martes, 28 de enero de 2014

Götterdämmerung


El Árbol Yggdrasil es el alma germana.

Más allá de las apariencias terrenas, extiende sus ramas hacia la vastedad del cosmos en el cielo estrellado; omnipresente, el Árbol se halla sobre el espacio, el tiempo y la razón.

La razón que induce a errores y que sólo puede entender lo que se presenta frente a los ojos, a los sentidos y al cerebro de Dios.

Pero las altas ramas del Árbol, el alma de la tierra del Norte, se encuentran mucho más allá que todo esto. Allá está esta alma y si miles de seres no saben lo que tan sólo uno de ellos conoce... Pues el sentido divino de la Tierra y de las estrellas no preguntan por el destino de una masa tonta y simiesca, que ni siquiera lo podría sospechar.

Para él, la aparición de los diferentes, es suficiente, a  quienes  él siempre ha dado la función de ser los guardianes del alma, de manera tal que la consciencia de Dios [Gôt] no desaparezca, hasta que ésta se cubra por voluntad propia.

El Árbol extiende tres raíces sobre el mundo. Bajo la primera se encuentra la “fuente saltarina”, de los gusanos envidiosos, que se alimentan de las amenazadas almas venideras. ¡Cuán bien sabían nuestros ancestros acerca de este peligro!

Bajo la segunda raíz, que alcanza el reino de los Gigantes de Hielo [Jotuns], se encuentra otra fuente, de la memoria, la fuente del YO SOY, a la cual Odín entregó su ojo para la conscientización.

Pero la última fuente, de la cual ni siquiera el mismísimo Odín osó beber, gotea sobre la tercera rama de los Asen. Es la fuente de Urd.

En la fuente de Urd se encuentra la consciencia del ser, la consciencia del nacimiento y de la muerte; en esta fuente se halla la llave de Dios. Pero Odín sabía del Götterdämmerung [el “Crepúsculo de los Dioses”] y acerca de la llegada de una Nueva Edad, que le dará al pueblo germano la consciencia de Dios.

Edmund Kiss


* (Los textos de http://losvikingosenamerica.blogspot.com/ son exclusivos.
Se prohíbe su reproducción).

lunes, 13 de enero de 2014

En memoria de Vicente Pistilli

Vicente Pistilli S.


Ve alzarse una sala más bella que el Sol,
tejada con oro, allá en el Gimlé; las huestes leales
allí habitarán y para siempre serán felices.

Völuspá


La más remota tradición de nuestros ancestros -preservada por innumerables generaciones en ambos lados del océano Atlántico- habla del rito de la resurrección en un reino más allá de aquel percibido por los sentidos físicos. Un reino vislumbrado por bardos y guerreros-poetas en lejanísimos recuerdos y en la inamovible fe en la inmortalidad y el amor eterno.

Esta concepción trascendente de la existencia ha sido el fundamento y motor de la visión de mundo de los pueblos germanos y sus descendientes, la cual, a través del Cordón Dorado de la Tradición Sagrada, ha sido preservada hasta hoy.

Las huellas de aquellos osados e inagotables exploradores, que como sus antecesores repiten la peregrinación por diversos centros de la Tierra, alcanzaron a la América del Sur, región mágica del planeta, legando la sabiduría de los símbolos y de las construcciones megalíticas-astronómicas. Testigo e investigador incansable de estas huellas, de esta «historia prohibida», fue Vicente Pistilli Statunato, prolífero autor de obras y artículos sobre las conexiones transoceánicas entre Europa, América y Asia, destacando en tal sentido, la presencia e influencia de los vikingos en el mundo precolombino. Resultado de su ímpetu son trabajos como Vikingos en el Paraguay. La aldea vikinga-guaraní de la Cuenca del Plata (1978), La cronología de Ulrich Schmidel (1980), La Primera Fundación de Asunción (1987), Etnografía y etnología americana (1990) y Vikingos en América (2000).

Pistilli ha sido uno de los más grandes revisionistas de la historiografía tradicional de nuestra época, entregando valiosas aristas fundamentadas en vestigios arqueológicos, crónicas y fuentes etnográficas que sustentan la concepción y desarrollo de otra historia, distinta a la dogmática versión hispanista en torno al denominado Descubrimiento y la imposibilidad de contactos transoceánicos con anterioridad a 1492. De allí que Pistilli indicara que el radio de expansión de la influencia vikinga es América toda, a lo largo de sus costas, en la cuenca de sus ríos principales, a lo largo de los caminos continentales, ciudades incas perdidas en las selvas amazónicas.

Hay evidencias nórdicas en las culturas de América del Norte, como en olman en México; maya en América Central; Inga y guaraní-tupi en Paraguay-Brasil; en Catamarca, Argentina, con sus alfarerías y piezas de bronce; en el Estrecho de Magallanes, en Chile, donde los alakalufes usaban técnicas escandinavas en la construcción de botes del Mesolítico
.

Ciertamente, sus obras son la invaluable herencia que Pistilli lega no sólo a su glorioso país -Paraguay- sino también a la América del Sur y aquellos buscadores de la Gran Tradición Áurea.

Rafael Videla Eissmann