jueves, 22 de mayo de 2025

Sobre la representación de un “híbrido” en México prehispánico y África


La misma figura de un híbrido en México prehispánico y en África
–superando 12.000 km de distancia–.


Una rarísima figura labrada en arcilla y que alcanza una altura de 39 cm perteneciente a la tradición prehispánica de Colima, en el occidente de México, representa a un guerrero híbrido: Cuerpo humano y cabeza de cocodrilo. La figura lleva un fascinante atuendo y un vistoso gran tocado en forma de medio disco –la imagen central–.

Una figura –imagen a la izquierda– presenta las mismas características –perteneciente a la colección del Museo de Bellas Artes de Houston–.

¿A quién se ha representado? ¿A un guerrero y su animal simbólico-totémico como argumentarían los expositores de la historiografía y antropología ortodoxa? ¿Se reduce a una mera representación alegórica? ¿O se trata más bien de la figuración de un ser híbrido real sobre el cual refieren las antiguas tradiciones míticas de la América Aborigen y por cierto, de aquellas del mundo antiguo y precristiano prácticamente a escala global? Los escasos códices que no fueron alcanzados por el fuego de la “Extirpación de las Idolatrías” refieren, precisamente, a los híbridos. Lo mismo acontece con las tradiciones asirias y egipcias –dadas a conocer por el sabio Gaston Maspero a fnales del siglo XIX–, o bien en las sagas sobre los “espíritus” nommos de los dogones de Mali inicialmente consignados en Occidente por los antropólogos Marcel Griaule y Germaine Dieterlen en 1931.

Mas, ¿cómo explicar la misma representación en una escultura tribal –alrededor de 60 cm de alto y tallada en madera– del centro de África? Y cuando escribimos “la misma representación”, significa precisamente, ello: Una figura que representa a un guerrero híbrido: Cuerpo humano y cabeza de cocodrilo. La figura lleva un fascinante atuendo y un vistoso gran tocado en forma de medio disco –imagen a la derecha–.

¿Sólo una simple casualidad?

Intuimos una historia lejanísima cuyos testigos –aquí y allá– preservaron a través de los mitos ancestrales y de la iconografía sagrada, los actores y acontecimientos precisamente que conformaron la verdadera «historia» –el Mythos Légein–, perpetuando su conocimiento.

Rafael Videla Eissmann
22 de Mayo de 2025


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