lunes, 2 de julio de 2012

Baldrs Draumar eða Vegtamskvida

Odín montando el caballo Sleipnir. Ilustración del Edda realizada por Olafur Brynjulfsson (hacia 1867).


El relato áureo de los pueblos germanos vertidos hacia 1220 en el Edda (Snorra Edda) del historiador y poeta islandés Snorri Sturlusson (1179-1241)  describen lo que ocurre antes, durante y después de la batalla de los asen (dioses) que culmina con el Ragnarök, el “Destino final de los Dioses”, es decir, el último Diluvio.

Los sueños de Baldur corresponden a los acontecimientos previos a la muerte de Baldur, el hijo de Odín (Wotan) y Frigga, hecho que desencadenará el “Crepúsculo de los Dioses”, el Götterdämmerung.

Los sueños de Baldur

1 Reunidos estaban los ases y las asinias,
todos hablaban; discutían los dioses,
las nobles potencias, por qué tuvo Baldur
aquellos sueños de tan grande horror.

2 Se levantó Odín, el padre de los dioses,
en el lomo de Sleipnir coloca la silla:
Cabalga hasta el Niflhel, y allí un perro encuentra
saliendo del Reino de Hel.

3 Su pecho estaba rojo de sangre,
aulló largo rato al gran hechicero;
Odín sigue la marcha, y la tierra retumba,
y después llega a casa de Hel.

4 Odín cabalga a las puertas de oriente,
donde, él lo sabía, enterraron a la völva;
empleó sortilegios, recitó conjuros,
obligó a la muerta que habló cual cadáver:

5 «¿Cuál de los hombres, al que no conozco,
ha venido a agobiar mi triste viaje?
La ventisca me cubría, me azotaba la lluvia,
la escarcha me helaba; muerta he estado».

6 «Vegtham es mi nombre, y mi padre es Veltham,
háblame ahora, yo lo hago en la tierra,
¿de quién es el banco lleno todo de joyas,
de quién el asiento cubierto de oro?».

7 «Listo ya está el hidromiel para Baldur, 
la clara bebida, bajo un escudo; 
ansiosos todos los dioses esperan;
obligada he hablado, ahora he de callar».

8 «¡No calles, völva! Pues quiero aún preguntar,
hasta que todo se llegue a saber:
¿Quién matará un día a Baldur, 
al hijo de Odín la vida ha de quitar?»

9 «Hödr es quien lanzará al muy noble la tan famosa rama;
él, pues, a Baldur un día ha de matar
y al hijo de Odín la vida ha de quitar.
Obligada he hablado, ahora he de callar».

10 «¡No calles, völva! Quiero todavía preguntar,
hasta que todo se llegue a saber:
¿Quién, lleno de odio, en Hödr le vengará,
y al asesino de Baldur llevará a la pira?».

11 «Allá, en occidente, Rind engendró a Váli,
apenas nacido, al hijo de Odín matará:
No lavará sus manos, ni peinará sus cabellos,
antes de llevar a la pira al enemigo de Baldur.
Obligada he hablado, ahora he de callar».

12 «¡No calles, völva! Quiero todavía preguntar,
hasta que todo se llegue a saber:
¿Quiénes son las doncellas que habrán de llorar
y sus mantos, del cuello hacia lo alto han de lanzar?»

13 «Tú no eres Vegtam como yo pensé,
sino que eres Odín, el viejo gauta».
«Tú no eres la völva, ni una sabia mujer,
sino que eres la madre de tres gigantes».

14 «Regresa a casa, Odín, glorioso,
y nunca más volverá hombre alguno a preguntarme,
hasta que Loki esté libre ya de los nudos
y llegue al final el gran Ragnarök».

   
La muerte de Baldur. Ilustración del Edda realizada por Olafur Brynjulfsson (hacia 1867).


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