martes, 1 de abril de 2014

La sucesión de los soles en el kultrún araucano

 
Diversas representaciones de los cuatro soles o grandes edades estampadas el kultrún.


“El mapuche vive desde que es mundo,
antediluviamos somos nosotros. Chao Ngenechen
nos creó y nos dio la tierra en que vivimos”.


En El símbolo sagrado del Sol (Enero de 2013) se ha esbozado una introducción al significado de Hakenkreuz, Swastika o Ugunskrust, es decir, la representación del Sol en el kultrún como signo de las fuerzas vibrantes de la Vida. Este venerado símbolo, herencia de los Lituches, es decir, los Antupainko o primeros hombres -véase al respecto el Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reino de Chile de Juan Ignacio Molina, aparecido en 1776-, posee asimismo otro significado en algunas representaciones estampadas en el kultrún: Corresponde a los soles como “edades”, es decir, a las cuatro grandes eras geológicas, concepción que se entronca con la cosmogonía mesoamericana vertida en la Leyenda de los Soles consignada en el Códice Vaticano Latino (3738), o bien, con la sucesión de las grandes edades del Códice Chimalpopoca o Anales de Cuauhtitlán de 1558. Igualmente, esta concepción fue conocida por los Incas -Ingas- y en la antigua tradición germana transcrita por Karl Maria Wiligut en La Descripción de la evolución de la humanidad de acuerdo a la tradición secreta de nuestro clan Asa-Uana de Uiligotis, publicada en Alemania en 1936.

Cabe destacar que todas estas antiquísimas tradiciones mítico-mágicas sobre la sucesión de las grandes eras han sido comprobadas por la Cosmogonía Glacial (Hörbigers Glazial Kosmogonie. Eine neue Entwicklungsgeschichte des Weltalls und des Sonnensystems, 1913) de Hans Hörbiger y Philipp Fauth, como también por los numerosos estudios desarrollados por la Doctrina del Hielo Universal o Welteislehre (WEL).

Ante mi consulta -en el mes de Marzo de 2005- sobre el significado del Hakenkreuz o Cruz Gamada del kultrún araucano, una descendiente de machi de Nueva Imperial, en la Araucanía, en el sur de Chile, me señaló que el actual satélite, según le relató una anciana de Gorbea que era suffmashife -es decir, intérprete del lenguaje secreto de las machis-, es la sexta Luna y el Sol, el cuarto. Cuatro soles aparecen en los kultrunes, porque se han visto cuatro soles. Todo ha sido destruido con grandes cataclismos donde se daba vuelta la tierra y hasta el Sol se pierde. Y agregó a continuación: Cuando nació este Sol murió toda la gente del norte [de Chile], por eso algunos se refugiaron en ciudades subterráneas, bajo el desierto y en el interior de los volcanes. Los que quedaron arriba, se volvieron tontos…

Rafael Videla Eissmann
1º de Abril de 2014


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