martes, 4 de febrero de 2014

Völuspá


Völuspá o La profecía de la vidente es el primer poema de la Edda Poética, registrado en el Codex Regius, manuscrito islandés de 1270. Aquí se narra el origen del mundo y de sus habitantes: Los trols, los elfos, los Ases y los Jötnar o gigantes. Describe asimismo, el Götterdämmerung, el Crepúsculo de los Dioses, es decir, el fin de un ciclo y el inicio del siguiente.

Ciertamente, La profecía de la vidente, constituye uno de los registros más importantes de la historia mítica de los germanos.


Völuspá

1 ¡Oíd! pido a todas las estirpes divinas, grandes y pequeños, hijos de Heimdall; me pides, oh Valfödr, que te refiera las más viejas historias que yo pueda recordar.

2 Recuerdo a los trols, los primeros nacidos, que en un tiempo lejano me dieron la vida; nueve mundos recuerdo y nueve ramas, y el gran Árbol del Mundo, aún bajo tierra.

3 Fue en los primeros tiempos cuando Ymir vivió; no había ni arena ni mar, ni las frías olas, tierra no había, ni el alto cielo, sólo el vacío abismo, tampoco había hierba.

4 Mas los hijos de Bur formaron la tierra, aquellos que crearon el famoso Midgard; brilló el Sol desde el sur sobre el palacio, y surgió en la tierra la hierba verde.

5 Desde el sur lanzó el Sol, compañero de la Luna, su mano derecha al confín del cielo; no sabía el Sol dónde estaban sus salas, no sabían las estrellas dónde tenían su lugar, no sabía la Luna cuál era su poder.

6 Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y tomaron consejo los sagrados dioses; la Luna llena y la nueva ellos designaron, nombraron la mañana, también el mediodía, la tarde y la noche, para contar los años.

7 Se encontraron los dioses en los Campos de Ída, ellos construyeron grandes templos, y altares, hicieron las fraguas, forjaron las joyas, fraguaron tenazas, hicieron herramientas.

8 Jugaban en sus patios, y estaban alegres, no les faltaba en absoluto el oro hasta que vinieron tres doncellas gigantes, todas ellas odiosas, desde el Jötunheim.

9 Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y tomaron consejo, los sagrados dioses, quién habría de crear la estirpe de los gnomos con la sangre de Brimir y los huesos de Blámi.

10 Allí estaba Mótsognir, quien era el mayor de todos los gnomos, y el segundo era Durinn; con figura humana crearon de la tierra a muchos enanos, así dice Durrin.

11 Nýi y Nidi, Nordri y Sudri, Austri y Vestri, Althjóf, Dvalin, Bivör, Bávör, Bömnbur, Nóri, Án y Ánar, Ái, Mjödvitnir,

12 Veig y Gandálf, Vindálf, Thráin, Thekk y Thorin, Thrór, Vitr y Litr, Nár y Nyrád -y hablo en verdad -Regin y Rádsvin- de los enanos.

13 Fíli, Kíli, Fundinn, Náli, Hepti, Víli, Hanar, Svíor, Frár, Hornbori, Fraeg y Lóni, Aurvang, Jari, Eikinskjaldi.

14 Es hora de enumerar para los hombres los gnomos del séquito de Dvalin, hasta Lofar, los que visitaron desde el palacio la mansión de Aurvangir hasta Jöruvellir.

15 Allí estaba Draupnir y Dolgthrasir, Hár, Haugspori, Hlévang, GlóiSkirvir, Virvir, Skafid, Ái.

16 Álf e Yngvi, Eikinskjaldi, Fjalar y Frostri, Finn y Ginnar; se habrán de acrecentar, mientras perdure el tiempo, los descendientes del enano Lofar.

17 Hasta que al mundo llegaron tres de la hueste divina, propicios, potentes, y en la tierra hallaron, carentes de fuerza, a Ask y Embla, aún sin destino.

18 Vida no tenían, no poseían juicio, ni sangre ni voz, ni color de vida; vida les dio Odín, juicio les dio Haenir, sangre les dio Lódur, y color de vida.

 Odín (“Wotan Abschied” de Hermann Hendrich, 1926).


19 Sé de un fresno que se alza, se llama Yggdrasil, árbol alto, bañado de blanca humedad; de él baja el rocío que cae en los valles; se alza en la verde fuente de Urd.

