrería, domina el Sol de Oro.

La ciudad de Quito de acuerdo a la ilustración de Felipe Guamán Poma de Ayala en su Primer Corónica del Buen Gobierno de los Ingas (1583-1615).


Historia. Este país tiene tradiciones antiquísimas, comprobadas por la arqueología En efecto, su posición privilegiada, penetrando hacia el Pacifico, como apuntando a las Galápagos, permitió encausar las corrientes marinas, las cuales impusieron su derrotero a los navegantes. Se podría afirmar, que la famosa Cattigara, es pues el Ecuador, donde había arribado el famoso Fu-Sang, quien habría llevado el maíz al Asia. Registros documentales del siglo XIV, muestran como este grano fue difundido hasta las fronteras con Europa a través del Imperio Otomano, el cual fue denominado “trigo turco”, nombre usado por Alvar Núñez en Paraguay, para designarlo.

También llegaron los japoneses, dejando influencia en la cultura Jomon en varias etnias ecuatorianas. Luego se hicieron presente los mayas, quienes aculturaron a los muiscas, los cuales a su vez, en alianza con los vikingos, continuaron con la aventura cultural, la cual señalamos a través de los relativos indicadores.

En efecto, los vikingos asentaron una base en la Isla de Guayas, al llegar a estas latitudes; luego buscaron los altiplanos y echaron las bases del Reino de Quito: El primer jefe se llamoo Kara (de karr, “rizado”; uno de los nombres de Odín). Luego los emperadores se llamaron Scyry (de Skirr, Sirri, “más puro”, por razones de confirmar la nobleza). No se conoce el nombre del último, pero su hija se caso con un jarl local, a quien ayudó a fundar el reino, razón de su nombre Toa (de Toeja, “ayudar”).

Finalmente, los Ingas incorporaron el Reino de Quito al Gran Imperio cuya historia todavía da que comentar, por los descubrimientos que todavía se siguen haciendo, en estas latitudes, para comprender Nuestra América.

Vicente Pistilli
(Vikingos en América.
Asunción, 2000).
 
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