20 De allí vienen doncellas de gran sabiduría, son tres, desde el mar que manda del árbol; Urd se llama una, Verdandi la otra -en ramas graban letras-, Skuld es la tercera; las leyes hacían, elegían las vidas de todos los hombres, el futuro predicen.

21 Recuerda el gran combate, el primero del mundo, cuando a Gullveig traspasaron con lanzas, y en la mansión de Hár la quemaron; tres veces la quemaron, tres veces renació, de nuevo, sin cesar, y aún sigue viviendo.

22 Heid la llamaban allí donde iba, la sabia adivina, hacía conjuros, hacía magia siempre, hacía magia en trance, era siempre el deleite de las mujeres viles.

23 Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y tomaron consejo los sagrados dioses; si debían los Ases pagar tributo o debían los dioses exigir compensación.

24 Arrojó Odín un venablo a la hueste, fue el gran combate primero en el mundo; roto quedó el muro del fortín de los Ases, con sus artes, los Vanes dominaron el campo.

25 Se reunieron los dioses, todos, en asamblea, y tomaron consejo los sagrados dioses: ¿Quién mezcló veneno en el aire todo, o a la estirpe de trols prometió la esposa de Odd?

26 Sólo Thor luchó allí con furor terrible, nunca reposa cuando ve estas cosas; se han roto juramentos, palabras y promesas, los firmes acuerdos que había entre ellos.

27 Sabe que está el cuerno de Heimdall silencioso bajo el árbol sagrado habituado a la luz; ve caer el agua en la lodosa cascada de la prenda de Odín. ¿Sabéis aún más, o qué?

28 Sentada estaba sola cuando vino el anciano príncipe de los Ases y la miró a los ojos. ¿Qué me preguntáis? ¿Por qué me tentáis? Lo sé todo, Odín: dónde ocultaste tu ojo, allá en la famosa fuente de Mímir; Mímir bebe hidromiel cada mañana de la prenda de Valfödr. ¿Sabéis aún más, o qué?

29 A ella le dio Herfödr anillos y collares, sabia magia y clarividencia, veía aquí y allá, todos los mundos.

30 Ella vio Walkirias llegadas de lejos, prestas a cabalgar al hogar de los dioses; Skuld blandía el escudo, y otra era Skögul, Gunn, Hild, Göndul y Geirskögul; ahora he citado las esposas de Herjan, prestas a cabalgar, las Walkirias, en el llano.

31 Vi a Baldr, dios ensangrentado, al hijo de Odín, predicho ya el destino; se alzaba, crecida, más alta que los campos, -delgada y muy bella- la rama de muérdago.

32 De aquella planta de enjuto aspecto salió el pérfido dardo, y Hödr lo lanzó; el hermano de Baldr nació demasiado pronto tenía el hijo de Odín sólo una noche de edad.

33 Nunca se lavó las manos ni se peinó la cabeza hasta ver en la pira al enemigo de Baldr. Pero Frigg lloró en Fensalir el dolor del Walhalla. ¿Sabéis aún más, o qué?

La muerte de Baldur.


34 Con las tripas de Vali trenzó ligaduras, eran recias y fuertes.

35 Le vio yacer atado bajo el Hveralund; su aspecto, engañoso, se parecía a Loki; allí está Sigyn, mas poco gozosa de ver a su esposo. ¿Sabéis aún más, o qué?

36 Fluye de oriente un río por valles venenosos con hachas y espadas, Slíd es su nombre.

37 Había en el norte en Nidavellir una sala de oro de la estirpe de Sindri; otra se alzaba allá en Ókolnir, era del trol de nombre Brimir.

38 Una sala vio lejos del Sol en la Náströnd, sus puertas al norte, fluía el veneno por sus limbreras, hecha la sala con huesos de serpiente.

39 Vio allí vadear densas corrientes a hombres perjuros y a asesinos y al que a la esposa de otro sedujo; Nidhögg lamía los cadáveres, los destroza el lobo. ¿Sabéis aún más, o qué?

40 Al este, la anciana estaba, en Járnvid; y allí alumbró hijos de Fenrir; de todos ellos surgirá uno, destructor de la Luna, en forma de trol.

41 Bebe la vida de hombres muertos. Se tiñe el Ásgard con roja sangre; negro será el Sol en el verano, y el clima, espantoso. ¿Sabéis aún más, o qué?

42  Sobre una loma tocaba el arpa el guardián de las brujas, el alegre Eggthér; cantaba junto a él en el bosque de aves un gallo rojo, Fjalar se llama.

43 Cresta de Oro, cantaba a los Ases, despierta a los hijos de Herjafödr; y otro más canta bajo la tierra: Un gallo granate en las salas de Hel.

44 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses triunfantes.

45 Lucharán los hermanos, y se habrán de matar, los primos hermanos cometen incesto, terrible es el mundo, hay gran adulterio; días de lanzas y espadas, se rompe el escudo, días de tormenta y lobos, se hunde el mundo, no habrá hombre ninguno que a otro respete.

46 Retozan los trols, la muerte se avisa en el canto de Gjallarhorn: Heimdall sopla fuerte, el cuerno está alzado, interroga Odín la testa de Mím.

47 Tiembla Yggdrasil, mas el fresno está firme, gime el viejo árbol al soltarse el trol; sufren todos en las sendas de Hel, hasta que lo trague el pariente de Surt.

48 ¿Qué es de los Ases? ¿Qué es de los elfos? Ruge el Jötunheim, los Ases se reúnen; gimen los gnomos ante las puertas, los sabios de las simas. ¿Sabéis más aún, o qué?

49 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses triunfantes.

 
El Götterdämmerung, el Crepúsculo de los Dioses.


50 Hrym llega del este llevando su escudo, se encrespa Jörmungard con furor de trol, la sierpe azota el mar, el águila gañe, desgarra los muertos, se suelta Naglfar.

51 Llega un barco del este, vendrá por el mar las huestes de Muspell, Loki es el piloto; llegan los trols con el lobo, hermano de Býleist marcha el primero.

52 Surt llega del sur, abrasa las ramas, fulgura la espada del Dios de los Muertos: Las montañas chocan, los monstruos se enfrentan, pisan las vías de Hel, y el cielo se fisura.

53 Sufre entonces Hlín otro gran dolor cuando marcha Odín a luchar con el lobo, y el radiante asesino de Beli, con Surt.

54 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses triunfantes.

55 Ahora llega el noble hijo de Sigfödr, Vídar, a luchar con el carroñero; hunde en el hijo de Hvedrung hasta las guardas la hoja en el corazón, y venga así a su padre.

56 Ahora llega el famoso hijo de Hlódyn, va el hijo de Odín a luchar con la serpiente, la mata rabioso el guardián del Midgard; abandonan los hombres todos su hogar; nueve pasos atrás da el hijo de Fjörgyn rehúye a la sierpe sin temer la deshonra.

57 El Sol se oscurece, se hunde la tierra en el mar, se agitan del cielo las brillantes estrellas; surge vapor furioso, el fuego se alza, y llega el calor hasta el mismo cielo.

 “El Sol se oscurece, se hunde la tierra en el mar...”.


58 Garm aúlla ante Gripahell, romperá los nudos, y correrá el lobo; sé muchos conjuros, más allá veo aún el duro destino de los dioses triunfantes.

59 Pero ve surgir por segunda vez la tierra del mar, para siempre verde; caen cascadas, se remonta el águila que en las montañas cazará los peces.

60 Se encuentran los Ases en Ídavellir, y de la sierpe del mundo poderosa charlan, recuerda allí los grandes sucesos, y las runas antiguas de Fimbultýr.

61 Allí, después, maravillosos escaques de oro hallarán en la hierba, los que en días antiguos tenían las estirpes.

62 Y sin plantarlos crecerán los campos, todo mejora, Baldr llegará, habitarán Hödr y Baldr los hogares de Hropt, el templo divino. ¿Sabéis aún más, o qué?

63 Elegirá Haenir la rama sagrada, construyen los hijos, los dos hermanos, un gran mundo aéreo. ¿Sabéis aún más o qué?

64 Ve alzarse una sala más bella que el Sol, tejada con oro, allá en el Gimlé; las huestes leales allí habitarán y para siempre serán felices.

65 Vendrá entonces el reino en el Juicio Final, llegará poderoso, quien todo lo rige.

66 Llegará volando el oscuro dragón, la sierpe brillante, desde Nídafjöll; llevará en sus plumas los muertos a Nidhögg. Allí se hundirá.


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